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Todo ha cambiado. Hace un año no podíamos ni imaginar lo que se nos venía encima. A caballo de la segunda ola de una crisis sanitaria que parece no tener fin, la acción climática ha quedado en un segundo plano. Ante esta nueva situación, los movimientos por el clima se han reorganizado e intentan llevar a cabos sus objetivos en el espectro virtual, con pocas acciones de calle, pero insistiendo en la incidencia.
El 2020 tenía que haber sido el gran año para el clima, para tomar consciencia, pero la pandemia lo barrió todo. Sin embargo, entre tanta confusión, puede que se abran rendijas que aporten esperanza. ¿Podría la crisis sanitaria funcionar como palanca para producir un cambio social que abordase con éxito y de manear definitiva la emergencia climática? ¿Podría esta nueva manera de trabajar -más en red, más online- hacer confluir esfuerzos de todos los colectivos y personas para ser más efectivos?
Es cierto que la cobertura mediática de los efectos del cambio climático ha disminuido considerablemente a causa de la pandemia, pero se ha abierto un nuevo discurso científico: la vinculación entre la pérdida de biodiversidad y la pandemia se ha explicado en algunos medios de comunicación y la vinculación entre ambas empieza a ser conocida para el gran público, hecho que antes no sucedía.
Ante este escenario, quisimos preguntar a 12 movimientos por el clima y organizaciones ecologistas (Fridays For Future , Extinction Rebellion, Greenpeace, Ecologistas en Acción, SEO/Birdlife, Amigos de la Tierra, WWF, Complutenses x el Clima, Profes por el Futuro, Madres por el clima, Fundación Renovables y #EA26 Educación Ambiental) cómo estaban abordando la crisis climática en este momento y qué planes tienen para impulsar la acción climática en este contexto.
Trabajar en red y aumentar la incidencia online
Todos los movimientos coinciden en que la crisis sanitaria ha cambiado sus prioridades organizacionales. En algunos casos, como explica Sera Huertas, de #EA26, no ha ido tan mal: “la situación ha influido en todos los ámbitos de nuestra vida. En nuestro caso, el colectivo ya se movía mucho en redes sociales y durante el primer confinamiento multiplicamos nuestra actividad por tres. Las redes ya eran nuestro hábitat natural y en estos meses hemos hecho más encuentros que nunca, más debates y más actividades”. Reconoce, sin embargo, que la crisis ha afectado mucho a la educación ambiental.
En Amigos de la Tierra, Cristina Alonso, reconoce que en un primer momento se paralizó todo. “Tuvimos que repensar cómo aprender a cuidarnos; de hecho, la crisis de cuidados también se materializó en nuestra organización y tuvimos que repensar cómo nos relacionábamos.
“Tuvimos que disminuir nuestra presencia en las calles. La pandemia ha invisibilizado el movimiento y eso nos ha perjudicado. Aún así, hemos seguido protestando a través de las redes sociales”, explica Pere Joan Femenía desde Juventud por el Clima-Fridays For Future España, movimiento que en septiembre volvió a las calles. Aun así, en la organización reconocen que hay que seguir buscando estrategias para adaptarse a este nuevo contexto y continuar potenciando la causa.
Uno de los colectivos que más ha notado los efectos paralizadores de la pandemia ha sido el Profes por el Futuro, a causa de la paralización de las clases durante la primera ola. Conchi Arlandis, activista y maestra de educación infantil, asegura que se ha hecho hincapié “en la necesidad de abordar la crisis que estamos viviendo y explicar las causas desde las aulas. No queríamos volver a septiembre como si no hubiese pasado nada”. Como ha pasado con otros movimientos, la pandemia ha hecho que Profes por el Futuro perdiese una visibilidad mediática que necesita.
Tanto Ecologistas en Acción como Greenpeace, dos de las organizaciones más consolidadas, han incrementado sus acciones en redes y su trabajo de incidencia. “Hemos, además, incluido la mirada de la vinculación del ecosistema a la salud de las personas y hemos aprovechado para tejer redes”, explica Marta García, de Ecologistas y No a los Tratados de Inversión y Energía. Desde Greenpeace, por otro lado, se alegran de que la pandemia esté cambiando la percepción que se tiene de la naturaleza.
