Kilian Jornet: «La mayor huella de carbono de un atleta son los vuelos»

El atleta Kilian Jornet acaba de lanzar su propia fundación con el objetivo de preservar las montañas y su entorno frente a la crisis climática y ambiental.
Kilian Jornet: «La mayor  huella de carbono de un atleta son los vuelos»
Kilian Jornet. Foto: Matti Bernitz. Foto: Kilian-Jornet-2019-c-Matti-Bernitz(22)

Es difícil etiquetarlo, por eso ya se define él mismo: se considera un atleta de montaña 360º. Ya sea corriendo, con esquí o ascendiendo grandes picos, Kilian Jornet (Sabadell, 1987) ha pasado toda su vida rodeado de montañas y espectaculares ecosistemas logrando una hazaña tras otra. Ahora vive en Noruega junto a su familia, y desde allí ha emprendido su último reto: preservar esos entornos naturales degradados por culpa del ser humano.

Con este objetivo, acaba de lanzar su propia fundación. Lo hace porque sabe que no basta con ser consciente del problema, hay que actuar: «Sería muy hipócrita por mi parte dar todos esos consejos y seguir con la misma vida que hasta ahora», sostiene. A través de una videollamada, el deportista catalán habla con Climática de su contribución a la crisis del clima y de biodiversidad en los últimos años y reflexiona sobre el papel que debe desempeñar el deporte en la transición ecológica.

Desde pequeño, ha mantenido una relación muy estrecha con la naturaleza, pero eso no siempre significa automáticamente ser consciente de lo importante que es cuidarla. En su caso, ¿cuándo se dio cuenta de la necesidad de luchar frente al cambio climático?

No es lo mismo querer a la naturaleza -por distintos motivos: por practicar deporte, por su belleza, o porque sabemos que formamos parte de ello- que ser consciente de que hay que preservarla y cuidarla. No solo por la parte estética, sino porque es parte del ecosistema. De ser consciente a actuar hay otro paso. Creo que mucha gente es consciente, pero por comodidad no actúa, o solo lo hace hasta cierto nivel.

Además, no es lo mismo no tirar la basura al suelo que reducir los viajes o instalar una bomba de calor en casa. Es decir, el nivel de consciencia puede ser alto, pero el nivel de acción depende muchas veces de la comodidad que le queramos poner o de la urgencia que le veamos al problema.

Creo que he sido consciente del problema desde niño. Cuando vivía con mis padres en un refugio en la montaña, era muy visible la necesidad de cuidar el entorno porque éramos parte de él. Pero sí es cierto que la concienciación climática me ha llegado en los últimos cinco o seis años, coincidiendo con un aumento del discurso en este sentido. Recuerdo en los años 2006-2007, cuando empecé a competir, que no había tanta información, no había tampoco tanta concienciación sobre los efectos de los gases invernadero ni sobre la contaminación de algunas partículas. Ha sido en el último lustro cuando realmente se ha visto más la necesidad de actuar, y desde entonces he intentado cada vez más que mi vida fuera más acorde con esto.

La misión principal de la Fundación es la preservación de las montañas y su entorno. ¿Qué quiere conseguir con este nuevo proyecto?

Hay unos problemas que son locales, que van desde desde basura, infraestructuras, modelo de turismo, de economía, de regiones de montaña… Y, evidentemente, también hay problemas que no son específicos de la zona de las regiones de montaña, pero que también le afectan, como es la lucha frente al cambio climático o partículas contaminantes que, por movimientos de aire o de los mares, también llegan a esas regiones.

Dentro del tipo de acciones que queremos hacer nos hemos basado en tres tipos. Una es financiar investigaciones. De hecho, el primer proyecto que hemos empezado está dentro de esta línea que es la investigaciones en glaciares. Al final, hay que saber a qué nos enfrentamos, cuáles son las mejores soluciones… El segundo es la educación y concienciación; desde niños hasta adultos. Y, por último, acciones directas. Estas pueden ser muy variadas, desde limpieza de un campo base de una montaña o de un glaciar hasta sacar infraestructuras no usadas o la construcción de infraestructuras que sean más sostenibles o la replantación de un bosque. Es decir, todo lo que sean acciones que solucionen un problema que es más local o puntual.

Para el primer proyecto, la Fundación se asocia con el Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares. El último informe del IPCC señalaba que si continúa el ritmo actual de emisiones, los glaciares perderán durante este siglo más de un tercio de su masa.

