Etiquetas:
Estados Unidos todavía no avista la calma tras la tormenta. Después de que la bomba ciclónica bautizada como ‘Elliott’ desatara el caos en Canadá y la zona noroeste del país, las fuertes nevadas y las rachas de viento se han desplazado hasta alcanzar la costa oeste en forma de lluvias torrenciales.
La famosa ruta 101 de California ha quedado cortada; se ha convertido en río. Este miércoles se espera que el agua inunde el estado en la que será la tercera tormenta en menos de dos semanas. Este fin de semana podría llegar la cuarta.
La ciudad de Oakland ha sido una de las más golpeadas por este último episodio, con las precipitaciones más fuertes de su historia y varios incidentes. Al menos dos personas han muerto en el estado a causa de las inundaciones y los deslizamientos de tierra. Y casi 235.000 hogares se han quedado sin electricidad en California y Nevada.
El domingo, las zonas rurales de Point Pleasant, en el condado de Sacramento, fueron evacuadas por precaución. Glanville Tract y Franklin Pond también están en riesgo de sufrir lo mismo si el río Cosumnes y el río Mokelumne se desbordan. El temporal no ha terminado, y ahora amenaza a Arkansas y Texas con tornados.
Lo que está sucediendo en California se conoce como río atmosférico. Este fenómeno, proveniente del océano Pacífico, transporta grandes cantidades de agua y humedad concentrada en la atmósfera. Cuando esta humedad llega a la costa oeste y choca con montañas como las de Sierra Nevada, sube, se enfría y se convierte en precipitaciones y nieve.
Las tormentas de California están sucediendo demasiado rápido y con demasiada intensidad y la comunidad científica estudia qué relación puede tener el cambio climático en ello. Ya en agosto la revista Science Advances publicaba un estudio que advertía del riesgo que padecía el territorio de sufrir fuertes inundaciones.
«El cambio climático ya ha duplicado la probabilidad de un evento capaz de producir inundaciones catastróficas, pero es probable que se produzcan mayores incrementos futuros debido al calentamiento continuado. Además, en el escenario futuro de tormentas extremas, la escorrentía es entre un 200% y un 400% mayor que los valores históricos en Sierra Nevada debido al aumento de las precipitaciones y a la disminución de la fracción de nieve», afirma la publicación.
Por su parte, Ben Clarke, de la Universidad de Oxford, y Friederike Otto, investigadora del Imperial College de Londres, ya explicaron a Climática que, aunque no está claro cómo han cambiado las fuertes nevadas en la mayoría de zonas de la Tierra, «es posible que hayan aumentado en intensidad en algunas partes del este y norte de Asia, Norteamérica y Groenlandia» debido al cambio climático.
California deseaba lluvias, pero no así. La sequía ha persistido desde principios de año hasta diciembre y ha convertido a este 2022 en el más seco registrado hasta la fecha en el territorio. La destrucción que ha conllevado esta nueva tormenta dificulta aún más la recuperación de la falta de agua.