Las lluvias mortales de África Occidental en 2022 fueron 80 veces más probables por el cambio climático

Las fuertes precipitaciones han dejado mucho sufrimiento en el continente africano. Solo en Nigeria ha habido 612 fallecimientos, 2.776 heridos, 1,5 millones de personas desplazadas y alrededor de 570.000 hectáreas de tierras de cultivo afectadas.
Foto: Conflict & Development at Texas A&M /Flickr

Las fuertes lluvias llevan azotando a los países de África Occidental desde hace meses. Nigeria, Níger, Chad y sus vecinos han perdido en total a más de 800 habitantes entre los meses de junio y octubre por las inundaciones. La tragedia meteorológica arrasó con parte del continente pocos meses después de que lo hiciera una época de sequía que ha sumido a la región central del Sahel en una fuerte crisis alimentaria este año.

Estos repentinos cambios en el clima pusieron en alerta, no solo a la población, sino también a la comunidad científica. Un equipo internacional del World Weather Attribution (WWA) decidió realizar dos estudios de atribución para estimar la influencia del cambio climático tanto en las fuertes inundaciones de estos últimos meses como en la sequía de 2021. Las conclusiones: la actividad humana hizo 80 veces más probables los aluviones y los intensificó un 20%. Por otro lado, en la temporada de sequía, aunque no se ha logrado comprobar si el cambio climático influyó directamente, sí afectaron otros factores importantes.

El primer análisis comparativo —que usa los datos meteorológicos actuales y los de finales del siglo XIX— se centró en dos regiones: la cuenca del lago Chad, donde la temporada de lluvias fue superior a la media y más intensa, y la cuenca del Níger, donde se produjeron aguaceros más cortos e intensos. Las inundaciones, según el informe, fueron impulsadas, además, por el desembalse de la presa de Lagdo, en Camerún, que forma parte de un sistema de gestión fluvial que se diseñó para acompañar a otra presa en Nigeria que todavía no ha sido completada.

Los autores también descubrieron que los periodos más cortos de lluvias intensas en la cuenca baja del Níger, que empeoraron las inundaciones, son ahora el doble de probables por el cambio climático. Es más, a partir de ahora, las lluvias por encima de la media durante la estación húmeda tienen aproximadamente una posibilidad entre diez de ocurrir cada año.

Los daños de una temporada de precipitaciones más larga de lo habitual se han repartido de forma desigual, y Nigeria es el país que más los ha sufrido: 612 fallecimientos, 2.776 heridos, 1,5 millones de personas desplazadas y alrededor de 570.000 hectáreas de tierras de cultivo afectadas. En Níger perdieron la vida 195 personas más, y en Chad fueron 22. Camerún y Benín tampoco han quedado indemnes del desastre natural.

“A menudo es más difícil encontrar señales climáticas claras en regiones como África Occidental, donde hay menos datos y menos atención científica que en las partes más ricas del mundo. Sin embargo, el análisis de atribución de Nigeria encontró una huella muy clara del cambio climático antropogénico. Las inundaciones provocaron un enorme sufrimiento y daños, especialmente en un contexto de alta vulnerabilidad humana“, explica Maarten van Aalst, director del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.

Más allá de las lluvias: un Sahel sediento y hambriento

En el Sahel, las lluvias se auguran entre junio y agosto. Las esperan con ansias las tierras de cultivo. Y, sobre todo, las espera la población. Ambas dependen de esas precipitaciones, y en 2021 llegaron tarde y fueron más cortas de lo habitual. Pronto, la escasez de agua pasó a ser escasez de alimentos en Burkina Faso, Chad, Malí, Níger y Nigeria.

El segundo estudio de atribución conducido en el Sahel no ha sido fácil. La falta de datos fiables de las estaciones meteorológicas hacen imposible determinar la influencia del cambio climático en el último episodio de sequía de la región.

Sin embargo, “la crisis alimentaria demostró que incluso pequeños cambios en las precipitaciones pueden tener efectos importantes en la región, y dejó constancia de su vulnerabilidad a los acontecimientos que se producen en otros lugares“, asegura el análisis. “Los elevados precios de los alimentos a nivel mundial agravaron la crisis, y aunque la invasión rusa de Ucrania interrumpió los suministros este año, los científicos advirtieron que los efectos del futuro cambio climático en la producción mundial de alimentos podrían ser especialmente peligrosos para la región”.

La situación puede mejorar y en el noreste del continente las negociaciones para que ello ocurra están llegando a su fin. En la llamada ‘cumbre del clima africana’, este miércoles se ha acordado la puesta en marcha de la Red de Santiago, un mecanismo que surgió durante la COP celebrada en Madrid y que pretende proveer de asistencia técnica frente a la crisis climática a aquellos países que lo necesiten.

La vulnerabilidad de estos países y su exposición a los cambios meteorológicos son evidentes. Los efectos de las inundaciones se han visto agravados por la proximidad de los hogares, las infraestructuras y las tierras de cultivo a las llanuras de inundación, pero también por la pobreza, los conflictos y la inestabilidad política, que han influido en la inseguridad alimentaria a la que se enfrenta la región.

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COMENTARIOS

  1. Noticias de Survival Internacional:
    Cambiar el lenguaje es cambiar cómo pensamos
    ¿Alguna vez te has preguntado por qué hablamos de “naturaleza virgen”, “bosques prístinos” y pensamos que el medioambiente está formado por paisajes vacíos de gente, cuando en realidad ha sido habitado, moldeado y gestionado por personas durante milenios?
    ¿Por qué los europeos pueden vivir en muchos parques nacionales, pero en África se expulsa de sus hogares a quienes los habitan?
    ¿Por qué quienes más contaminan deciden cómo explicar y qué soluciones plantear ante los retos climáticos?
    La forma en que hablamos de conservación y el lenguaje que utilizamos da forma a nuestra manera de pensar, determina las políticas globales y nuestras acciones. La violencia y el robo de tierras que enfrentan millones de indígenas y otras comunidades locales en nombre de la conservación derivan en gran parte de estos conceptos.
    La “Guía para descolonizar el lenguaje en la conservación” aborda muchos términos de sobra conocidos y explica las connotaciones que estos ocultan. En la primera fase de nuestra campaña hemos enviado la guía a cientos de periodistas especializados en conservación de la naturaleza y cambio climático, y sus reacciones han sido abrumadoramente positivas:
    “Un mensaje revelador… lo que escribís es tan cierto.” “Realmente llamativo.” “Muy oportuno y útil.” “[Compartís] puntos de vista que no había considerado.” “Proyecto brillante y muy bien ejecutado.”
    Y también comenzamos a recibir algunos comentarios de compañeras y compañeros indígenas: “​​​​​​​Asombroso”, Pranab, Pueblo Mising, India; “​​​​​​​​​​​​​​Inspirador”, Elías, Pueblo Sengwer, Kenia; “​​​​​​​​​​​​​​Extremadamente poderoso”. Joseph, Pueblo Masai, Tanzania.
    En los próximos meses estaremos dando difusión a la guía en las redes sociales y en muchos otros ámbitos, porque sabemos que o acabamos con las raíces coloniales y racistas que atraviesan la conservación o solo estaremos reproduciendo los intereses de quienes más contaminan.
    https://www.survival.es/sobre/descoloniza-el-lenguaje?utm_medium=email&utm_source=engagingnetworks&utm_campaign=utm_campaign&utm_content=221114+email+update+(guia)+-ES

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