Europa registró niveles récord de sequía y calor durante 2022

Los resultados del nuevo informe anual del Servicio de Cambio Climático de Copernicus demuestran que las temperaturas en Europa han aumentado el doble de la media mundial y más rápido que en cualquier otro continente.
Europa registró niveles récord de sequía y calor durante 2022
Mapa de la anomalía de la temperatura media del aire en superficie en 2022. Foto: C3S/ECMWF

El 2022 fue un año de batir récords en Europa, pero no para bien: un verano demasiado caluroso, un gran nombre de días de «estrés térmico muy fuerte», una pérdida insuperable del hielo de los glaciares… El continente se encuentra en una situación crítica y el año pasado fue un buen ejemplo de ello.

El informe anual del Servicio de Cambio Climático de Copernicus ha reunido todos los acontecimientos climáticos importantes del 2022. Los resultados demuestran que las temperaturas en Europa están aumentando el doble de la media mundial y más rápido que en cualquier otro continente. En verano, esto resultó en los meses más calurosos desde que hay registros, con 1,4 ºC por encima de la media reciente.

El último período quinquenal se situó en torno a 2,2 ºC por encima de la era preindustrial y el año pasado fue el segundo más cálido registrado en Europa, con 0,9 ºC por encima de la media reciente. Estas cifras están teniendo un efecto peligroso en nuestra salud conocido como «estrés térmico». Esta sensación se registró en un número de días récord en el continente, llegando a ser de caso extremo en la parte sur. Asimismo, se observa una tendencia a la baja de los días sin este tipo de estrés.

La falta de precipitaciones, junto al aumento de temperaturas, ha provocado un cóctel molotov que ha resultado en sucesivas olas de calor, incendios forestales, una sequía generalizada y una pérdida de hielo en los Alpes de más de 5 km3.

En verano, una de las mayores preocupaciones fueron los incesantes fuegos por todo el continente, de los que todavía muchos países se están recuperando. Además de las 700.000 hectáreas de suelo quemadas, el Servicio de Copernicus estima que las emisiones de carbones resultantes de estos incendios fueron las más altas desde 2007. España está entre los países que registraron las mayores emisiones de los últimos 20 años, junto a Francia, Alemania y Eslovenia.

Los meses estivales no fueron la única temporada preocupante del año pasado. En invierno, gran parte de Europa experimentó menos días de nieve que la media e incluso muchas zonas registraron hasta 30 días menos. Y en primavera, las lluvias también fueron las más escasas durante el mes de mayo desde que se tienen registros. En cuanto al suelo, la humedad registró los segundos niveles más bajos en los últimos 50 años y el caudal de los ríos europeos fue el segundo más bajo registrado.

El Ártico experimenta cambios como ninguna otra zona

En el Ártico, la situación no tranquiliza mucho a los expertos: los cambios están siendo radicales y sus temperaturas han aumentado a una mayor velocidad comparado con el resto del planeta. Aquí también se baten varios récords: 2022 fue el sexto año más cálido registrado en su conjunto y el cuarto más cálido en la región terrestre.

Svalbard es una de las zonas que más está sufriendo estos cambios climáticos, sobre todo en el verano pasado, cuando registró temperaturas superiores a los 2,5 ºC de media. Groenlandia, por su parte, vio llover en septiembre, algo nada habitual, y también tuvo temperaturas demasiado altas, superiores a los 8 ºC, e incluso tres olas de calor. El resultado fue un deshielo que afectó al menos al 23% de la capa helada.

Las energías renovables sufren altibajos

La recopilación de todos estos fenómenos meteorológicos también ayuda a comprender el uso de los recursos energéticos disponibles y su relación con el clima. Por ello, el informe también recoge algunos datos y tendencias sobre las fuentes más utilizadas en el continente.

«En 2022, Europa recibió la mayor cantidad de radiación solar en superficie de los últimos 40 años. Como resultado, el potencial de generación de energía solar fotovoltaica fue superior a la media en la mayor parte del continente», explica Copernicus. Por el contrario, «la generación potencial de electricidad a partir de la energía eólica terrestre fue inferior a la media en la mayor parte de Europa, especialmente en las regiones centrales del sur».

Asimismo, la demanda de electricidad fue inferior a la media en la mayoría de las zonas, debido a unas temperaturas superiores a la media durante los meses no estivales, lo que redujo la necesidad de calefacción. Sin embargo, la demanda fue superior en el sur de Europa debido al calor extremo del verano, que aumentó la demanda de aire acondicionado.

Hace poco que llegó la primavera de 2023 y ya empezamos a ver las primeras señales de lo que nos espera el resto del año. Los primeros incendios de alta intensidad ya empiezan a surgir en España, que además sufre una sequía meteorológica e hidrológica persistente en zonas clave para la agricultura y la conservación de la biodiversidad.

Ahora es el momento de buscar cambios a mejor, sobre todo en cuanto al modelo energético europeo. En este sentido, las energías eólica y solar generaron una quinta parte de la electricidad de la Unión Europea el año pasado, a pesar de que los combustibles fósiles siguen dominando la producción de energía.

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  1. POLESIA (se traduce como bosque), la «Amazonia» europea.
    Es un inmenso laberinto de ciénagas, pantanos y arroyos. Un espacio clave para la biodiversidad y el pulmón de nuestro continente.
    El proyecto de un gigantesco canal navegable entre el mar Negro y el Báltico amenaza esta extraordinaria región. Supondría la destrucción de los ríos y humedales de Polesia y pondría en peligro la supervivencia de los linces, lobos y bisontes europeos, ya de por sí amenazados.
    Y, para colmo, podría llegar a financiarse con los impuestos de la ciudadanía europea. La Comisión Europea está financiando megaproyectos de transporte fluvial transfronterizo, ¡y este puede ser uno de ellos!, muy poca gente conoce la Amazonia de Europa y el papel de los fondos europeos en su destrucción.
    Este plan para destruir la Amazonia de Europa no solo amenaza la vida salvaje, sino que reduce nuestra capacidad de revertir la emergencia climática: los hábitats recuperados y con gran biodiversidad almacenan más carbono de forma natural, lo que elimina gases letales para el planeta de la atmósfera.

    A la Comisión Europea y los gobiernos de Polonia, Ucrania y Bielorrusia, firmar:
    https://you.wemove.eu/campaigns/salvemos-amazonia-europea?action=sign&utm_campaign=20230420_ES&utm_medium=email&utm_source=civimail-53639

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