Creo que está calculado que se puede salvar entre el 40 y el 60% de los glaciares que hay si actuamos. A parte de la estética, que pueden ser muy bonitos, también tienen una función muy importante, ya sea por el afecto albedo o por el agua que tienen y del que dependen muchas regiones. Luego está también el permafrost que se está derritiendo y provoca grandes derrumbamientos. Eso se nota escalando. Muy frecuentemente caen masas enormes. Esto conlleva, además, que los pueblos que vivan abajo se queden encerrados. Todo esto hay que tenerlo en cuenta.

Como comenta, ha vivido en primera persona los efectos devastadores del cambio climático. ¿Qué le viene a la mente al pensar en ello?

Es muy visuales el tema de los glaciares. Si vas a un sitio cada año, por ejemplo a los glaciares de los Pirineos, pues hace diez años eran mucho más grandes que ahora. Bueno, ahora es que casi no existe ninguno en los Pirineos.

También los cambios de meteorología. Ahora vemos meteorologías más extremas, con fenómenos que quizá antes eran más habituales a la zona del trópico que están llegando más al norte o más al sur. Vemos cómo las estaciones pues están cambiando ligeramente.

A nivel meteorológico también se notan bastante los efectos del cambio climático, y eso también afecta a que al final un paisaje de montaña alpino o subalpino esté cambiando de lugar porque la meteorología está cambiando.

‘’Mi estilo de vida durante la última década como atleta profesional ha estado ligado a viajes frenéticos por todo el mundo y, así, he contribuido directamente en acelerar el calentamiento global’’. ¿Qué piensa hacer para reducir su huella de carbono? 

Sería muy hipócrita por mi parte dar todos esos consejos y seguir con la misma vida que hasta ahora. En los últimos años he intentado reducir los viajes a solo a esas carreras o proyectos que realmente fueran muy importantes para mí, reduciendo todos los viajes que no fueran imprescindibles. Una forma es haciendo más videoconferencias o, a veces, anulando encuentros e intentando ponerlo todo junto.

Al final, sí es verdad que la parte más grande de la huella de carbono de un atleta, aunque en casa coma de forma vegetariana, tengamos la casa con energía renovable y que los trayectos aquí vayamos en coche eléctrico o en bicicleta, son los vuelos internacionales en avión.

Por ello, ahora intento reducirlo todo a ese proyecto o esa carrera al año que realmente le doy mucha importancia. Y, el resto del año, hacer carreras cerca de casa, que no conlleven un viaje, intentando minimizarlo hasta un máximo de tres toneladas de carbono al año, es decir, un viaje internacional y uno o dos viajes cortos.

No todos los atletas estarán tan dispuestos a hacer este tipo de sacrificios.

Es como todo. Para competir tienes que pasarte horas corriendo, y hay gente que lo ve como un sacrificio porque quizás pues tienes menos tiempo para para ver a los amigos, salir de fiesta o ir a comer. No es un sacrificio, al final es tu forma de vida. Si pensamos que cuidar el planeta es un sacrificio es que estamos mirando a muy corto plazo. Ese es el problema es que tenemos a nivel de economía y de forma de vida: ¿estamos mirando para los próximos cinco años o estamos mirando para las nuevas generaciones? 

En el mundo del deporte, la publicidad es clave. Son muchas las empresas patrocinadoras que contribuyen al cambio climático. Esto en deportistas de élite concienciados como usted es una relación complicada, pues se mantienes en parte gracias a ellas.

Al final, también hay que revisar con qué empresas quieres colaborar. La Fundación, por ejemplo, va a colaborar con empresas que tengan un plan de sostenibilidad detrás. Lo mismo a nivel personal. Antes de aceptar un sponsor o cuando tenga que renovar, pues miraré qué es lo que están haciendo, si realmente tienen una idea de transición ecológica y, si no, quizá no haya que renovar con esos sponsors. Es más importante saber esto que tener un dinero al final del año. En este sentido, es fundamental utilizar la fuerza que tenemos como deportistas trabajando con la marca para impulsarlos a hacer esos cambios.

¿Su fuerte concienciación ambiental climática es una excepción o nota que hay cada vez más compromiso?

