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Con la situación de sequía prolongada en España que ya se nota en la agricultura, en las restricciones al consumo y en unos embalses cada vez menos llenos, circulan capturas de titulares sobre derribos de presas y embalses en España (como estos de RTVE o La Vanguardia) junto con mensajes que culpan al Gobierno de España o a la Unión Europea de generar una “sequía provocada”.
Pero se trata de una desinformación porque los obstáculos demolidos, o bien estaban en desuso, o bien debían derruirse por ley al haber finalizado su concesión (el permiso para tener el derecho al uso privativo del agua). La mayoría eran azudes (barreras que desvían parte del caudal de un río para el riego y otros usos y que no embalsan el agua) de tamaño reducido. Además, de haberse derribado grandes presas como sugiere esta narrativa, la capacidad de los embalses en la España peninsular habría disminuido en los últimos años, pero ha aumentado.
Ha aumentado la capacidad de los embalses en la España peninsular
Si en los últimos años (al menos 2021 y 2022) se hubieran derruido cientos de presas, como dicen los contenidos desinformadores, la capacidad total de los embalses habría disminuido, pero la realidad es que ha aumentado. Los datos del Boletín hidrológico peninsular que elabora semanalmente el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) muestra cómo ha incrementado la capacidad de los embalses en la España peninsular en los últimos años.
A 24 de abril de 2023, la capacidad del total de embalses es de 56.069 hm³. Tres años antes, en abril de 2020, la capacidad total era de 55.622 hm³, un 0,8% menos. Diez años atrás, la última semana de abril de 2013, era aún menor: 55.326 hm³.
La mayoría de las estructuras demolidas son azudes, barreras que no embalsan el agua
Estos contenidos se basan en el informe ‘Dam Removal Progress 2021’ de la organización Dam Removal Europe (Demolición de Presas Europa) y la Fundación Mundial de Migración de Peces donde se enumera por países el derribo de obstáculos en los ríos para “restaurarlos” año a año. Si en 2021 fueron 108 barreras eliminadas en ríos de España, en 2022 fueron 133, según sus cálculos, basados en las cifras de organismos oficiales e información aportada por miembros de la red y otros usuarios.
Pero no se trataba de pantanos, embalses o presas (la pared que cierra los embalses) en uso,sino sobre todo de “pequeñas sobreelevaciones sobre el cauce para facilitar algún tipo de toma para riegos” como los azudes (barreras que desvían parte del caudal de un río para el riego y otros usos y que no embalsan el agua), señalan a Maldita.es desde el Grupo del Agua del Comité de Agua, Energía y Cambio Climático del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.
Según datos oficiales del MITECO, en los últimos años se han derribado en España decenas de azudes anualmente. En 2021 fueron derribados al menos 95 azudes (aunque en los datos descargables, una estructura derribada en 2021 figura como «presa»). Hay un total de 74 azudes para los cuales no se indica la fecha de derribo.
“Los trabajos de demolición que se han efectuado han sido sobre 621 azudes y obedecen a la pérdida de funcionalidad o a garantizar el buen estado de masas de agua y la continuidad fluvial”, indica el MITECO a Maldita.es. Hemos preguntado para saber si esta respuesta corresponde al periodo 2000-2022. Además, estos azudes derribados no eran de gran tamaño, según los datos disponibles: del total recogido por el MITECO en el periodo 2000-2021, el 65,8% de los azudes demolidos de cuya altura hay datos tenían menos de dos metros y el 29,8%, de dos a cinco metros.
Estas estructuras no afectaban al suministro de agua. “Ninguna confederación hidrográfica de España ha demolido ninguna presa cuyo embalse pudiera contribuir al suministro de agua y paliar los efectos de la sequía”, responde la Confederación Hidrográfica del Tajo preguntada por Maldita.es. “No se ha demolido ninguna presa que tenga funcionalidad para suministrar agua”, indica el MITECO.
