Nadie escucha a Greta Thunberg

La joven activista ofreció, junto a tres integrantes de Fridays For Future, una rueda de prensa que confirma el interés vacío por ella.
Nadie escucha a Greta Thunberg
Greta Thunberg, durante la rueda de prensa en Madrid. EDUARDO ROBAINA. Foto: WhatsApp Image 2019-12-06 at 17.58.25

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Aún faltaba más de una hora y media, pero la cola de medios para acreditarse ya giraba la calle. «Solo entra quien haya recibido la confirmación», repetía una y otra vez el de seguridad. La expectación era máxima. La tensión, también. A las 16:30 estaba programada una rueda de prensa desde La Casa Encendida, en Madrid, donde hablarían cuatro integrantes del movimiento juvenil Fridays For Future como previa a la Marcha por el Clima convocada para este viernes. El motivo de tal expectación fue el mismo que provocó que a las ocho de la mañana de este viernes un andén cualquiera de la estación madrileña de Chamartín estuviera repleta de cámaras.

Greta Thunberg, la joven activista sueca, es ya un símbolo. Un mito. Un dolor de muelas para muchos y, a su vez, una esperanza para toda una generación. Pero es, sobre todas las cosas y a pesar de todo, la confirmación de no hay nada que atraiga más que un hiperliderazgo.

Mi pregunta es para Greta. Mi pregunta es para Greta. Mi pregunta es para Greta. En la sala, abarrotada, todas las cuestiones que hacían los periodistas presentes empezaban de la misma forma. Y ella, con la naturalidad y claridad que le caracteriza, tenía algo que decir: “La gente también quiere oír hablar a los otros, así que por favor, haced preguntas al resto, no dirijáis las preguntas solo a mí”, quiso zanjar. Sin embargo, fue poco el caso que se le hizo. En los turnos siguientes, los mensajes seguían teniendo a ella como receptora, aunque disimulados con un “que contesten también los demás”.

Esta situación guarda mucha relación con el mensaje que lanza siempre que le piden que pronuncie un discurso: “Escuchad a la ciencia”, suele espetar. Sin embargo, una vez más, nadie le hizo caso. Todos querían oír a Greta Thunberg, pero a nadie le interesaba escuchar lo que decía.

El ‘caso Greta’ es ya incontrolable. Medios, clase política, personalidades. Todos han contribuido, en mayor o menos medida, a que su causa se haya ido diluyendo hacia un circo mediático en el que ella parece no querer participar. Thunberg ya solo importa como persona que da visitas, visualizaciones, clicks y dinero. La causa que defiende es secundaria para demasiados.

Decenas de fotógrafos inmortalizando a Greta Thunberg. EDUARDO ROBAINA.

Ella es quien menos culpa tiene de todo esto, a pesar de las posibles contradicciones que puedan causar ciertos actos suyos. Desde el principio, se ha limitado a alzar la voz por el planeta, sin aires de grandeza. El estatus de salvadora, en cambio, se le ha querido imponer a la fuerza desde los inicios.

Por ello, al igual que con la crisis climática, lo más importante ahora es encontrar una solución lo antes posible. Se ha llegado a un punto en el que Greta Thunberg es vital para la lucha climática. Se necesitan rostros que remuevan conciencias, que apelen a la emotividad. Todo cambio tiene dosis de lo que la joven activista es capaz de generar. Es importante que siga siendo faro y empuje para millones de jóvenes y no tan jóvenes que saben que la crisis climática es la batalla que, a pesar de no elegir, les ha tocado vivir. Sin embargo, se está cayendo en la trampa de mirar hacia una sola dirección y una sola persona. Y ella se está dando cuenta.

«Soy una pequeña parte de un movimiento mucho más grande», acabó diciendo en un momento de la rueda de prensa. Esa es, seguramente, la clave de todo. Como recoge en su último libro el periodista estadounidense experto en cambio climático David Wallace-Wells, la crisis climática es como un ‘hiperobjeto’: algo tan grande que es imposible de comprender en su plenitud. Greta Thunberg sí parece entenderlo, el resto -medios de comunicación incluidos- aún no.

Este viernes, se cumplen los primeros cinco días de la cumbre del clima. Durante toda la semana, ningún evento allí ha sido capaz de generar tanto revuelo como el que se produjo a media mañana cuando apareció Greta Thunberg por los pabellones de la COP25. Ni especialistas del clima punteros en su campo, ni representantes de las mayores organizaciones climáticas del mundo. Nadie.

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