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Estados Unidos ha comenzado de manera formal su salida del Acuerdo de París. Así lo anunció ayer el Secretario de Estado del país norteamericano, Mike Pompeo. Han pasado dos años y cinco meses desde que Donald Trump anunciase que su país se retiraría de la alianza climática mundial. El Acuerdo de París, en estos momentos, incluye a todos los países del mundo.
El Departamento de Estado estadounidense publicó un comunicado en el que justificaba la salida del Acuerdo, asegurando que impone “una carga económica injusta sobre los trabajadores, contribuyentes y empresas” del país. En el texto, el secretariado que dirige Pompeo se congratula de una supuesta reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Asimismo, el Departamento de Estado asegura que Estados Unidos seguirá utilizando combustibles fósiles en su mix energético.
El Gobierno de España reaccionó inmediatamente a la noticia, con un comunicado conjunto firmado por la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y su homóloga chilena Carolina Schmidt, anfitriona y presidenta de la COP 25 respectivamente. Ambos países expresaron su deseo de que Estados Unidos “pueda reconsiderar su decisión lo antes posible”.
En declaraciones al medio británico Climate Home News, el presidente y consejero delegado del Instituto Mundial de los Recursos (WRI en sus siglas en inglés), Andrew Steer, afirmó que el gesto era “cruel con las generaciones futuras”, y que hacía del mundo “un lugar menos seguro y productivo”. Además, Steer descartó la idea de la injusticia hacia la clase obrera de su país: “[Los estadounidenses] van a perderse los puestos de trabajo en energía limpia, mientras otras naciones aprovechan las ventajas competitivas y tecnológicas que el futuro bajo en carbono ofrece”.
Por su parte, el presidente y consejero delegado de la ONG WWF en Estados Unidos, Carter Roberts lamentó el mensaje que la Casa Blanca envía a otros países. “Envía una señal errónea a otras naciones: que la economía más grande del mundo no toma en serio este problema, particularmente en una época donde necesitamos avanzar más y más rápidamente para reducir las emisiones”, afirmó Roberts en un comunicado. La ONG, además, afirma que el actual enfoque de Washington es “la barrera más grande ante la preservación de un futuro estable para la vida en la Tierra”.
El Acuerdo de París se firmó en diciembre de 2015, y fue ratificado el 4 de noviembre de 2016. Entre sus normas estaba la prohibición de abandonarlo hasta tres años después de esa fecha. Así, que el gobierno de Trump ha aprovechado la fecha más temprana posible para hacerlo. Ahora se inicia un proceso que durará un año: la salida oficial de Estados Unidos se producirá el 4 de noviembre de 2020, tan solo un día después de las elecciones presidenciales del año que viene.