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«Alcanzar los objetivos de protección del clima de París es nuestra máxima prioridad. La protección del clima asegura la libertad, la justicia y la prosperidad sostenible». Este extracto forma parte del acuerdo de coalición presentado este miércoles por socialdemócratas (SPD), Verdes y liberales (FDP). Un mes y medio después de las elecciones, Alemania tiene más cerca un nuevo Gobierno que pondrá fin a más de tres lustros de mandato de Ángela Merkel.
El documento –de 178 páginas y con una gran parte dedicada al clima y la energía– señala que el nuevo Ejecutivo tripartito quiere situar a Alemania en la senda de los 1,5 ºC. Para lograrlo, uno de los objetivos más ambiciosos sobre el papel es adelantar la eliminación del carbón “idealmente” a 2030, ocho años antes de lo previsto por el gobierno saliente. También se proponen «dejar atrás la tecnología del motor de combustión».
«Hemos decidido no fijar objetivos climáticos más altos en el acuerdo de coalición, sino formular medidas concretas», aseguraba Robert Habeck, colíder del Partido Verde. Los tres partidos pretenden cubrir el 80% de la demanda de energía del país con energías renovables para 2030, lo que supone un aumento significativo respecto al objetivo actual del 65%. «Las energías renovables ya no son un complemento, sino que tendrán que cargar con nuestra seguridad de suministro», añadió Habeck.
Y en plena discusión con Francia y la Unión Europea por el papel de la energía nuclear en la transición energética, la coalición es clara: «Nos ceñiremos a la salida nuclear» (previsto para el año que viene), recoge el pacto. Asimismo, defienden que “el gas natural es indispensable para un periodo de transición”, a pesar de que es uno de los combustibles fósiles responsables del calentamiento global del planeta. No obstante, la generación de energía a partir del gas llegará a su fin en 2040, y las calderas de gas se prohibirán en los edificios nuevos y se sustituirán las existentes en 2030.
A partir de 2025, cualquier sistema de calefacción nuevo tiene que poder funcionar con una capacidad de al menos el 65% de energía renovable. Y para 2030, aseguran que al menos el 50% de la calefacción será «neutra» en emisiones.
En materia de transporte, también para finales de esta década quieren que haya «al menos 15 millones de turismos totalmente eléctricos», con 2035 –al igual que quiere la UE– como fecha límite para vender coches de combustión. Eso sí, con letra pequeña: habrá una excepción para los vehículos que puedan «demostrarse que funcionan con e-combustibles». Unas metas, dice el acuerdo, para lograr que Alemania sea “el mercado líder de la electromovilidad” y “para preservar el empleo y la creación de valor en este país”. En España (con la mitad de población), el objetivo es tener 5 millones para la misma fecha y vetar la venta de vehículos contaminantes en 2040.
“En el futuro”, todas las superficies de tejado que sean aptas se utilizarán para la energía solar. Será obligatorio para los nuevos edificios comerciales y será “la norma” para los nuevos edificios privados. Además, un 2% del territorio alemán estará dedicado a la generación de energía eólica terrestre. Todo ello con la intención de alcanzar la conocida como neutralidad climática (o emisiones netas cero) antes de 2045.
Los partidos de coalición semáforo (apodada así por los colores de cada formación: rojo los socialdemócratas, verde los ecologistas y amarillo los liberales) también han acordado estudiar un precio mínimo nacional de las emisiones de CO2 de 60 euros la tonelada si el precio del sistema de comercio de emisiones de la UE (ETS) cae por debajo de ese límite.
Para 2022, los socios de gobierno quieren establecer un sistema que permita asegurar que cada proyecto legislativo que se presente cumpla con los objetivos climáticos.
Otra de las grandes ambiciones de los flamantes socios es la creación de una Unión Europea del Hidrógeno Verde. Lo hacen, dicen, porque quieren convertirse en el mercado líder de las tecnologías del hidrógeno para 2030 y desarrollar una ambiciosa actualización de la estrategia nacional del hidrógeno con este fin.
Aunque no son medidas estrictamente climáticas, el pacto incluye otras iniciativas que pueden influir en las políticas en defensa del clima. Por ejemplo, el salario mínimo aumentará hasta los 12 euros por hora y se construirán 400.000 nuevos apartamentos, con un 25% destinados como vivienda social. También se bajará la edad para votar a los 16 años, lo que hará que muchos jóvenes activistas por el clima tengan no solo voz, sino también voto.
El nuevo Gobierno de Alemania contará con 16 ministerios
El nuevo Gobierno a tres –inédito desde los años 60– quedará presumiblemente formado la semana del 6 de diciembre, con el socialdemócrata Olaf Scholz como canciller. En el acuerdo –que aún debe ser ratificado por los miembros de los distintos partidos– también se recogen los nombres de los ministerios y quiénes los ocuparán.
En total habrá 16 carteras. Siete serán gestionadas por los socialdemócratas, e incluye –a parte del de canciller– Interior, Trabajo, Defensa, Sanidad, Vivienda y Cooperación y Desarrollo. Los Verdes contarán con cinco ministerios a su cargo: uno que englobará conjuntamente Economía y Protección del Clima, Exteriores, Familia, Medio Ambiente y Alimentación, y Agricultura. Los liberales del FDP, los cuatro restantes: Finanzas, Justicia, Transporte y Educación.
“Al nuevo gobierno alemán: abogamos por una reducción drástica del consumo de materias primas en Alemania.”
Alemania es uno de los mayores consumidores de metales. Para fabricar coches, máquinaria y electrónica, necesitamos cada vez más materias primas de las ecológica y socialmente sostenibles. Los metales son importados, muchos desde las últimas selvas tropicales del planeta.
Alemania es uno de los mayores importadores de materias primas metálicas y la industria del automóvil es su principal consumidora. Los coches requieren enormes cantidades de materias primas, tanto en los motores de combustión como en los vehículos eléctricos. Su extracción por medio de la minería se asocia a violaciones masivas de derechos humanos y a la grave destrucción del medio ambiente. La minería es uno de los mayores peligros para los ecosistemas del mundo.
El pretendido auge de los coches electricos agrava aún más los problemas ya existentes. Los vehículos y sus baterías contienen grandes cantidades de materias primas que se extraen, procesan y transportan por todo el mundo. Decenas de millones de nuevos coches eléctricos no protegerán el clima ni resolverán los demás problemas asociados al tráfico de automóviles: construcción de carreteras, ruido del tráfico, accidentes o emisiones de partículas.
Salva la Selva y PowerShift hacen un llamamiento al gobierno alemán para iniciar un cambio de rumbo, social, ecológico y respetuoso con el clima en materia de materias primas y movilidad.
https://www.salvalaselva.org/peticion/1249/cobre-y-niquel-de-la-selva-urge-una-reduccion-del-uso-de-recursos