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‘Guarderías’ para salvar los corales en el Mar de Alborán

La asociación Coral Soul ha recuperado 700 ejemplares de coral candelabro y ha extraído 2,5 toneladas de residuos en esta zona de la costa tropical de Granada.
‘Guarderías’ para salvar los corales en el Mar de Alborán
Foto: Foto: Javier Sánchez (Coral Soul)

Marina Palacios es ambientóloga, buceadora profesional y directora de Coral Soul. Desde hace tres años, esta asociación ha recuperado 700 ejemplares de coral candelabro y ha extraído 2,5 toneladas de residuos en el Mar de Alborán.

Mientras la Gran Barrera de Coral agoniza debido a las altas temperaturas, el problema de este arrecife es otro: neumáticos, anclas, kilómetros de sedal, redes y nasas son algunos de los desechos que impactan en los ecosistemas marinos de la costa tropical de Granada.

Entre las especies vulnerables se encuentra el coral candelabro, bioindicador clave de la vida subacuática y animal emblemático de las aguas atlántico-mediterráneas, pero bastante desconocido debido a su escasez y su profunda localización. Para salvarlo, la científica marina y su equipo han creado tres “guarderías de corales” bajo el agua.  

¿Qué encontrasteis en el Mar de Alborán? 

Una población de coral candelabro única en el mundo, cientos de corales totalmente degradados por la acumulación de residuos. El arrecife estaba muriendo, incluso el fondo se encontraba formado por miles y miles de fragmentos de coral rotos. Esa población centenaria estaba en peligro y decidimos pasar a la acción.

¿Así nace Coral Soul? 

, no podíamos quedarnos parados ante el deterioro de un ecosistema tan importante, ecológica y socioeconómicamente, como son los arrecifes de coral. Coral Soul es una ONG creada por buceadores y científicos con el objetivo de conservar y recuperar arrecifes profundos.

¿En qué consiste vuestro trabajo? 

Trabajamos con dos proyectos en el Mar Mediterráneo: uno es Deep Core Project en la ZEC (Zona de Especial Conservación) de los acantilados y fondos marinos de la Punta de la Mona (Granada) y en colaboración con Coral Guardian**. Y junto a la Comisión Europea desarrollamos el otro en el Área Marina Protegida de Tavolara Punta Coda Cavallo y en el Parque Nacional de Magdalena, ambas en la isla de Cerdeña, Sardegna Coral Restoration.

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Foto: Javier Sánchez (Coral Soul)

¿Cómo se recupera el arrecife? 

Hay diferentes fases: la primera es el saneamiento, retirar esos residuos que se acumulan y ponen en peligro el ecosistema. La siguiente es la recolección de los corales de gran tamaño y edad que se trasladan a las guarderías de corales. 

¿Cómo se diferencia un coral degradado de uno sano? 

Si algo caracteriza a la gran variedad de corales son sus colores brillantes: azules –súper raros en la naturaleza–, morados, amarillos, rosas, naranjas en nuestro caso. Desgraciadamente, cuando enferman, por blanqueamiento, por residuos o por cualquier impacto, pierden el color, se vuelven grises, blancos o marrones y desaparece la vida alrededor: peces, pulpos, caracolas buscan refugio y alimento en otro lugar. Lo que diferencia a un arrecife sano son esos tonos vibrantes y, por supuesto, la vida que vuelve a poblarlo.

¿Qué son las “guarderías” de corales? 

Una especie de hospital donde acudimos diariamente para cuidar sus heridas, realizarles diferentes tratamientos y así conseguir recuperarlos. Cuando están sanos se devuelven al arrecife. Esto implica que zonas donde se acumulaban residuos se transformen en fondos coloridos llenos de vida.

¿Dónde están esas “guarderías”?

Las tres guarderías se encuentran en uno de los tres cañones que forma el acantilado rocoso de Punta de la Mona bajo el mar. Hacemos la recuperación a 30 y 50 metros de profundidad sin desplazar a la especie. 

Lo impresionante de Punta de la Mona es precisamente la profundidad que gana en poquita distancia de la costa, y esos cañones son los que hacen un afloramiento que trae agua fría, renovada y rica en nutrientes, lo cual es perfecto para todas las especies que viven ahí y por eso es uno de los puntos de mayor biodiversidad del Mediterráneo.

¿Cómo hacéis la recuperación bajo el mar sin desplazar a la especie?

Con trazabilidad: sabemos la zona donde se han recogido, los trasladamos a las guarderías que se encuentran en el cañón. Ahí curamos al coral y cuando está recuperado lo devolvemos al mismo sitio donde lo habíamos encontrado. Allí lo unimos al arrecife sano mediante un pegamento no tóxico.

¿Por qué os centrasteis en el coral? 

Porque es la base del ecosistema, los tratamientos de saneamiento y de retirada de residuos favorecen a muchísimas especies como pueden ser las esponjas, los briozoos, las gorgonias y otra serie de animales invertebrados. Es lo que se llama recuperación ecosistémica. Todos los corales tienen un nombre, es una forma de familiarizarnos y de acercar a la gente a los corales. Es mucho más bonito decir vamos al arrecife de Silvia y Paula que decir vamos al arrecife de R458. 