En el deporte outdoor, que es lo que yo conozco más, ya sea esquí, escalada o correr por montaña, sí que hay concienciación, y de hecho hay bastantes corredores que están tomando medidas importantes. También dentro de la industria. La mayoría de las marcas outdoor, los fabricantes, las federaciones… tienen una concienciación bastante importante y mayor que en otros ámbitos deportivos. Eso sí, al final el modelo sigue siendo el mismo. Existen dinámicas que aún son del pasado, pero hablando con organizadores y atletas, la mayoría quiere cambio y están haciendo cosas para lograrlo.

¿Cree que puede existir una relación saludable entre el mundo del deporte y el cuidado del clima y la biodiversidad? No solo a nivel de deportistas, sino de competiciones. Como hemos comentado, muchan están construidas de tal forma son incompatibles con la sostenibilidad.

Cualquier actividad humana hay que revisarla. En el fondo, creo que el deporte debe ayudar y debe ser parte. Para mí el deporte es salud y exploración. Sobre lo que planteas, quizá hay que ir a hacer más promoción del deporte local, de hacer cosas más cerca y no buscar esos eventos que son más caros y que implican una movilidad más alta.

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  1. Los glaciares del Pirineo se están extinguiendo, el Pirineo es una sombra de lo que fué; pero el gobierno de Aragón se empeña en ir en contra de los tiempos, de la naturaleza y de la ciencia. Aramón (50% propiedad del gobierno de Aragón e Ibercaja, una caja nada ejemplar, y la impagable colaboración del caciquismo aragonés representado por el periódico «El Heraldo» tienen mucha fuerza en esta tierra hasta el punto de manipular e influenciar a la sociedad aragonesa presentando el proyecto de ampliación de las pistas de esquí Cerler/Castanesa como modernidad y progreso. En esta tierra se juntan la manipulación de los medios, en cabeza El Heraldo, con la inconsciencia colectiva.
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    Las principales organizaciones ecologistas denuncian que el Gobierno de Aragón ha dado luz verde a la expropiación forzosa de los terrenos en los que se desarrollaría la ampliación, una actuación que parte de los propietarios y vecinos del valle tienen intención de recurrir.
    El jueves 24 de septiembre el Gobierno de Aragón publicó la orden para expropiar las tierras de los vecinos del valle de Castanesa y poder avanzar en la primera fase de la ampliación de la estación de esquí de Cerler en este valle virgen del Pirineo aragonés.
    Para las organizaciones ecologistas es intolerable que el Gobierno de Aragón formado por el PSOE, Podemos y Chunta Aragonesista, que en teoría se han comprometido a nivel estatal a proteger la biodiversidad, a adaptarse al cambio climático, a luchar contra la especulación urbanística y a abandonar el modelo de crecimiento basado en el ladrillo, siga apoyando un proyecto plagado de irregularidades y uno de los ejemplos más insostenibles y dañinos de cuantos amenazan los últimos rincones salvajes del Estado español.
    Las organizaciones denuncian también que, en un momento de profunda crisis sanitaria, social y ecológica, se derrochen recursos públicos para destruir los ecosistemas pirenaicos mejor conservados, cuando es momento de impulsar una salida verde y social a la crisis provocada por la COVID–19. Y más en una ampliación de pistas de esquí condenadas al fracaso por la falta de nieve debida a la emergencia climática, una realidad cada vez más evidente en el Pirineo. Según datos del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, en el Pirineo Central y a 1.800 metros de altitud, el espesor medio de la nieve podría reducirse a la mitad en el año 2050 respecto al valor actual.
    Entre los frágiles ecosistemas amenazados por el proyecto destacan humedales como el conjunto del Ibón de Basibé y Les Noufonts, catalogados en los inventarios estatal y aragonés por su gran valor ecológico. Además, la zona es hábitat de especies en peligro como la perdiz nival, el urogallo, el quebrantahuesos o el oso pardo, algo que tampoco recoge la DIA.
    Las organizaciones señalan que ampliar pistas de esquí a costa de destruir la naturaleza va en la dirección opuesta del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030, aprobado recientemente por el Gobierno del PSOE y Podemos. Según un estudio del proyecto NIVOPYR realizado por investigadores del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, en un escenario de aumento de la temperatura de 2 ºC el 63 % de las estaciones pirenaicas serían inviables sin la aportación de nieve artificial, con el enorme gasto energético y de agua asociado.
    “La adaptación al cambio climático del sector turístico pasa por reconocer los riesgos planteados, proteger los recursos naturales y culturales que contribuyen al atractivo turístico y avanzar hacia modelos turísticos más sostenibles y resilientes frente al cambio del clima”, se expone en el plan.

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