¿Adiós a las calles, hola a los tribunales? Los litigios climáticos toman la iniciativa

En primavera se conocerá la sentencia del primer litigio climático de España. Es solo uno de los miles de casos que se han activado en el mundo por la inacción de gobiernos y empresas contaminantes.
¿Adiós a las calles, hola a los tribunales? Los litigios climáticos toman la iniciativa
Donald Pols, director de Amigos de la Tierra Países Bajos, sostiene una copia del veredicto que condenó a Shell en 2021. Foto: REUTERS/Piroschka van de Wouw

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Hace no tanto tiempo, en calles de todo el mundo, se podía escuchar algo más que el habitual bullicio de coches que contaminan. Era la voz, o más bien el grito, de miles de jóvenes –y no tan jóvenes– que se manifestaban cada viernes en grandes marchas para denunciar la inacción climática de los gobiernos. Aunque en el último año se ha llevado a cabo alguna movilización, lejos quedan ya los millones de personas de más de 150 países que se manifestaron por el clima en septiembre de 2019. También queda para el recuerdo la gran manifestación de Madrid durante la COP25, con la presencia de Greta Thunberg. Las restricciones sanitarias para combatir la pandemia modificaron las reglas del juego cuando el cambio climático estaba, más que nunca, en el centro de todas las conversaciones. 

Ante este nuevo e imprevisto escenario, una forma de seguir presionando son los litigios climáticos. Se trata de un procedimiento jurídico que puede dirigirse contra grandes corporaciones por su actividad altamente contaminante o contra los gobiernos por su falta de acción ante el cambio climático. El 2021 ha sido un año con multitud de casos con el clima como motivo principal.

Uno de ellos cumple justo su primer aniversario. El 3 de febrero de 2021, el Tribunal Administrativo de París declaró culpable al Estado francés por faltar a sus propios compromisos para combatir la crisis climática. La sentencia del conocido como caso del siglo considera ilegal que el Ejecutivo de Emmanuel Macron incumpla sus compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y señala al Gobierno como responsable de «daños ecológicos». El plan actual de Francia es reducir sus emisiones en un 40% para 2030 en comparación a 1990, y alcanzar la neutralidad climática para 2050. Lo que sigue siendo insuficiente

Este litigio comenzó el 17 de diciembre de 2018 de la mano de cuatro organizaciones: Notre Affaire à Tous, la Fundación Nicolas Hulot para la Naturaleza y la Humanidad, Greenpeace Francia y Oxfam Francia. En un primer momento, la condena que emitió el Tribunal era simbólica, con el pago de un euro a las organizaciones demandantes por «daño moral». Sin embargo, el 14 de octubre, ordenó al Estado que tomara «todas las medidas necesarias» para reparar, antes del 31 de diciembre de 2022, los daños ecológicos causados por sobrepasar el presupuesto de carbono entre 2015 y 2018.

Para Hugo Partouche, abogado que representa a L’Affaire du Siècle –la coalición de organizaciones demandantes–, uno de los mayores obstáculos a la hora de presentar litigios climáticos es «la percepción pública», ya que mucha gente contraria a estos procedimientos cree que «los jueces no deberían tener un papel político». No obstante, esto no parece ser un problema en Francia: el caso fue apoyado por más de 2,3 millones de personas que firmaron la que es la mayor petición popular sobre cualquier tema en la historia del país. «Nuestro trabajo es explicar cómo las leyes y los principios legales actuales se aplican a la emergencia climática. Por eso muchas acciones han tenido éxito», asegura. 

  1. Este mes de febrero, el Gobierno de Tanzania planea desalojar a más de 70.000 pastores indígenas Maasai de la región de Loliondo en el distrito de Ngorongoro, con el fin de crear un «área de conservación» que se utilizará para la caza de trofeos y el turismo de lujo. Como resultado, miles de Maasai perderán sus hogares y el territorio que han estado protegiendo durante generaciones.
    Como dijo un líder local en una entrevista recientemente: «No tenemos a dónde ir. Perder esta tierra significará la extinción de nuestra comunidad».
    Se supone que el «proyecto de conservación» está conectado a una empresa con sede en los Emiratos Árabes Unidos, ortello Business Corporation, que organiza viajes de caza de vida silvestre para las familias reales de Dubai. Mientras tanto, el desalojo de miles de familias las empujaría aún más a la pobreza y violaría sus derechos humanos básicos. Las vidas de 70.000 masai, la tierra y la biodiversidad que protegen no deben ser destrozadas para la diversión y el privilegio de las familias ricas.
    El Gobierno de Tanzania debe proteger a los pastores indígenas Maasai y respetar sus compromisos internacionales con los derechos humanos.
    El apoyo internacional es crucial para detener este desalojo:
    https://iprights.org/campaigns/petitions/stop-all-attempts-to-evict-70-000-maasai-indigenous-pastoralists-in-tanzania

  2. Todo un despropósito a favor , y para variar de las élites en connivencia con los políticos. La unión perfecta de los grupos mafiosos.
    Pero el sueldo de los politicos, lo pagan los cuidadanos y las élites, los sobornos. Con lo cual , deberían dejar de cobrar de los ciudadanos porque está claro que no nos defienden.

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