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La cumbre del clima que alberga Bakú amaneció este jueves por con un texto redactado por la presidencia de Azerbaiyán, al mando de la COP29. En él, se reflejan algunas opciones planteadas durante las negociaciones climáticas de las últimas semanas pero no incluye cifras algunas en lo relativo, por ejemplo, a la nueva meta de financiación climática colectiva (conocida en inglés por las siglas NCQG).
A juicio de los analistas consultados, este primer borrador difundido “no ofrece puentes” para desatascar unas discusiones que deberían concluir el viernes pero que, en vista del ritmo y la tensión de las conversaciones climáticas, se espera que se alargue hasta el fin de semana.
El documento, de 10 páginas, recopila varias propuestas de estructura y base de contribuyentes o donantes para el nuevo objetivo de financiación climática sobre el que cerca de 200 países llevan negociando tres años –y, con más intensidad, estos últimos días– y que están llamados a acordar en Bakú.
Sin embargo, no incluye números concretos sobre la cantidad que debería movilizarse para costear la transición y adaptación climática en el mundo, y especialmente en los Estados en desarrollo, donde el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas del Acuerdo de París sugiere que esa transición sea pagada en parte por los países ricos.
El texto, en cambio, sí muestra las diferentes visiones sobre la transparencia necesaria en la financiación climática por parte de los países en desarrollo y por parte de los ricos: los primeros, entre los que se incluye China, piden transparencia sólo para los desarrollados y los segundos lo exigen para todos.
En cualquier caso, este texto no es ni siquiera un primer borrador de acuerdo, sino una mera “compilación de propuestas” de los países que pone la presidencia de la COP29 a disposición de las partes negociadoras, y del que no se sabe aún cuántas nuevas versiones habrá.
El comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, tachó de «inaceptable» el texto lanzado este jueves por la presidencia de la cumbre. «Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que contamos con una infraestructura mucho mejor; que la mayor parte de la financiación del sector público para la adaptación quede más clara», apuntó el comisario a los periodistas allí presentes.
Sin embargo, la UE se negó una vez más a hacer pública la cifra para esta meta colectiva de financiación climática que baraja proponer, y arguye que primero quiere que se aclare qué recursos y mecanismos financieros habrá sobre la mesa.
Queda «mucho trabajo por delante para la Presidencia, y para todas las partes implicadas», lamentó el comisario; «pero estoy seguro de que no hay ningún país ambicioso que piense que esto es suficiente».
Críticas de los observadores
Los analistas consultados, observadores en todo el proceso, apuntaron que el resumen “no refleja algunas conversaciones que se han mantenido a puerta cerrada”, y criticaron que no ofrece una “propuesta clara de puente”, y tampoco cifras, aunque sí habla de “billones”.
Esto “deja a los negociadores con una gran cantidad de progresos por hacer en los próximos días, y el camino hacia el acuerdo tendrá que ser rápido y sincero, con cifras sobre la mesa”, señaló desde el think tank E3G su director asociado y experto en diplomacia climática, Rob Moore.
Tasneem Essop, directora ejecutiva de Climate Action Network International, considera que «el borrador del NCQG sigue estando claramente incompleto sin cifras concretas para el objetivo de financiación, la piedra angular de cualquier acuerdo en la COP29 y la exigencia inquebrantable de los países en desarrollo a lo largo de esta cumbre. Los países desarrollados sabían que debían llegar a Bakú dispuestos a acordar un objetivo significativo de financiación para el clima. En lugar de ello, siguen jugando con las vidas de las personas que se encuentran en primera línea de la catástrofe climática, manipulando y socavando estas negociaciones críticas. Tienen que poner las cifras sobre la mesa ahora, o corremos el riesgo de no obtener ningún resultado».
“No me habría sorprendido si hubiera visto esto hace un par de días”, dijo por su parte el director de la Iniciativa Internacional sobre el Clima del Instituto Mundial de Recursos, David Waskow, quien agregó que, encontrarse con este documento a estas alturas revela la cantidad “considerable” de trabajo por hacer y los “puentes” que quedan por construir en las siguientes jornadas de la cumbre. “Los negociadores deberán trabajar duro en las próximas horas”, aseveró.
Desde la organización Strategic Perspectives, la especialista en diplomacia climática Linda Kalcher opinó por su parte que el texto «parece un farol de la presidencia«, y argumentó que «deberían saber más sobre las zonas de desembarco que lo que ponen sobre la mesa».
«Lo que también está claro es que la mayoría de los países del norte global no han puesto sus cartas sobre la mesa y se las guardan. Esto tendrá que cambiar para que la Presidencia y los pares ministeriales puedan trabajar en compromisos», añadió la experta.