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Todo apunta a que, si las cosas no cambian, para mediados de este siglo, el cambio climático se convertirá en la principal causa del declive de biodiversidad, un lugar que ahora mismo ocupa el cambio de uso del suelo. Así lo indica el mayor estudio de modelización de este tipo hecho hasta la fecha, dirigido por el Centro Alemán de Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) y la Universidad Martin Luther de Halle-Wittenberg (MLU), y que se ha publicado este jueves en la revista científica Science.
El equipo de investigadores constató que la biodiversidad mundial sufrió una disminución de entre un 2% y un 11% a lo largo del siglo XX a causa, solamente, del cambio de uso del suelo. Para llegar a estos porcentajes, el equipo analizó cuatro parámetros de biodiversidad calculados mediante siete modelos diferentes.
«Al incluir todas las regiones del mundo en nuestro modelo, hemos podido llenar muchos puntos ciegos y responder a las críticas de otros enfoques que trabajan con datos fragmentados y potencialmente sesgados», dice Henrique Pereira, primer autor del estudio y jefe del grupo de investigación.
Menos polinización y secuestro de carbono
Utilizando otro conjunto de cinco modelos, los autores y autoras también calcularon el impacto simultáneo del cambio de uso del suelo en los llamados servicios ecosistémicos, es decir, los beneficios que la naturaleza proporciona a los seres humanos.
En el último siglo, se ha producido un aumento masivo de los servicios ecosistémicos de aprovisionamiento, como la producción de alimentos y madera. En cambio, los servicios ecosistémicos de regulación, como la polinización, la retención de nitrógeno o el secuestro de carbono disminuyeron moderadamente.
El equipo encargado de la investigación también examinó cómo podrían evolucionar en el futuro la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Para estas proyecciones, añadieron a sus cálculos el cambio climático como motor creciente del cambio de la biodiversidad.
Los resultados indican que el cambio climático podría ejercer una presión adicional sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, y aunque el cambio en el uso del suelo sigue siendo importante, el cambio climático podría convertirse en el principal factor de pérdida de biodiversidad en 2050.
Además, el equipo evaluó tres escenarios, desde el de desarrollo sostenible hasta el de altas emisiones y, en todos ellos, los efectos combinados del cambio de uso del suelo y del cambio climático provocan una pérdida de biodiversidad global (aunque con variaciones considerables entre las distintas regiones del mundo, modelos y escenarios).
Proyecciones, no predicciones
El objetivo de los escenarios a largo plazo «no es predecir lo que va a ocurrir», sino comprender las alternativas para intentar evitar «las trayectorias menos deseables» y escoger bien «las políticas y decisiones que se toman día a día», dice la coautora, Inês Martins, de la Universidad de York.
Además, según los investigadores, evaluar el impacto de políticas concretas sobre la biodiversidad ayuda a identificar las políticas más eficaces para salvaguardar y promover la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.
«No cabe duda de que existen incertidumbres en la modelización», pero aun así «nuestras conclusiones muestran claramente que las políticas actuales son insuficientes para alcanzar los objetivos internacionales en materia de biodiversidad. Necesitamos esfuerzos renovados para avanzar contra uno de los mayores problemas del mundo, que es el cambio de la biodiversidad causado por el ser humano», avisa Pereira.