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Cuenta atrás: siete años para superar el 1,5 ºC de calentamiento al ritmo actual de emisiones

Las emisiones en 2023 crecerán un 1,4% respecto a los niveles prepandemia, según una nueva edición del 'Presupuesto global del carbono': "Da igual la cantidad y velocidad de implementación de renovables si no va a la par de una disminución de las energías fósiles", alerta Pep Canadell, director del Global Carbon Project.
Cuenta atrás: siete años para superar el 1,5 ºC de calentamiento al ritmo actual de emisiones
La quema de combustibles fósiles es la causa principal del calentamiento global. Foto: PxHere.

Año de récords, y no en el buen sentido. En las últimas semanas, distintos organismos internacionales –recientemente, también la Organización Meteorológica Mundial– han concluido que 2023 será el año más caluroso a nivel global desde que hay registros. Ahora sabemos que el causante de este calentamiento también alcanza un hito: las emisiones mundiales derivadas del uso de combustibles fósiles van a ser este año un 1,1% superiores a las de 2022, lo que establece un nuevo récord.

Aun con las incertidumbres que hay en este tipo de análisis, y teniendo en cuenta que queda un mes para acabar al año, se prevé para 2023 un total de 36.800 millones de toneladas de dióxido de carbono derivadas de la quema de combustibles fósiles (36,8 gigatoneladas). Esta cantidad supone un 1,4% más que en 2019, último año antes de la COVID-19. En cuanto a las emisiones mundiales generadas por el cambio de uso de la tierra (por ejemplo, la deforestación), este año se prevé que alcancen las 4.100 millones de toneladas de CO2 (4,1 gigatoneladas).

Los datos proceden de la 18ª edición del Global Carbon Budget 2023 (Presupuesto global del carbono), un estudio anual de referencia elaborado por 121 especialistas de la Universidad de Exeter, la Universidad de East Anglia (UEA), el Centro CICERO de Investigación Climática Internacional, la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich y otras 90 instituciones de todo el mundo. 

En el caso de las emisiones fósiles (carbón, petróleo y gas), el informe –publicado en la revista científica Earth System Science Data– señala que han disminuido en 26 países que representan el 28% de las emisiones mundiales, mientras que el crecimiento de las emisiones se está ralentizando en otros países. Analizada de forma aislada puede parecer una noticia positiva, pero lo cierto es que los esfuerzos son insuficientes para mitigar el cambio climático: «Da igual la cantidad y velocidad de implementación de energías renovables si no va a la par de una disminución de las energías fósiles«, alerta a Climática Pep Canadell, director ejecutivo del Global Carbon Project e investigador jefe del Centro de Ciencias del Clima CSIRO en Canberra (Australia).

Lo mismo ocurre con las emisiones por el cambio de uso de la tierra. Si bien llevan dos décadas con «un pequeño pero incierto» descenso, los autores sostienen que la pérdida permanente de bosques por deforestación sigue siendo demasiado elevada como para luego pretender que las emisiones generadas sean compensadas mediante la reforestación o la plantación masiva de árboles.

En la última década, las mayores emisiones de CO2 debido a la deforestación proceden de Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo. Solo estos tres países son responsables del 55% de las emisiones netas mundiales de CO2 derivadas del cambio de uso de la tierra.

Cuenta atrás

Si se juntan ambos tipos de emisiones (las fósiles y las de uso de la tierra), podemos saber la contribución humana al calentamiento global. Se prevé que para este año las emisiones totales sean de 40,9 gigatoneladas de dióxido de carbono (40.900 millones de toneladas), lo que supone una década de emisiones más o menos estables. Sin embargo, en un contexto de crisis climática, no basta con mantener fijas las emisiones, sino que hay que reducirlas drásticamente hasta eliminarlas, por lo que surge la gran pregunta: ¿este ritmo de emisiones es compatible con el objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura media global "muy por debajo" de los 2 ºC y, más concretamente, de los 1,5 ºC? La respuesta es que no

Si persisten los niveles actuales de emisiones de CO2, hay un 50% de posibilidades de superar el grado y medio en tan solo siete años a partir de 2024. Es decir, a principios de la década que viene, el calentamiento global puede alcanzar los 1,5 ºC de manera constante durante varios años y no de manera puntual durante un día, semana, mes o año. Para superar los 2 ºC, el plazo es superior: 28 años. Y para un punto intermedio (1,7 ºC) se establecen 15 años. 