En concreto, los derribos realizados en la cuenca del río Tajo, el más largo de la península ibérica, no han sido embalses sino normalmente azudes que han perdido su función, indica la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). En estos casos las autoridades deben eliminar la infraestructura, según el Reglamento del Dominio Público Hidráulico. La ley también obliga a derribar una presa cuando finaliza la concesión de su uso, como explicamos más adelante.
En las cuencas de los ríos Miño y Sil “no han sido demolidas presas. Se trataba de azudes sin uso y la decisión de demolición ha sido por pérdida de funcionalidad y para cumplir lo reglamentado para garantizar el buen estado de masas de agua y la continuidad fluvial”, indica a Maldita.es la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. Desde 2009 hasta 2022 se han demolido 52 azudes y adaptado 10 en esas dos cuencas, según la confederación. La confederaciones hidrográficas de los ríos Miño y Sil y la del río Tajo son las dos autoridades que gestionan ríos en España que han respondido a las preguntas de Maldita.es.
Infraestructuras en desuso o sin concesión
La inmensa mayoría de estructuras derribadas, azudes u otras, eran “infraestructuras obsoletas, sin propietario reconocido y generalmente en ruinas”, señala a Maldita.es el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. “Sólo un par de estructuras de mayor entidad se han demolido. La causa fue su falta de funcionalidad y que, de mantenerse, podían haber planteado problemas de inundaciones. La capacidad de regulación de estas estructuras tiene muy poca incidencia en los volúmenes disponibles” de agua, aclaran.
El 76% de las infraestructuras derruidas en Europa en 2021 para las que había datos de altura eran de menos de dos metros y estaban en desuso o su concesión de uso no se había renovado, según indica a Maldita.es Jesús Vargas, profesor de Geografía de la Universidad de Málaga y miembro del Observatorio Ciudadano de la Sequía, en base al informe de Dam Removal Europe (página 3). La vida útil de una presa es de 50 a 60 años y “si no se gestiona o se renueva puede generar riesgos importantes. Si está en desuso tiene más sentido demoler que remodelar”, añade el geógrafo.
En la Comunidad de Madrid, la única presa desmantelada “en los últimos años” ha sido la de La Alberca por estar inutilizada. Esta infraestructura nunca ha formado parte de la red de embalses del Canal de Isabel II al no finalizarse su construcción por problemas de filtraciones, señala a Maldita.es la empresa pública que abastece a la Comunidad de Madrid, de cuyo gobierno autonómico depende.
Pao Fernández, directora de proyectos de Dam Removal Europe (Demolición de Presas Europa) y maldita que nos ha prestado sus superpoderes, incide que “no se ha demolido nunca ningún obstáculo en uso o con concesión en regla” en España. “Su derribo se ha debido a que perjudica a todo río aguas abajo, sobre todo a los humanos. Los que se derriban o no están en los inventarios, o son ilegales por no tener concesión, o llevan años abandonadas y son un peligro al no tener ningún tipo de mantenimiento o reparación, o su concesión ha caducado”.
“En la actualidad se están produciendo desmantelamientos en infraestructuras que ya se encontraban fuera de uso y en instalaciones que, una vez llegado al final del periodo concesional, la administración considera que por motivos ambientales o económicos no es viable su continuidad”, explicó a El Independiente Eduardo Rojo, responsable de mantenimiento de presas de Iberdrola.
Arturo Elosegi, profesor de Ecología Fluvial de la Universidad del País Vasco, señaló a El Confidencial que «hay muchas zonas agrícolas en las que hace 50 años los azudes permitían regar zonas cercanas al río, pero donde hoy en día se ha construido un gran embalse aguas arriba y se ha configurado una red totalmente nueva de canales, así que muchas de las antiguas presas ya no sirven para nada». Algunos de los azudes eliminados podrían haber contribuido al desbordamientos de ríos, según Elosegi: «Un azud eleva la lámina de agua y cuando vienen riadas, provoca que el río se desborde más».
