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El planeta se ha calentado alrededor de 1,2 °C desde el siglo XIX, momento en el que los humanos dieron paso a la quema de combustibles fósiles como método para generar energía y riqueza. 173 años después, los eventos extremos son cada vez más habituales, potentes y duraderos como consecuencia de esa actividad. En este sentido, el 2023 que despedimos ha sido devastador.
Millones de personas, sobre todo las más vulnerables, han sufrido durante los doce meses del año fenómenos meteorológicos extremos a unos niveles nunca vistos. El problema es que, si no se pone fin al uso del carbón, el petróleo y el gas, irán a más cada año. Con cada fracción de grado de calentamiento, las olas de calor, los incendios, las lluvias torrenciales y las sequías se vuelven más intensas y probables.
En 2023, el cambio climático estuvo detrás de multitud de eventos meteorológicos extremos. Repasamos algunos de los más destacados:
Temperaturas extremas y olas de calor
Este año ha sido el más caluroso a nivel mundial desde que hay registros. Las altas temperaturas han llegado mucho antes de lo normal y se han sucedido multitud de episodios de calor extremo que han estado potenciados por el cambio climático.
En abril, España llegó a registrar casi 39 ºC. En Portugal, Marruecos y Argelia superaron los 40 ºC. Aquellos días de calor inusual habrían sido «casi imposible» que ocurrieran sin el cambio climático inducido por el ser humano, con temperaturas hasta 3,5 °C más altas en comparación con un planeta sin calentamiento global.
Desde el cuarto mes del año, tanto la temperatura del mar como del aire se ha disparado hasta niveles nunca vistos hasta la fecha. El calor asfixiante ha sido una normalidad durante todo el año. En julio, muchos países del sur de Europa, Norteamérica y China registraron temperaturas récord locales superiores a los 45 ºC, lo que provocó centenares de muertes. En el país asiático, según un estudio de atribución, el calentamiento global ha hecho que los eventos de calor extremo sean 50 veces más probables.
Las altas temperaturas no han sido un hecho exclusivo del verano. En octubre, la España peninsular conoció los 38 ºC. En Canarias, además, se suspendieron las clases debido a las altas temperaturas por primera vez en su historia. El periodo entre noviembre de 2022 y octubre de 2023, la Tierra ha estado 1,32 ºC por encima del clima preindustrial, según un análisis de Climate Central. España ha sido el país de Europa donde el cambio climático ha influido más en el aumento de las temperaturas.
Sequía
La falta de agua ha sido, sin duda, uno de los grandes problemas del 2023. España, y sobre todo Catalunya, actualmente la sufre de manera severa. Tanto por su duración e intensidad como por su alcance en superficie, la región española sufre la peor sequía de la que se tiene constancia. Son ya 36 meses de lluvias por debajo de la media y no hay signos a corto y medio plazo de que vaya a mejorar.
En muchos países de América del Sur, la sequía también ha sido una constante desde hace años atrás y se ha visto potenciada durante 2023. En Argentina, se han reducido a la mitad las cosechas anuales de trigo y soja. En Uruguay, miles de personas sufren falta de acceso al agua potable.
Desde octubre de 2020, el Cuerno de África ha estado sumido en una intensa sequía que ha provocado inseguridad alimentaria a millones de personas. A esto le han seguido inundaciones masivas que han matado a más de 300 personas. Ambos fenómenos, como demuestran los estudios de atribución, tienen las huellas del cambio climático.
En Siria, Irak e Irán, la situación es similar. El cambio climático inducido por las actividades humanas se ha unido a los conflictos bélicos y ha hecho que sus poblaciones sean altamente vulnerables a la sequía iniciada en el invierno de 2020.
Lluvias e inundaciones
En septiembre, el ciclón Daniel dejó una devastación sin precedentes en muchos países, siendo Libia la que salió peor parada. Las fuertes precipitaciones provocaron el colapso de dos presas y más de 3.000 personas fallecidas, la mayoría en la ciudad de Derna. Si bien el caos político que vive el país y el deficiente mantenimiento de las presas crearon las condiciones para que se produjera la catástrofe, un estudio científico constató que el cambio climático aumentó la intensidad de las lluvias torrenciales hasta en un 50%.
En Nueva York, los eventos extremos han sido una constante durante todo 2023. A finales de septiembre, la Gran Manzana acabó sumida en el caos por unas lluvias e inundaciones sin precedentes. Y en mayo, la región de Emilia-Romaña, en el norte de Italia, sufrió graves inundaciones tras tres fuertes lluvias ocurridas durante varias semanas. Aquello ocasionó varias muertes, miles de evacuaciones y la cancelación del Gran Premio de Fórmula 1.
Tampoco se ha librado de los eventos extremos Grecia. Además de los incendios forestales y el calor extremo, este año han tenido las peores lluvias torrenciales que se han visto nunca en el país. En algunos lugares, la cantidad de lluvia fue tan alta que las estaciones meteorológicas no pudieron registrar los datos.
Los últimos grandes episodios de lluvias e inundaciones fueron en octubre. Por un lado, la tormenta Babet provocó lluvias torrenciales y fuertes vientos en el este de Escocia –donde el nivel de los ríos alcanzó niveles extremos–. Por otro lado, la tormenta Aline se ensañó con el sur de Inglaterra, el oeste de Francia y el centro de España. En Madrid, se registraron 107,8 litros por metro cuadrado de precipitaciones en solo 24 horas, la cifra más alta en los últimos 163 años.
Incendios forestales
Si hablamos de incendios forestales en 2023, Canadá ha sido la que más ha sufrido con diferencia. La temporada de fuegos en el país norteamericano ha sido la más extrema jamás registrada. En total, los incendios han quemado más de 18 millones de hectáreas, batiendo el récord anterior en más de 10 millones de hectáreas. Según un estudio de atribución, el cambio climático ha provocado las condiciones de calor, sequedad y viento que han impulsado los incendios forestales.
A principios de agosto, una serie de incendios forestales ocasionó en Hawái más de 100 muertos, muchas personas desaparecidas y casi 3.000 edificios dañados o completamente destruidos. Ese mismo mes, la isla de Tenerife sufrió un incendio que afectó a muchas especies y personas, con más de 15.000 hectáreas quemadas, siendo el peor incendio de España en 2023.