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España aprueba seis nuevos espacios marinos protegidos

El país cuenta con 9,3 millones de hectáreas Red Natura 2000 en el mar y la superficie marina dedicada a la conservación sube del 12% al 21%.
España aprueba seis nuevos espacios marinos protegidos
Alcatraz común o atlántico. Foto: CC BY-SA 2.5

El Ministerio para la Transición Ecológica ha aprobado la inclusión de seis nuevos espacios marinos protegidos en la lista Red Natura 2000 y la declaración de dos zonas de especial protección para las aves en aguas españolas. Natura 2000 es una red ecológica y el principal instrumento para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea. La medida, publicada en el BOE el 30 de diciembre, eleva la superficie marina dedicada a la conservación en el país del 12% al 21%, con un total de 9,3 millones de hectáreas protegidas.

En concreto, en la región mediterránea se declaran los espacios denominados espacio marino Cañones de Alicante, que cuenta con varios escarpes y montes submarinos con gran diversidad de corales, y el Canal de Ibiza, que alcanza una profundidad de 2000 metros y en el que también se encuentran montes submarinos de interés con presencia de especies vulnerables. En Canarias se designan dos áreas, los montes submarinos del suroeste y los montes submarinos del noreste, conformados por varias montañas y bancos submarinos de origen volcánico ricos en especies de arrecifes y tortugas entre otras. También quedarán protegidos el espacio marino de Jaizkibel-Capbretón, frente a la costa vasca, que cuenta con gran diversidad de algas y mamíferos marinos, y el Estrecho Occidental.

Además, se amplían las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) localizadas en la costa gallega y cantábrica occidental para constituir un único espacio que pasa a denominarse corredor migratorio galaico-cantábrico occidental y se amplía ligeramente la ZEPA espacio marino del Baix Llobregat-Garraf. Esta última se encuentra frente al municipio de Ca l’Arana y contribuye a una mejor protección de este importante espacio marino, tras haberse abierto un procedimiento de infracción por la Comisión Europea por incumplimiento de la aplicación de la Directiva 2009/147/CE, en el Delta del Llobregat.

La gran autopista del noroeste para aves migratorias

Desde SEO/BirdLife destacan que uno de los hitos de esta ampliación de las áreas marinas protegidas es la creación del corredor migratorio galaico-cantábrico occidental, que califican como la «gran autopista del noroeste», fruto de ampliar las ZEPA marinas de competencia estatal existentes entre la costa central asturiana y el suroeste de Galicia. Un corredor migratorio de aves por el que cruzan «centenares de miles de aves marinas de decenas de especies cada año», especialmente entre finales de verano y otoño.

Algunas de estas aves son el alcatraz atlántico (cerca de un millón), la pardela pichoneta (estimas de hasta 300.000), la pardela cenicienta atlántica (más de 200.000) y la pardela sombría (unas 100.000). Como especies singulares cabe mencionar la gaviota de Sabine, que raramente se ve en Europa, o la pardela chica macaronésica, el charrán rosado, el págalo rabero o el págalo polar, consideradas raras en España peninsular.

Hasta ahora, la red de ZEPA marinas cubría solamente parte del corredor, concentrando la atención en los puntos en los que el paso de aves es más intenso en las cercanías de tierra firme, como Estaca de Bares, o en zonas especialmente propicias para la alimentación de estas aves, como la Costa da Morte o las Rías Baixas. Con esta ampliación, «se blinda en parte el desarrollo de parques eólicos marinos, una de las amenazas potencialmente más importantes para las aves en paso, dentro de este gran corredor», apuntan desde Seo/BirdLife. Sin embargo, «la información sobre la extensión del corredor mar adentro es deficiente, y la amenaza de la eólica marina no queda del todo descartada, al haberse designado Zonas de Alto Potencial para el desarrollo de la Energía eólica marina (ZAPER) justo en el borde exterior de la nueva ZEPA».

Paso migratorio entre Europa occidental y África

El área occidental del Estrecho de Gibraltar supone el único punto de conexión entre las aguas del Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo. Gracias a los sistemas de corrientes y los procesos de mezcla que tienen lugar en este cañón submarino, la zona del Estrecho cuenta con una elevada productividad biológica, siendo a su vez zona de alimentación de especies de cetáceos, como el delfín común (Delphinus delphis), el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín mular (Tursiops truncatus), el calderón común (Globicephala melas), el cachalote (Physeter macrocephalus) o la orca (Orcinus orca), entre otras especies.

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Caretta caretta CC BY 2.0

Asimismo, la zona incluye presencia de áreas críticas y sensibles para la protección de las tortugas marinas, de acuerdo con la estrategia para la conservación de la tortuga común (Caretta caretta) y otras especies de tortugas marinas en España. En cuanto a su importancia para hábitats marinos, en la zona se da presencia de fondos de maërl o rodolitos y se han censado un total de setenta especies pertenecientes a siete filos diferentes, destacando la presencia de especies de corales naranjas como Dendrophyllia ramea, Dendrophyllia laboreli y Astroides calycularis o gorgonias como Paramuricea clavata.

Por otro lado, la zona concentra el paso migratorio más importante entre Europa occidental y África para cientos de miles de aves marinas. Por él, pasa la totalidad de la población mundial de pardela balear (Puffinus mauretanicus) y de la pardela cenicienta mediterránea (Calonectris diomedea), que lo cruzan dos veces al año, además de una fracción muy importante de la gaviota de Audouin (Larus audouinii).

Con esta ampliación de sus áreas marinas dedicadas a la conservación, España avanza en el objetivo mundial de proteger al menos el 30% de la biodiversidad para 2030, acordado en la cumbre celebrada en Montreal (Canadá) el año pasado, así como en la estrategia de la Unión Europea sobre Biodiversidad para 2030 y el Plan estratégico estatal del patrimonio natural y de la biodiversidad a 2030, que recoge la necesidad de alcanzar un 30 % de protección y gestión efectiva, tanto de la superficie terrestre como de la marina.

Desde la asociación estatal de ornitología señalan que «es crucial elaborar, aprobar e implementar los planes de gestión para los espacios Red Natura 2000», una asignatura pendiente sin la cual consideran que los espacios marinos corren el riesgo de convertirse en «papel mojado». También consideran que es importante empezar a poner sobre la mesa el compromiso de protección estricta del 10% de la superficie marina, como contempla la estrategia de biodiversidad de la UE.

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