El negacionismo como estrategia política en la campaña electoral
"Es un grave error fomentar el negacionismo como estrategia política porque la ciencia ofrece conocimiento y no ideología, los hechos son los que son y los son para todos, porque viajamos todos en la misma nave alrededor del sol", asegura la autora.
En ocasiones la vida nos ofrece la oportunidad de conversar con personas que tienen una visión de la realidad que nos sorprende. Esto puede ayudarnos a ampliar nuestra perspectiva de la realidad, pero también puede hacernos entrar en un estado de perplejidad que solo es posible abandonar tras el análisis, tanto de lo que la persona dice como de lo que refiere o acontece. En este caso, lo que acontece es una campaña electoral y mi estupefacción se produjo tras escuchar a una persona con formación y madurez negar el conocimiento científico que explica la crisis climática.
Mi interlocutor negaba el origen antrópico del cambio climático. Me cuestioné entonces si se trataba de una “creencia” negacionista o si era una “opinión” que obedecía a alguna otra lógica. Tras escuchar los diversos debates electorales emitidos por las cadenas públicas durante la campaña, observo que se trata de un discurso público que obedece a una clara estrategia política para tratar de romper el consenso político en torno a la naturaleza y gestión de esta crisis global, con un discurso de confrontación que diferencia y refuerza la propia marca.
Antes de comentar la estrategia negacionista observada en esta campaña, conviene recordar que la ciencia es a la vez actividad y resultado de la aplicación del método científico, que se caracteriza por ser empírico, objetivo, verificable o replicable, acumulativo y público. Y es objetivo porque los hechos observados deben ser obvios y mensurables para distintos observadores, de modo que exista acuerdo entre ellos. Por esta razón, el conocimiento que nos aporta la ciencia está basado en datos, que no en percepciones, y en el consenso científico, es decir, en el grado de acuerdo entre los observadores (científicos).
El método científico es aplicado en múltiples disciplinas, desde la medicina al estudio del clima. Sin embargo, hemos observado crecientes niveles de desinformación circulante, que incluye al discurso negacionista, y descalificaciones a quienes informan, divulgan o tratan de tomar medidas acordes con el robusto conocimiento científico existente sobre la crisis climática. Tal es la preocupación en la comunidad científica internacional que la revista Nature publicaba la semana pasada un artículo sobre el impacto de la desinformación en los discursos y políticas públicas que afectan a asuntos tan graves como las vacunas o la crisis climática.
En los últimos días vuelven a ser noticia una larga lista de problemas en nuestro sistema ecológico que tienen un severo impacto en la economía y en la salud humana. Mientras el agua dulce se retrae en el mundo, comenzamos a ver el rostro a una crisis climática anunciada desde hace décadas por la ciencia. El tercer Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio climático de Naciones Unidas (IPCC) emitido en el año 2007 contenía datos precisos que avanzaban estos cambios que ya experimentamos. El tercer eje de la crisis climática:la falta de agua dulce intensifica el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad.
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Mentiras y fakes contra el medio ambiente y la democracia
El otro día un compañero recibió el whatsapp de las «256 presas destruidas para crear sequía en la población…», donde se acusaba al gobierno, a los ecologistas y al pueblo en general del problema de la sequía. Le explicamos que era una mentira, fake news, porque lo que se derruye son azudes y presas pequeñas caducadas y obsoletas, llenas de los sedimentos que arrastran los ríos y que ya no sirven para almacenar agua, por eso vuelven a ser de dominio público y las leyes obligan a derruirlas para recuperar la fluidez de los ríos y su fauna autóctona. El mensaje no lo firmaba nadie pero por su contenido y procedencia indudablemente provenía de la derecha o la extrema derecha, y por supuesto no mencionaba los vaciados de pantanos que recientemente han hecho las eléctricas, dejando en pueblos y regantes sin apenas agua en plena sequía… https://www.ecologistasenaccion.org/292829/mentides-i-fakes-contra-el-medi-ambient-i-la-democracia/
Un informe de Mapfre presentado en la COP30 concluye que el año pasado este tipo de catástrofes provocaron pérdidas económicas que superaron los 300.000 millones de dólares (258.182 millones de euros).
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