“Absolutamente todos los obstáculos que se han demolido y se está promoviendo demoler están en desuso y/o carecen de concesión. Por lo tanto, son infraestructuras que no tienen ninguna utilidad pública ni privada actualmente. La demolición de estos obstáculos fluviales mejora la circulación de caudales y puede incluso beneficiar a las captaciones aguas abajo que estén en uso y sean legales. En nuestro país hay más de 170.000 obstáculos, casi uno por kilómetro de río, que impiden que la corriente pueda fluir libremente”, apunta Tony Herrera, presidente del Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF). Al acabar la concesión, “la demolición es una obligación legal de la Administración”, recuerda Herrera.
Demoler embalses sin concesión es una obligación legal
El artículo 101 de la Ley del Patrimonio de las Administraciones Públicas fija que cuando se acaba una concesión, las construcciones existentes “deberán ser demolidas por el titular de la concesión o por la Administración a costa del concesionario”, salvo que su mantenimiento estuviese previsto expresamente en la concesión o lo decida la autoridad que la otorga.
Además, con el fin de la concesión en los embalses con agua aprovechable, “por motivos de seguridad no se pueden dejar sin un responsable que garantice su correcta explotación y mantenimiento” según dicta la legislación de aguas en el artículo 89 del reglamento de Dominio Público Hidráulico, señala la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Es el caso del futuro derribo de la presa de Valdecaballeros (Badajoz), a cuya concesión renunció Endesa en 2021. Este embalse se construyó para refrigerar una central nuclear que nunca entró en funcionamiento por la moratoria nuclear de 1984, ha explicado la Agencia EFE. Su demolición no afectará al abastecimiento de agua a la población, según la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), aunque algunos vecinos de los pueblos cercanos se oponen al derribo y la Junta de Extremadura ha recurrido la decisión. Unos kilómetros más abajo, el Guadiana se encuentra embalsado con el embalse de García de Sola/Puerto Peña. Antes de esta presa se encuentra el embalse de Cijara. En la cuenca del Guadiana hay 53 embalses contabilizados en la web de la CGH.
Lo mismo ocurre con la presa de Los Toranes, en Albentosa (Teruel). Construida en el río Mijares, su concesión de 75 años acabó en 2018. Iberdrola, la compañía concesionaria, aceptó el final de la concesión al no verle viabilidad. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictaminó que la eléctrica debía hacerse cargo de su demolición y rechazó el recurso de Iberdrola para que la presa volviese al Estado, como recoge la sentencia.
Un vídeo viralizado con estos contenidos que relacionan el derribo de infraestructuras en los ríos con la sequía actual es el de la demolición de la presa o azud de La Gotera, en el río Bernesga (León) en 2011. Estaba sin concesión, con las compuertas en desuso y parcialmente colmatada (llena de sedimentos), explica la Confederación Hidrográfica en el siguiente vídeo. Esta infraestructura se construyó en 1922 como minicentral eléctrica y no abastecía de agua.
Se ha derribado un porcentaje pequeño de los obstáculos obsoletos
“Los obstáculos demolidos en España son todavía una parte mínima de los obstáculos obsoletos, básicamente pequeñas represas y azudes que ya no tienen utilidad alguna, y que por tanto es necesario eliminar para mejorar la continuidad fluvial de nuestros ríos”, señala en la misma dirección Julia Martínez Fernández, directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA).
El informe de Dam Removal Europe indica que España es el tercer país de Europa con más barreras fluviales: 171.203. De ellas, al menos 5.400 barreras podrían demolerse según WWF. Pero sólo “casi un 2% de ellas se ha demolido, muy por debajo del promedio de los países (18,65%)” que analiza el citado informe en 2021, aclara Jesús Vargas.
Esta desinformación también ha sido desmentida por EFE Verifica, miembro de la International Fact-Checking Network al igual que Maldita.es. También es un mito decir que ‘los ríos tiran agua al mar que podríamos aprovechar‘. Los ríos transportan nutrientes y sedimentos que alimentan a la fauna y flora, que al embalsar se quedan bloqueados.
Falacias, no sólo no se derriban sino que los construídos que llevan años semivacíos por la escasez de lluvias y que ya nunca se llenarán, pretenden ampliarlos.
