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¿Cómo afecta el cambio climático en las primeras etapas de la vida?

Alrededor de 140 millones de bebés nacen cada año en el mundo. Aunque se conocen los impactos de las altas temperaturas en la salud, se sabe relativamente poco sobre sus peligros en las primeras etapas de la vida. Uno de ellos es la obesidad.
¿Cómo afecta el cambio climático en las primeras etapas de la vida?
Las olas de calor están directamente relacionadas con el aumento de peso en los bebés y el riesgo de padecer obesidad en el futuro. Foto: BRIDGET COILA / FLICKR

La revista científica Paediatrical Perinatal Epidemiology ha publicado recientemente un número especial en el que aborda, a partir de 13 artículos científicos, cómo afecta el cambio climático a la salud reproductiva, perinatal y pediátrica. Se trata de un enfoque novedoso, puesto que, a pesar de que hay mucha literatura científica sobre los efectos del cambio climático en la salud adulta, se conoce relativamente poco el impacto que tendrá en las primeras etapas de la vida. Por ejemplo, si bien se sabe que el cambio climático influye en fenómenos meteorológicos adversos como sequías o inundaciones que cambiarán por completo nuestras pautas alimentarias y provocarán, en algunas regiones, inseguridad alimentaria, poco se ha escrito de cómo el aumento de las temperaturas globales condicionará los cuerpos de las nuevas generaciones

«Sabemos que las altas temperaturas puedan causar problemas de salud como golpes de calor y otras patologías relacionadas, pero también pueden causear enfermedades cardiovasculares o respiratorias», afirma la doctora Amelia Wesselink, investigadora en salud pública en la Universidad de Boston y especialista en epidemiología reproductiva y ambiental. Sus estudios se centran en cómo la contaminación del aire, el calor y la exposición a sustancias químicas que alteran el sistema endocrino dan forma a la salud reproductiva y ginecológica. Wesselink es, junto con el doctor Gregory A. Wellenius, la editora de la revista que acaba de publicar estas investigaciones. 

Como explica la especialista, «esto está muy estudiado. También sabemos que hay cierto porcentaje de la población más vulnerable, como gente mayor, gente que trabaja en la calle o gente que no tiene los medios para hacer frente a estas olas, como gente que no tiene aire acondicionado o no puede ir a ningún sitio a refugiarse del calor. Pero poco se conoce sobre el efecto de las altas temperaturas en mujeres embarazadas, bebés o niños. Lo que intentamos poner de relieve con este número especial es que la subida de las temperaturas y otros efectos ambientales causados por el cambio climático tienen un impacto real en estas poblaciones».

El aumento de las temperaturas puede provocar obesidad desde una edad temprana

De los artículos del número especial, uno llama poderosamente la atención. Se trata de una investigación dirigida por un equipo científico de la Universidad Hebrea de Jerusalén que ha descubierto que las olas de calor están directamente relacionadas con el aumento de peso en los bebés y el riesgo de padecer obesidad en el futuro. Este equipo ha analizado unos 200.000 nacimientos y ha llegado a la conclusión de que los bebés expuestos al 20% más alto de las temperaturas nocturnas tenían un riesgo 5% mayor de sufrir un aumento rápido de peso, lo que en un futuro puede traducirse en problemas de diabetes, obesidad u otros problemas o enfermedades cardiovasculares. Es la primera vez que se demuestra esta correlación de factores y esto supone un paso importante para desarrollar indicadores que den pistas sobre cómo será la salud del futuro.

«Durante los primeros seis meses de vida, los recién nacidos acumulan tejido adiposo rápidamente. En los siguientes seis meses, el tejido óseo y muscular se desarrolla más rápido y la masa relativa de tejido adiposo se reduce. Estos cambios en el desarrollo de los tejidos durante la infancia hacen que este período sea especialmente importante para determinar la composición corporal. De hecho, la asociación positiva entre el aumento rápido de peso infantil (RIWG, por sus siglas en inglés) y la obesidad en la infancia, la adolescencia y la edad adulta está bien establecida», se puede leer en el artículo. Y prosigue: «Estudios previos mostraron que la exposición a niveles más altos de temperatura ambiente se asocia con la obesidad en poblaciones adultas coreanas y españolas; algunos investigadores incluso sugirieron que el calentamiento global podría acelerar la epidemia de obesidad. Este estudio, sin embargo, es la primera investigación que asocia la exposición postnatal a temperatura ambiente y crecimiento infantil».

