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Ecologistas en Acción de Alcalá de Henares
La Estrategia de la Unión Europea sobre la Biodiversidad de aquí al 2030 compromete a todos los Estados miembros a que las ciudades de más de 20 000 habitantes hagan esfuerzos para ecologizar las áreas urbanas y periurbanas con el objetivo de revertir la tendencia en cuanto a la pérdida de los ecosistemas verdes urbanos, potenciar su recuperación en aquellos espacios en los que se han perdido y promover iniciativas para que los espacios verdes existentes pasen de tener una función ornamental a tener una función ecológica. En definitiva, introducir la naturaleza en la ciudad.
Recientemente, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares (Comunidad de Madrid) presentó el proyecto para la recuperación del Molino Borgoñón en la Isla del Colegio. Como grupo de Ecologistas en Acción de Alcalá, nos complace saber que, por fin, se va a materializar una demanda histórica para recuperar el patrimonio histórico vinculado al río Henares, tan importante para la ciudad y que ha estado tanto tiempo olvidado. Dicho esto, queremos manifestar algunas preocupaciones que nos surgen viendo cómo se están abordando, a día de hoy, las intervenciones del Ayuntamiento, tanto en las márgenes del río en sí mismo como en el entorno vinculado con el tradicional aprovechamiento agrícola de la vega del Henares.
Alcalá de Henares es una ciudad que, pese a todo, ha sido privilegiada en este sentido y tiene todavía espacios con un alto grado de naturaleza. Unos espacios que están ligados al río Henares y a la infraestructura agrícola desarrollada en torno a este. Sin embargo, las actuaciones que se están llevando a cabo desde el Ayuntamiento en el río, lejos de potenciar el carácter natural de este a su paso por la ciudad, lo que han hecho ha sido convertirlo, cada vez más, en un parque urbano. Algo similar está ocurriendo en estos momentos con el caz de la Isla del Colegio que, con su agresivo proyecto de revitalización, está afectando a un espacio que integraba a la naturaleza dentro de la ciudad, siendo un enclave de biodiversidad, un corredor ecológico muy importante y un elemento de infraestructura verde de cara a una ecologización urbana real y efectiva. Un corredor que, hasta hace poco, estaba lleno de vida y que ahora está ocupado por excavadoras que han acabado con la vegetación natural de ribera que lo había colonizado y que atraía a muchas especies silvestres.
Esta revitalización del caz de la Isla del Colegio está muy relacionada con el proyecto de recuperación del Molino Borgoñón, ya que este canal es el que lo proveía de agua. También es importante señalar que parte de este caz es un brazo natural del río. Entendemos la importancia de la recuperación de este edificio y su funcionalidad como molino, pero, como tantas veces hemos demandado desde Ecologistas en Acción Alcalá de Henares, además del qué, es (más) importante el cómo.
En los tiempos que vivimos, en los que la funcionalidad tanto del molino como del canal obedecen a valores culturales y no a necesidades de producción agrícola –y cuando se ha reconocido, por activa y por pasiva, la necesidad de la naturaleza para una buena salud física y mental de sus habitantes en las ciudades–, el aprovechamiento de estos equipamientos como infraestructura verde destinada a renaturalizar realmente la ciudad debería ser una prioridad.
En relación a lo anteriormente expuesto, otro elemento fundamental de la recuperación natural de espacios urbanizados es el del aprovechamiento multifuncional de equipamientos existentes para reducir los impactos sobre el espacio verde urbano y minimizar costes. Llama la atención que, a escasos metros del edificio del molino que se va a rehabilitar y reintegrar, la Confederación Hidrográfica del Tajo vaya a construir un nuevo centro de interpretación ambiental a costa de una parte importante del espacio verde del Parque de la Juventud, con todo lo que ello implica. ¿No sería más ecológicamente coherente y económicamente eficiente plantear que el centro de interpretación estuviese en el molino?
Sabemos que una de los argumentos esgrimidos para no hacerlo así es que el molino se encuentra en una zona inundable. Pero hay innumerables molinos de agua rehabilitados como centros de interpretación y museos etnográficos en toda España que están en terrenos inundables. De hecho, en este mismo molino se plantea incorporar un centro de interpretación de la naturaleza y del arte molinero. ¿Por qué razón no se usa este mismo edificio para ambas propuestas educativas cuando es el espacio adecuado por razones históricas y culturales? ¿Qué espacio hay más relacionado con la historia de Alcalá y su vinculación con el río Henares (y por ende el Tajo) y su naturaleza que el molino? ¿Por qué duplicar esfuerzos y recursos a costa de perder espacios verdes en lugar de aunarlos y poder invertir más fondos en una auténtica renaturalización de la ciudad?
Desde Ecologistas en Acción Alcalá de Henares, invitamos al equipo de gobierno actual a repensar qué tipo de ciudad ambientalmente saludable nos merecemos todas las personas de Alcalá y nos ponemos a su disposición para aportar nuestra humilde experiencia para ayudarles en ese empeño.