Hablas de heridas ¿cómo se distingue una herida en un coral? 

Son animales, cuando uno se parte, se lesiona y su color se vuelve grisáceo o pardo. Los parásitos colonizan esa zona impidiendo que el coral se recupere de forma natural. Por eso necesitan nuestra ayuda. Estamos hablando de especies que crecen medio centímetro al año, la pérdida continua de esos fragmentos coralinos implica un retroceso en la población. Aplicamos tratamientos innovadores que estamos desarrollando desde Coral Soul porque, hasta la fecha, había poca descripción sobre recuperación y patologías de corales de agua fría.

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Foto: Stefano Cellini 2021

¿Qué les hace enfermar? 

Los corales son sésiles, no se pueden mover, y son altamente sensibles a cualquier cambio que haya en el ecosistema. Los factores que pueden alterarlos son muchos: desde el cambio climático, la subida de las temperaturas, la acidificación de los mares y océanos, los vertidos incontrolados –como pueden ser los emisarios ilegales–, la acumulación de residuos como anclas, el buceo sin control también puede tener un impacto negativo. Desgraciadamente, la lista de impactos es elevada, pero tenemos soluciones. Los tratamientos funcionan y, aparte del programa de recuperación, la mejor manera de restaurar el arrecife es gestionar eficazmente la zona e intentar paliar esas amenazas que ponen en peligro a las poblaciones de coral.

¿Cómo se cura un coral? 

Acudimos a las guarderías de corales entre tres y cinco veces por semana para curar lesiones. Lo primero es identificar qué enfermedad tiene, que parásito está tapando esa herida y, de acuerdo a eso, aplicar un tratamiento.

¿Cuáles son los tratamientos? 

Desde eliminar la sedimentación de la arena –que se mete dentro del coral y hace que no se pueda alimentar–, hasta eliminar manualmente parásitos, desinfectar heridas cepillando o podar, porque hay partes que son irrecuperables y, cuando se la quitas, el coral siente alivio. Esta serie de tratamientos se van combinando dependiendo del caso.

¿Hay otras amenazas como las especies invasoras? 

Al trabajar en la zona profunda, las corrientes ayudan y aportan agua fría, por lo que todavía está a salvo del cambio climático y, aunque la presencia del alga invasora (Rugulopteryx okamurae‘ está agrediendo todas nuestra costa, las profundidades de Punta de la Mona son un santuario ante su colonización porque la intensidad de las corrientes hacen que sea un ambiente hostil. Y así, los corales se encuentran a salvo de esta amenaza.

Si se restauran los fondos marinos, ¿el ecosistema responde?

Estamos en un momento de cambio, no es fácil pero si trabajamos juntos y con una base científica para poder aplicar soluciones realistas y determinar qué ecosistemas se pueden recuperar, yo creo que sí. Desgraciadamente hay corales que por la tropicalización del Mediterráneo o por cambios ambientales ya no se pueden recuperar, pero identificando los puntos de esperanza, podemos lograr la conservación de los mares. Cada gesto cuenta.

¿Estáis viendo resultados? 

Cuando iniciamos este proyecto no éramos conscientes de que íbamos a tener estos resultados, era un gran reto porque suponía trabajar con una especie prácticamente desconocida para la ciencia y en un ambiente hostil (zona de grandes corrientes, baja visibilidad y a gran profundidad). Sabíamos que la recuperación ecosistémica del coral iba a ser muy beneficiosa pero nunca imaginamos estos resultados: en tan solo tres años se ha multiplicado por tres los peces, por ejemplo, se han recuperado más de 700 colonias centenarias de este coral y hemos extraído 2,5 toneladas de residuos.

¿Cuál es el objetivo de este proyecto para los próximos cuatro años? 

El objetivo final es recuperar la Punta de la Mona. Seguimos trabajando con nuestras tres guarderías, cuidando todos esos corales que, por desgracia, siguen acumulándose en la zona más profunda. Recientemente hemos abierto una zona nueva que se llama Piedras Altas, que también tiene población de coral candelabro y estamos haciendo lo mismo que hemos hecho en Punta de la Mona. El objetivo es lograr la recuperación del arrecife y que vuelva a ser lo que era.

Aparte de los corales tienes otro animal favorito, Marina ¿quién es Loro

Loro es mi mejor amigo debajo del mar. Soy una apasionada de la etología, me gusta mucho estudiar el comportamiento animal, observar lo que pasa a mi alrededor y a medida que iba bajando cada día a la primera guardería vi que había un pez que me seguía. Es una doncella, bueno, un “doncello”.

Nos acompaña en todo el proceso, especialmente a mí, no sé porqué, me sigue como un perrete. Vamos repoblando juntos y luego se vuelve al arrecife. La gente cree que puede ser otro pez, otra doncella, pero el comportamiento que tiene Loro no lo he visto en ningún otro ejemplar: le encanta ponerse delante de la máscara de buceo y reflejarse y quedarse mirando, es muy curioso. Se llama Loro porque cuando trabajo recuperando los corales se pone en mi hombro como el loro de un pirata. La esperanza de vida de este tipo de peces es de siete años, lo he mirado también porque me va a dar un disgusto.

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COMENTARIOS

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    Cordópolis-El Diario.

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