El doctor Carlos Dionicio, uno de los investigadores que ha dirigido la investigación, explica que «hay estudios en animales que demuestran que el tejido adiposo marrón puede ser el responsable de este mecanismo biológico: es el que genera la termogénesis. El tejido adiposo marrón se empieza a desarrollar durante el tercer trimestre de embarazo. Luego, en función de la exposición a la temperatura ambiente durante la etapa neonatal [primeros seis meses de vida], este tejido adiposo marrón puede aumentar o disminuir. Es decir, los niños y niñas que están más expuestos al frío, tienen más tejido adiposo marrón, por lo tanto, se produce más termogénesis y queman más calorías. Los niños de poca edad son malos regulando la temperatura del cuerpo; y el tejido adiposo marrón es el encargado de llevar a cabo esta operación de regulación de temperatura corporal. Si no, el niño moriría de hipotermia». Según explica el investigador, este era el punto de partida del estudio, que resume así: «Los niños más expuestos al frío, en general, tienen más tejido adiposo marrón y eso les ayuda a regular la temperatura, por lo que su cuerpo consume más calorías; por el contrario, los niños expuestos al calor, no queman tantas calorías» [porque se reduce el gasto de energía basal y aumenta la deposición de la grasa].

No obstante, Carlos Dionicio reconoce que hay que ser cautos con los resultados y continuar investigando mediante el procedimiento científico. «Este estudio tiene que ser replicable y tiene que poder realizarse en otras poblaciones, pero es un buen inicio». Según el investigador, para futuras investigaciones hay que introducir términos de etnicidad, cultura, nivel socioeconómico, edad de los progenitores, etc. Preguntada por estos estudios, la pediatra Jara Guardia también insiste en la necesidad de observar bien la relación entre hechos: «A nivel de salud medioambiental es muy complicado a veces hacer estudios que te justifiquen o que encuentren la causalidad de un problema, es decir, encontrar que la causa sea realmente la ambiental. En este sentido, la salud medioambiental y la pediatría medioambiental están avanzando en los últimos años. Es un campo que está claramente en crecimiento ahora».

De hecho, que el estudio de la Universidad Hebrea de Jerusalén se haya concluido con éxito se ha debido, entre otros factores, a la fortaleza del sistema de salud pública de Israel que, según Dionicio, «permite tener un buen registro y control de los infantes desde que nacen y hasta los seis años». La temperatura media que se ha usado en el estudio se ha determinado de manera satelital, lo cual ha sido clave a la hora de construir un modelo estadístico para la investigación.

El aumento del calor también produce más partos prematuros

Otra de las investigaciones, dirigida por un equipo de la Universidad de Sídney, concluye que, tras haber analizado casi un millón de embarazos en Australia entre 2005 y 2014, existe una correlación entre el aumento de las temperaturas globales y el incremento del número de partos prematuros. En el número especial de la revista también se puede leer acerca de otra investigación similar en Texas. Los resultados son parecidos. Si bien aún no se sabe cómo el calor desencadena los partos prematuros, se especula con la posibilidad de que esté relacionado con la liberación de hormonas que provocan el parto. 

Estos estudios constituyen la piedra angular de una nueva manera de mirar hacia la salud de las generaciones venideras. De ellos se desprende que nuestra biología será modificada y condicionada por el aumento de las temperaturas. Esto traerá nuevas enfermedades y epidemias, así como nuevas necesidades de adaptación, tanto por parte de los sistemas de salud como por parte de la sociedad. 

Este tema nace de la sección de febrero de Carne Cruda. Puedes escucharla aquí.

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