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A través del juego se pueden aprender multitud de «alternativas frente a los estilos de vida convencionales que nos abocan a la situación de emergencia climática«. Esta ha sido la premisa de la cooperativa Ecoherencia para lanzar su último proyecto: Acción climática, un juego de mesa para mayores de 16 años que está a punto de hacerse realidad gracias a una campaña en Goteo. «Hay muchos juegos sobre cambio climático dirigidos a menores y faltaba uno que estuviera pensado para adultos. Así surgió la idea de diseñar Acción Climática», explica Patricia García, socia y coordinadora de proyectos de conservación de la biodiversidad de esta organización sin ánimo de lucro andaluza con planes en distintos puntos de España.
Cuenta con preguntas y respuestas basadas en temáticas de medioambiente y permacultura, un amplio abanico de técnicas para el diseño de espacios y proyectos a partir de una profunda observación y comprensión de los patrones de la naturaleza. También se habla de iniciativas como las energías renovables, la custodia del territorio, las supermanzanas o las gratiferias. Además, el juego tiene una parte de retos mediante la mímica o el dibujo y una fase final en la que los participantes deben resolver un enigma. «Este enigma es una acción a la que te tienes que comprometer. Todos podemos aportar un gratino de arena en poner freno a la emergencia climática con nuestros actos», asegura la coordinadora.
García destaca la importancia de seguir formándose en educación ambiental en etapas adultas. «Obviamente hay que educar a los más pequeños, pero parece que hay una edad, a partir de los 12-14 años, en que eso se detiene. Luego en ambientes universitarios cada uno estudia la línea que ha escogido y se olvida de esta parte transversal y fundamental que es la educación ambiental».
Ecoherencia ha querido crear un juego de mesa sin necesidad de acudir a las pantallas para pasar un buen rato durante un par de horas con la familia o amigos. Parece que han dado en la diana porque el crowdfunding para lanzarlo ha logrado el mínimo necesario en apenas 20 días. Y han recibido una propuesta para realizar una adaptación del proyecto en Latinoamérica.
«Cada vez hay más empresas implicadas en la acción climática»
La misión de Ecoherencia es ser una fuente de inspiración para la acción frente a la crisis climática y esto se materializa en varias líneas de trabajo como la educación ambiental, la restauración de ecosistemas, agroecología, ciencia e investigación y responsabilidad social corporativa. En su página web aparece un catálogo de administraciones, entidades y empresas a las que han asesorado o con las que llevan a cabo huertos urbanos, la creación de charcas para anfibios, recuperación de áreas costeras y un largo etcétera.
Patricia García señala que cada vez hay más «empresas implicadas en la acción climática». «Se nota muchísimo que en los últimos años la responsabilidad social corporativa está más integrada no solo en las multinacionales – sobre todo los anglosajones, que siempre han estado más avanzados en este aspecto–, sino también en empresas grandes y pequeñas».
Sin embargo, también hay compañías que acuden a este tipo de cooperativas o consultorías especializadas en temas ambientales con la intención de hacer simplemente un lavado verde de su imagen. Uno de los ejemplos más vistos en los últimos años han sido las iniciativas de plantación de árboles sin analizar, en las que se lleva a cabo esta acción sin tener en cuenta otras medidas de reducción del impacto ambiental en la actividad económica. «No tiene sentido que plantar para compensar CO2 y que luego eso se deje morir», reconoce García.
En Ecoherencia han pasado por un proceso de aprendizaje y esto les ha llevado a «establecer unos límites para esas empresas». Aseguran que tienen un código ético para decidir con qué empresas aceptan trabajar. «Nosotros no plantamos árboles porque sí. Cada vez hace falta dar más riegos a los árboles. Si no soy capaz de hacer ese mantenimiento, no voy a llevar a cabo esa reforestación», afirma García. Actualmente, realizan las plantaciones en fincas que gestionan desde la entidad de manera permanente. «Si quieren plantar en Madrid, por ejemplo, tienen que acudir a nuestras fincas en Colmenarejo o San Fernando de Henares».
La ciudadanía está cada vez más preocupada por el calentamiento global y demanda cambios significativos a las compañías y administraciones. Esto debe ser una palanca de cambio que acelere la acción climática. «El cambio climático está en boca de todo el mundo y cada vez hay más gente implicada en intentar frenarlo», concluye García.