Estas estimaciones son lo que se conoce como presupuesto de carbono, una forma cuantitativa de saber el máximo de emisiones que puede haber antes de alcanzar una temperatura específica (en este caso, 1,5 y 2 ºC). El presupuesto de carbono se puede ver también como una cuenta bancaria: si tienes 10.000 euros ahorrados y quieres mantener siempre esa cifra, deberás reducir tus gastos anuales. Si al año gastas 1.000 euros, en 10 años habrás agotado tus ahorros.

A partir del año que viene, con el nivel actual de emisiones, el presupuesto de carbono restante es de 275 gigatoneladas de CO2 (275.000 millones de toneladas) para una probabilidad del 50% de limitar el calentamiento global a 1,5 °C; de 625 GtCO2 para un 1,7 ºC; y 1.150 GtCO2 para los 2 ºC. 

Pero, ¿por qué se habla de probabilidades? “Nosotros damos el presupuesto con esa probabilidad porque hay diferentes modelos y cada uno dice una cosa ligeramente diferente. No podemos pretender saber cómo va a cambiar exactamente el clima en los próximos 30, 50 o 100 años. Al analizar todos los modelos, nos dan una probabilidad”, explica Pep Canadell.

Esta estimación ha ido reduciéndose con los años: “Hace muchos años, siempre hablábamos de que, como mínimo, teníamos el 66% de probabilidad de limitar el calentamiento a 1,5 ºC, es decir, una probabilidad de dos entre tres. Ahora es del 50%, una probabilidad de una entre dos. La razón de este cambio es que la cantidad de carbono que podemos emitir para el presupuesto de 1,5 es tan poca que ya no tenemos esa seguridad del 66%. Es demasiado tarde”, señala el especialista catalán.

Alcanzar las emisiones netas cero en 2050 requiere que las emisiones antropogénicas totales de CO2 disminuyan una media de 1,5 GtCO2 al año, comparable al descenso observado en las emisiones fósiles de 2020 que ocasionó la COVID-19 (en este caso fueron 2 GtCO2). Sin embargo, eso no impediría superar el objetivo de 1,5 ºC a principios de 2030.

Otra pregunta que puede surgir es qué pasa con el resto de gases de efecto invernadero. Si bien el dióxido de carbono es el principal causante del calentamiento global, hay otros que también contribuyen. Según cuenta Canadell, el cálculo del presupuesto de carbono ya tiene en cuenta el resto de gases de efecto invernadero: "Asociado a la disminución del CO2, se espera que el resto de gases también bajen. La diferencia es que, una vez se termine el presupuesto de carbono, no se puede emitir más CO2. En cambio, con emisiones de metano, es posible estabilizar el clima" debido a que tiene una vida y comportamiento diferente en la atmósfera, señala Canadell.

Aumentan las emisiones de todos los combustibles fósiles

Un aspecto interesante del Global Carbon Budget 2023 es que realiza un análisis de las emisiones fósiles por tipo de combustible y país. Esto nos permite saber que la mayor parte de las emisiones globales (41%) proceden del carbón, del que se espera un aumento del 1,1%, con China e India como lugares donde más crecen. En cambio, se esperan fuertes descensos en Estados Unidos y la Unión Europea.

Respecto a las emisiones procedentes del petróleo (que representan un 32% del total de emisiones), se prevé que aumenten un 1,5%, con ligeros descensos en Estados Unidos, la Unión Europea y el resto del mundo, pero con aumentos significativos en China e India.

En cuanto a las emisiones de gas natural (21% del total de emisiones), el análisis apunta a un incremento del 0,5%, con un gran descenso en la Unión Europea y aumentos en EE. UU., China e India. Finalmente, están las emisiones del cemento (4% del total), de las que se estima un aumento del 0,8%, con descenso en la Unión Europea, EE. UU. y China, y aumentos en la India y el resto del mundo.

Esta ingente cantidad de emisiones llega a la atmósfera, formando la capa que hace que el planeta se recaliente. Acorde al Global Carbon Budget, la concentración de CO2 atmosférico este año estará en torno a las 419,3 partes por millón de media anual, lo que supone un 51% por encima de su nivel preindustrial. Se estima que un nivel 'seguro' está en torno a las 350 ppm, valor superado en la década de los 90.

"Los efectos del cambio climático son evidentes a nuestro alrededor, pero las medidas para reducir las emisiones de carbono procedentes de combustibles fósiles siguen siendo dolorosamente lentas", señala Pierre Friedlingstein, profesor del Global Systems Institute de Exeter y encargado de dirigir el estudio.

