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El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, nunca ha escondido su firme rechazo a la ciencia climática, que evidencia que el calentamiento global causado por el ser humano es una realidad que transformará la vida. Su última muestra, esta misma semana, tras anunciar el Ejecutivo del líder estadounidense que relajará las restricciones federales sobre las emisiones de metano, un gas de efecto invernadero que calienta la atmósfera más rápida que el propio dióxido de carbono.
Según un documento de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, en sus siglas en inglés), la nueva propuesta elimina las restricciones federales impuestas por el anterior presidente Barack Obama que obligan a la industria del petróleo y el gas a instalar tecnologías para inspeccionar y reparar las fugas de metano de pozos, tuberías e instalaciones de almacenamiento. El plazo para que entre en vigor la medida es de dos meses.
Desde la Administración se asegura que con esta nueva norma ahorrarán a la industria del petróleo y del gas entre 15 y 17 millones de euros al año, respectivamente. No obstante, existe una división entre las grandes empresas petroleras y gasistas. Exxon, BP o Shell son contrarias a la norma porque, aseguran, afectaría a la percepción que se tiene del gas natural como alternativa más limpia.
Actualmente, EE. UU. es el segundo país del mundo que más metano produce, por detrás de China. Según un estudio de la Universidad de Cornell publicado en la revista Biogeosciences, existe una relación entre el aumento del metano en la atmósfera y el auge del fracking en los Estados Unidos durante la última década.
Trump contra la biodiversidad
Esta no es la única medida contra la naturaleza y el clima que efectúa este mes Trump. A mediados de agosto, la Casa Blanca anunció cambios en la ley de especies protegidas. Una decisión que reduce el amparo hacia los animales y plantas en peligro de extinción. Además, según ecologistas del país, hará más difícil considerar los efectos del cambio climático a la hora de decidir si una especie determinada merece protección, y facilitará la eliminación de una especie de la lista de especies en peligro de extinción.