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El lince ibérico ha estado durante muchos años en peligro de extinción. En 2002, su supervivencia llegó a ser «crítica» e incluso se llegó a considerar la especie de felino más amenazada del planeta, pero ya no. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera que su situación es mucho mejor. Es por ello que, en su famosa Lista Roja de Especies Amenazadas, este animal ha pasado de la categoría de ‘En peligro’ a la de ‘Vulnerable‘.
Su población no ha dejado de crecer: pasó de 62 individuos maduros en 2001 a 648 en 2022. Actualmente, la población total, incluidos linces jóvenes y maduros, se estima en más de 2.000 ejemplares. En la Península, su presencia aumentó en el 2023 un 21% respecto al año anterior, la mayoría de ellos ubicados en Andalucía. Se trata de la primera especie que desciende dos categorías de amenaza en la lista de la UICN en tan solo 21 años.
Su mejora se debe, según el organismo, a los «esfuerzos de conservación«, que «se han centrado en aumentar la abundancia de su presa –el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), en peligro de extinción–, proteger y restaurar el hábitat de matorral y bosque mediterráneo, y reducir las muertes causadas por la actividad humana».
Asimismo, «la ampliación de la diversidad genética de la especie mediante translocaciones y un programa de cría ex situ ha sido clave para aumentar su número». Así, desde 2010, se han reintroducido más de 400 linces ibéricos en zonas de Portugal y España.
Atropellos, cazas furtivas y cambio climático
A pesar de las buenas noticias, no se puede bajar la guardia: esta especie sigue amenazada. Principalmente, por las posibles fluctuaciones de la población europea de conejos (su principal alimento) si se producen nuevos brotes de virus, avisa la UICN, pero también por las enfermedades de los gatos domésticos, la caza furtiva y los atropellos, y las alteraciones del hábitat relacionadas con el cambio climático, una amenaza que el organismo tacha de «creciente».
«Aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar la supervivencia de las poblaciones de lince ibérico y la recuperación de la especie en toda su área de distribución autóctona. De cara al futuro, hay planes para reintroducir el lince ibérico en nuevos lugares del centro y el norte de España«, dice Francisco Javier Salcedo Ortiz, Coordinador del proyecto LIFE Lynx-Connect, que ha dirigido la acción de conservación del lince ibérico.
«El actual reto para su recuperación definitiva como especie es la creación de nuevas poblaciones para garantizar el crecimiento del número de hembras y alcanzar el objetivo de al menos 750 hembras reproductoras en total», detalla también WWF, organización que ha trabajado en su recuperación.
Según las estimaciones de la UICN, «queda suficiente hábitat adecuado para que la especie pueda alcanzar el estatus de ‘Totalmente Recuperada’ en 100 años, suponiendo que los esfuerzos de conservación continúen con la máxima eficacia».