Con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como referencia, 45,8 millones de personas han respirado aire contaminado por ozono. Sin embargo, entra dentro de la normativa ambiental, puesto que las exigencias legales son mucho más laxas que lo propuesto por la OMS. Es la principal conclusión del último informe de Ecologistas en Acción.