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Para mantener la temperatura global por debajo de los 1,5 ºC es fundamental reducir las emisiones al menos un 45% para 2030 sobre niveles de 2010, alcanzando emisiones netas para mediados de siglo. Así lo avisaba el IPCC en uno de sus informes especiales del año pasado. Sin embargo, también se estima que para 2030 multinacionales y superricos habrán comprado hasta 7.600 nuevos jets privados, según un informe publicado este mes por la empresa estadounidense de aviación Honeywell Aerospace. Cada uno de estos aviones quemará en torno a 40 veces más carbono por pasajero que los vuelos comerciales regulares, avisan.
Las ventas de reactores comerciales generarán, siguiendo las previsiones, un valor de aproximadamente 223 millones de euros en los próximos diez años. Para 2019, se espera la venta de casi 700 nuevos aviones de negocios, un 9% más que en 2018. Esta cifra, acorde al estudio, continuará creciendo el próximo año. En total, se estima que a lo largo de la siguiente década haya 7.600 nuevos jets privados sobrevolando el cielo.
Por zonas, América del Norte representa cerca del 60% de la demanda para los próximos cinco años. Le sigue Europa, con un 19%; Asia Pacífico, con un 10%; Latinoamérica, con un 7%; y Oriente Medio/África, con un 4%.
En la actualidad, la industria de la aviación emite 895 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, lo que supone alrededor del 2% del total a nivel global (tanto como Alemania, y más que países como Francia o Brasil). Hasta un 65% de las emisiones procedentes del sector de la aviación son de vuelos internacionales. Según la ONU, las emisiones derivadas de los vuelos aumentaron un 76% entre 1990 y 2012. De continuar esta tendencia, la aviación podría consumir la cuarta parte del presupuesto de carbono que tenemos disponible para contener el calentamiento por debajo de 1,5ºC.
Contradicciones climáticas
También este mes, se ha publicado un estudio en la revista ScienceDirect donde se analiza a aquellas celebridades que hacen activismo para abordar la crisis climática, pero, a su vez, poseen aviones privados o viajan regularmente en ellos.
Es el caso de Bill Gates, fundador de Microsoft y segundo hombre más rico del mundo, quien estuvo el pasado mes de septiembre en la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU anunciando que destinaría grandes cantidades de dinero para combatir el cambio climático en las zonas más vulnerables. Según la investigación liderada por el profesor sueco Stefan Gössling, Gates cogió 59 vuelos en 2017, recorriendo más de 320 mil kilómetros. Unos desplazamientos que emitieron cerca de 1.600 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global. Asimismo, el estudio, que recoge The Guardian, señala también como ‘superemisores’ a Paris Hilton, Jennifer Lopez y Oprah Winfrey.