India supera a la UE en emisiones

Actualmente, China es el país que más gases de efecto invernadero expulsa a la atmósfera en términos absolutos (no así en términos per cápita), siendo responsable del 31% de las emisiones mundiales. Para este año se espera que aumenten en torno a un 4% respecto a 2022. Según el equipo de especialistas responsable de estos datos, el crecimiento de este año del país asiático se debe en parte a un retraso en la recuperación tras los importantes cierres de COVID-19 en China en 2022.

En Estados Unidos, segundo mayor emisor del mundo (14% de las emisiones globales), se prevé que las emisiones en 2023 decaigan un 3% gracias, sobre todo, a una bajada de las emisiones del petróleo. Mientras, en India (8% de las emisiones mundiales), se prevé que las emisiones este año aumenten un 8,2%, con subidas en todos los combustibles fósiles. 

En la Unión Europea (causante de un 7% de las emisiones mundiales), se prevé que las emisiones en 2023 se reduzcan un 7,4% en comparación con 2022, con descensos previstos en las emisiones de carbón (-18,8%), petróleo (-1,5%) y gas natural (-6,6%). En el resto del mundo en su conjunto (37% de las emisiones mundiales), se prevé que las emisiones causantes del cambio climático disminuyan este año un 0,4%.

El informe también estudia las emisiones derivadas de la aviación y el transporte marítimo internacionales, de las que generalmente nadie se hace responsable. Ambas representan cerca de un 3% de las emisiones mundiales, pero se espera que las emisiones de la aviación internacional crezcan un 28% respecto a 2022, mientras que las del transporte marítimo internacional lo hagan un 1%.

El aumento general de las emisiones también se debe a un suceso potenciado por el calentamiento del planeta: los incendios forestales. Este año, las emisiones mundiales de CO2 procedentes de los fuegos han sido superiores a la media (según los registros por satélite desde 2003) debido a una temporada extrema de incendios forestales en Canadá, donde las emisiones fueron entre seis y ocho veces superiores al promedio.

“Todavía estamos a 1,2 ºC de calentamiento global, y mira lo que está pasando alrededor del mundo a nivel de impactos y extremos climáticos. Imagina lo que sería de este mundo a 2,4 o 3 ºC. Desde el punto de vista de la salud humana, el medio ambiente y la economía global es un lugar al que, sin duda, no queremos llegar”, apunta el investigador Pep Canadell.

La tecnología no es la salvación

A día de hoy, los ecosistemas terrestres y oceánicos soportan cerca de la mitad de las emisiones de dióxido de carbono generadas por las actividades humanas, mientras que el resto permanece en la atmósfera, dando lugar al calentamiento global y posterior cambio climático. 

Durante la década 2013-2022, el sumidero oceánico (así se le conoce a los lugares capaces de absorber carbono) capturó en torno a 10,4 gigatoneladas de dióxido de carbono (10.400 millones de toneladas) al año, lo que supone un 26% del total de las emisiones de CO2. Solo en 2023, las emisiones atrapadas ascienden a 10,8 GtCO2. En cuanto a los sumideros terrestres (bosques, principalmente), la cantidad de emisiones de CO2 capturada durante el periodo 2013-2022 fue de 12,3 GtCO2 al año (31% de las emisiones totales). Para 2023, el informe estima que serán 10,4 GtCO2

Si bien los sumideros terrestres y oceánicos han absorbido más CO2 durante esta última década que en la anterior (2003-2012), los últimos informes del IPCC señalan que, en escenarios con emisiones de CO2 elevadas, se prevé que los sumideros de carbono oceánicos y terrestres sean menos eficaces para frenar la acumulación de CO2 en la atmósfera. 

Luego están los sumideros artificiales. Es decir, grandes máquinas que atrapen las emisiones de CO2. Los países –algunos más que otros– tienen presente este as bajo la manga en sus planes climáticos. Sin embargo, los datos dejan claro que esta tecnología es, a día de hoy, ciencia ficción. Según el Global Carbon Budget, la extracción de dióxido de carbono basada en la tecnología es de 0,01 toneladas métricas de CO2, es decir, más de 1 millón de veces menor que las emisiones fósiles actuales. Respecto a estas tecnologías, Pep Canadell, cree que habrá máquinas –"ya las hay", puntualiza– "que contribuirán un poco", pero tiene claro que "es difícil sacar tanto CO2" como para cumplir con el objetivo del Acuerdo de París. En este sentido, el experto es claro: "Este siglo va a ser muy difícil volver a 1,5 ºC. La temperatura seguirá subiendo".

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