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El Nobel Giorgio Parisi intenta convencer a la política italiana de la emergencia climática

El influyente físico italiano no ha descansado un momento desde que en octubre de 2021 fuese galardonado. Su lucha es hacer entender a la clase dirigente la gravedad de la crisis climática.
El Nobel Giorgio Parisi intenta convencer a la política italiana de la emergencia climática
Parisi entrega al presidente italiano un documento en el que advierte de la urgencia de incluir en la agenda política el problema climático. Foto: QUIRINALE

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El físico Giorgio Parisi tiene poco tiempo. En unas horas irá al Quirinal, una de las colinas de Roma y la más célebre. Allí se encuentra el presidente de la República, Sergio Mattarella, que lo recibirá en los últimos días de su año como Nobel de Física. El profesor de la Universidad de la Sapienza de Roma es el único premiado italiano que aún vive en el país y su compromiso con el planeta no le ha dejado descanso. Entregará a Mattarella un documento realizado por diversos climatólogos y firmado por 250.000 personas que habla de la urgencia de incluir en la agenda política el problema climático.

Espera encontrar en el jefe del Estado un interlocutor con la política que hasta ahora no ha sido efectiva y que no ofrece muchas esperanzas tras una campaña electoral donde la crisis climática no solo no ha sido central, sino que prácticamente no ha sido nombrada. Todo mientras la tormenta perfecta, en sentido literal, se cierne sobre Italia tras un verano en el que el país ha sufrido una alerta por fenómenos meteorológicos adversos al día. Parece que eso no ha bastado.

En la mesa del Nobel italiano reposan libros aparentemente desordenados, se sienta un momento y espera las preguntas antes de continuar con «muchas cosas» que aún tiene que terminar. “Creo que es fundamental que Italia combata de manera decisiva el cambio climático tras este verano de desastres. El punto principal es pensar qué podemos hacer como país y la respuesta está en las energías renovables y también en la eficiencia energética de nuestras infraestructuras. Necesitamos una sociedad italiana robusta que ayude a toda la humanidad a combatir el cambio climático”, explica convencido.

Sobre su encuentro, horas después, mantiene la esperanza de que Mattarella pueda ser un portavoz más de la batalla de la ciencia. “El presidente en Italia no tiene un rol político, pero tiene un papel de consejero y espero que pueda influir a la política para moverse en una dirección”, dice.

Antes de recibir el Nobel, Parisi había dedicado su vida –y aún lo hace– a trabajos de Mecánica Estadística y a la Teoría Cuántica de Campos. Se especializó, por ejemplo, en explicar los sistemas complejos –un quebradero de cabeza para la ciencia durante veinte años– y en describir la realidad con análogos. Lo hizo así con los estorninos que sobrevuelan Roma, icono de la ciudad sobre el que ha publicado Un volo di storni, un libro que llegará a España en febrero de 2023.

Desde el desprendimiento del glaciar de la Marmolada en julio a las inundaciones en la región de las Marcas este septiembre. Asegura sentirse decepcionado ante la respuesta impasiva de un lado y del otro, izquierda y derecha, ante un problema que se ha cobrado la vida de varias personas este verano. “El nuevo Gobierno puede ser un motivo de preocupación pero necesitamos ver qué hará cuando comience la legislatura. En el caso de que las cosas no sean como esperamos, actuaremos de forma más decisiva para intentar explicar al Ejecutivo y a sus electores los riesgos que tenemos con el cambio climático. Lo que ha sucedido es que todos los partidos han firmado la creación de una ‘comisión de consulta sobre el cambio climático’; esperemos que este objetivo aceptado en campaña electoral pueda realizarse”, dice Parisi.

Ahora que gobernará la ultraderecha, con Giorgia Meloni al frente, el tema se vuelve aún más puntiagudo. En el programa electoral no se mencionan las emisiones y no hay ni rastro de los objetivos climáticos que Italia se ha fijado a nivel internacional. En general, hay pocas referencias explícitas a la crisis climática. Sin duda, un punto importante que se desprende del programa es el relativo al Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que Italia tiene listo en el cajón desde hace años (está en proceso de aprobación desde 2018), y que Hermanos de Italia, el partido de Meloni, promete actualizar y poner en funcionamiento. Los repetidos y fallidos intentos de los anteriores gobiernos no aportan tampoco mucha esperanza. 

En cuanto a la población italiana, Parisi considera que aún existe una distancia entre la ciencia y el ciudadano de a pie. “Lo más importante es comunicar para hacer entender a la gente lo que hacemos”, insiste. En eso ha trabajado todo este año. De ahí su cansancio, aunque reconoce que han sido unos meses muy emocionantes. El 4 de octubre será nombrado el nuevo Nobel de Física. Parisi continuará, también después, su lucha desde el Quirinal a la calle

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