Todo por el negocio del cemento y por la codicia de los regantes. ¿Qué quieren agua? pues que se construyan balsas en su territorio.
¿para que querrán ampliar un pantano si nunca se va a llenar en la capacidad actual?
PANTANO DE YESA ¿Qué hay de la seguridad?
El próximo 18 de mayo hará 22 años que el corrupto ministro de Medioambiente Jaume Matas puso la primera piedra del recrecimiento de
Yesa. Una obra respondida desde el movimiento por la Dignidad de la Montaña y que, lejos de estar cerca de ver la luz, se encuentra en una
encrucijada cuya única salida racional apunta al descarte definitivo de su llenado y la reparación para un territorio afectado que ya fue duramente castigado hace 60 años por el actual embalse. La ciudadanía aragonesa debe ser consciente de esta realidad, demasiadas veces silenciada, a partir de constatar como su presupuesto ha pasado de los 113 millones de euros de adjudicación a los más de 370 ya gastados y los casi 500 presupuestados o cómo la tramitación administrativa se encuentra empantanada con un modificado cuya redacción fue aprobada en 2017 pero, a fecha de hoy, no han sido capaces de resolver. Pero, sobre todo, al haberse confirmado los graves deslizamientos de las laderas que hacen imposible su culminación con unos factores de seguridad que permitan, a futuro, garantizar la vida de las personas aguas abajo de la presa.
Es este último elemento, el de la seguridad, lo que convierte el recrecimiento de Yesa en una quimera. Hasta el último informe elaborado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos ha tenido que reconocer los gravísimos problemas estructurales que acompañan las
obras de recrecimiento de Yesa o la sistemática falsedad en informes elaborados en el pasado. A la par, ha indicado a los promotores de la obra que, si quieren continuar, tendrán que hacerlo con el sistema de Ensayo y Error, con un control muy especializado y sistemático durante su
explotación futura. ALGO INASUMIBLE para los habitantes aguas abajo…..y cualquier sociedad que aspire a lo mejor para su ciudadanía.
Asociación Río Aragón contra el recrecimiento del embalse de Yesa-COAGRET – http://www.yesano.com
En los años 60, dentro de la política de aniquilamiento de las comarcas periféricas, se planificó en el valle de Jánovas un pantano que cubriría el valle más amplio de esta sucesión. El pantano de Jánovas, tan inútil como tantos otros de los diseñados en la época, tan sólo sirvió para provocar la expropiación y la diáspora de los pueblos de la zona.
Jánovas, la principal de las poblaciones fue dinamitada en aras de un supuesto «progreso». Más de 30 años después, el pantano aún no ha sido construido, lo que demuestra que no era tan necesario. En cualquier caso, numerosos intereses pesan para que aún nadie haya tomado la valiente decisión de reconocer aquel inmenso error y promover la vuelta a la vida de este portal de Ordesa.
HABANERA TRISTE – La Ronda de Boltaña
https://www.youtube.com/watch?v=f6PNLvEbc2g
Os invito a hacer una pequeña reflexión… Si encima de que cada vez caen menos precipitaciones por diversos factores entre los cuales se encuentran las famosas avionetas que esparcen yoduro de plata y aluminio para deshacer las nubes, que cada vez que hay un incendio forestal no se coge a gente que está en paro para limpiar el monte y reforestarlo, que a veces si no te renuevan como reten contra incendios, puede que esa persona como venganza lo prenda o que lo quemen para construir posteriormente, si en lugar de contener el poco agua que nos queda y embalsarla a modo de “despensa”, APAGA Y VAMONOS!
Cuando un bien escasea, su valor aumenta, por lo que si con el agua al escasear la vendieran, se encarecería y sería un buen objeto de negocio por lo que me da a reflexionar y pensar que todo esto se está generando de
forma intencionada por “x” personas que quieren beneficiarse de ello.
No hablo ni de políticos, hablo de un hecho que tiene su lógica, si tienes poca comida, la que te queda la guardas y proteges porque no sabes cuando vas a volver a comer…
¿Por qué a España no le interesa embalsar más cantidad de agua, sabiendo que se está desertizando?