Reinventarse o morir
“Esta pandemia también viene provocada por nuestro fracaso como especie”. El que habla de esta manera tan tajante es David Álvarez, de Complutenses por el Clima, quien apuesta por centrarse en el ciberactivismo y exigir altura de miras políticas ante un momento tan crucial como el que estamos viviendo.
Para Extinction Rebellion (XR), la prioridad continúa siendo sacar el mayor número de gente a la calle para que se rebele contra la crisis que estamos viviendo, para ello, “es necesario que los medios de comunicación cuenten la gravedad de la crisis a la que nos estamos enfrentando”. Desde el movimiento exigen una salida verde a la crisis y confían en la vigilancia de la sociedad civil durante este proceso. “Los gobiernos. dicen que la salida a la pandemia será verde. Mientras, se prorroga el desmantelamiento de las nucleares, se rescatan empresas como Air Europa y se aplazan proyectos ambientales», dice Alberto Pajares de XR; y prosigue: “Estamos en la coyuntura en que la asamblea ciudadana puede ser un hito en la historia de este país”.
Amigos de la Tierra quiere que esta pandemia marque un antes y un después en la acción climática, y que las cosas se hagan bien: “Que hablar de transición energética no solo signifique descarbonizar la economía, sino hablar también de las relaciones de poder y abordar los retos desde una perspectiva ecofeminista y sobre todo, estar pendientes de que la recuperación de los países del norte no impacte en los países del sur”.
Estar vigilante
Si algo ha puesto de manifiesto esta crisis es nuestra interdependencia como especie. “Debemos proteger la salud del planeta, y eso ha cobrado más sentido que nunca. Queda, además, legitimado por el bienestar de la sociedad. Creo que el movimiento climático ha cambiado el imaginario de lo que es posible”, dice Marta García. Desde Ecologistas en Acción, además, continúan trabajando en el tema del litigio contra el gobierno español por inacción climática. Ahora mismo se están recogiendo firmas para entregarlas ante el Tribunal Supremo y critican la incongruencia de las administraciones en el ámbito de las políticas públicas.
Durante el encuentro, Tatiana Nuño, de Greenpeace, ha aprovechado para recordar que en diciembre se cumplen cinco años de la adopción del Acuerdo de París. “Estamos trabajando en coalición para llevar a cabo algunas actividades y mensajes y ver cómo reclamamos acción climática ante el colapso. También estamos haciendo un seguimiento de los Presupuestos”. WWF España, que continúa trabajando en la incidencia política del cambio climático, insiste en la necesidad de hacer un seguimiento exhaustivo de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Volver a la naturaleza, sí, pero con cabeza
David Howell, de SEO Birdlife ha insistido en aprovechar la oportunidad que se nos brinda de volver a la naturaleza, pero no a cualquier precio. “Si vamos a un segundo confinamiento, estaremos pendientes del cierre de parques. Queremos acceso a la naturaleza, pero que sea respetuoso”. Howell anima a ser crítico con el discurso de los gobiernos respecto a la salida verde de la crisis. “Animo a todo el mundo a intensificar la interpelación en las redes sociales y los medios de comunicación y a señalar a todos aquellos que no estén por la labor de la trasformación rápida que necesitamos”, ha concluido.
Desde Profes por el Futuro también están trabajando en reconectar al alumnado con la naturaleza y explicar cuáles son las causas de la pandemia, o al menos, cómo se relaciona el cambio climático con la crisis sanitaria que estamos viviendo. “Tenemos que centrar nuestros esfuerzos en difundir los estudios científicos que demuestran que esta pandemia es consecuencia del deterioro ambiental y la pérdida de diversidad. Esto lo ha provocado nuestro modelo de consumo”, dice Conchi Arlandis. Desde la organización se está trabajando en nuevos materiales pedagógicos para lleva la concienciación a las aulas.
También Sera Huertas ha hecho hincapié en la defensa de una educación ambiental transformadora y revolucionaria, porque si no, “no es educación ambiental (…) Solo hay que ver lo que se hace desde el greenwashing”. Huertas ha insistido en la necesidad de llevar la educación ambiental a todos los ámbitos, especialmente a tres: la educación formal, la salud y la política. “No podemos permitir que el sector quede arrasado en esta crisis, como ya pasó con la anterior. Para ello, tenemos que hacer presión, para que desde la política se rescate y se reflote este sector tan importante”.




