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“El quinto elemento”. Seguramente este título nos remita más a aquella película rodada en 1997 por Luc Besson, en la que los coches volaban y Bruce Willis todavía contaba con algo de pelo, que a un filme sobre el cambio climático. Sin embargo, para James Balog, fotógrafo conocido en todo el mundo por ser testigo de la crisis del clima, el “quinto elemento” no es nada de ciencia ficción. Es una realidad: el efecto del ser humano sobre la tierra (y su progresiva devastación).
A pesar de resultar dramático, éste es el punto de partida que adopta el director Matthew Testa a la hora de seguir los pasos de Balog en su propósito por mostrar lo que el ser humano ha modificado de nuestro mundo, centrándose en los cuatro elementos básicos: tierra, agua, aire y fuego. Un camino que no permite al espectador ni el más mínimo respiro a la hora de reivindicar, imágenes mediante, lo que ya constituye una realidad para miles de personas: el final de nuestro modo de vida tal y como lo conocemos.
Como novedad, el escenario que sirve de ejemplo de devastación climática no es ningún pueblo perdido de la Amazonia, ni ningún recóndito país africano, sino la propia capital del imperio capitalista (y negacionista): los mismísimos EE.UU. Algo que supone un puñetazo en todos los argumentos que el Presidente Trump y otros negacionistas esgrimen continuamente. Así, Testa responde a las palabras de su propio presidente con imágenes que resultan innegables e ineludibles.
Entre ellas, las de niños americanos afectados por asma crónica debido a la polución (a la hora de hablar del “aire”), incendios cada vez más grandes y devastadores en el área de California, llevándose por delante la vida de vecinos y bomberos, homenajeados en la propia cinta (a la hora de hablar del “fuego”); de pueblos enteros de la costa este estadounidense inundados, , obligando a sus habitantes a buscar un nuevo lugar donde vivir (a propósito del “agua”) y, quizá como punto de esperanza final, a antiguos mineros reviviendo la economía local de pueblos deprimidos al ver perdida su fuente económica, gracias a negocios de energías renovables (hablando de la “tierra”).
El mensaje de esta The Human Element es claro: el cambio climático es una realidad producto, precisamente, de la acción del hombre (ese “quinto elemento” que se une a los demás a la hora de modificar el aspecto de nuestro planeta). Y, como realidad, es susceptible de ser retratada y exhibida como prueba de su misma existencia. Cabe preguntarse, entonces, qué más hace falta conseguir para abrir los ojos de aquellos que se niegan a aceptar una amenaza irreversible. De aquellos que no quieren ver, ni siquiera, estas fotografías.
The Human Element fue la película elegida para cerrar la quinta edición del Another Way Film Festival, saldada este año con 6.500 asistentes. Un festival de cine que ha continuado apostando por la conciencia social y ecológica, en el que dar cabida en primer plano a los efectos del cambio climático, por un lado, y a los efectos sociales que éste causa a la población, como consecuencia. Ya que, como explicaba Marta García Larriu, directora del festival, “abuso medioambiental suele implicar abuso social”.
Así entiendo que es más documental que película.
PARAR A LAS MULTINACIONALES ES NECESARIO
[Ciberacción] Paremos a las multinacionales.
“Stop ISDS: Paremos a las multinacionales” Esta iniciativa, apoyada por las organizaciones adheridas a la “Campaña No a los Tratados de Comercio e Inversión” y la “Campaña Global Desmantelando el Poder Corporativo” tiene como objetivo terminar con el poder y la impunidad de las multinacionales, para lo cual reclama a las instituciones europeas y los Estados miembros:
Poner fin a la expansión del sistema de controversias inversor-estado (ISDS) basado en tribunales comerciales de arbitraje privados y que limita seriamente la capacidad de las instituciones democráticas para introducir nueva legislación a favor del bien común, paralizando la firma de nuevos tratados que lo contengan.
La cancelación de los acuerdos de inversión existentes que contengan el sistema ISDS.
La retirada de la propuesta de Corte Multilateral de Inversiones.
Apoyo al establecimiento del tratado vinculante de Naciones Unidas sobre empresas transnacionales y derechos humanos.
Apoyo a las iniciativas legislativas estatales sobre empresas y derechos humanos, así como a iniciativas en los parlamentos autonómicos y ayuntamientos.
Pide a nuestros representantes en la Unión Europea que pongan límites al poder de las multinacionales.
https://www.ecologistasenaccion.org/113425/ciberaccion-paremos-a-las-multinacionales/