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La contribución que el sector de las compañías de seguros hace al cambio climático no es menor. De hecho, sus acciones son parte importante dentro de la financiación de los combustibles fósiles cuyas emisiones calientan el planeta. Si bien estas compañías han reducido sus inversiones en proyectos de carbón, todavía no han hecho lo propio con el petróleo y el gas, lo que las aleja de estar alineadas con los compromisos climáticos del Acuerdo de París. Así lo concluye un informe publicado este miércoles por Insure Our Future.
Según el análisis de esta coalición de 19 ONG de 11 países, la española Mapfre ocupa el decimoquinto puesto en materia de aseguramiento, el decimocuarto en materia de desinversión en combustibles fósiles y el decimotercero en liderazgo climático. Este grupo multinacional presentó en julio de 2019 una política en materia de carbón que, hasta la fecha, supone la de menor ambición entre las empresas de seguros a nivel europeo, a excepción de la británica Lloyd’s.
En este sentido, la actualización de su plan de sostenibilidad en 2021 será «decisiva» para determinar el papel que toma Mapfre en el mayor reto que enfrenta la humanidad, tal y como señalan desde el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDM), una de las organizaciones que participan en la campaña Insure Our Future. Para Quentin Aubineau, abogado del IIDM, «Mapfre tiene un papel clave en la lucha contra el cambio climático puesto que es una compañía con un ámbito de acción global tanto en Europa como en América Latina o Asia».
Crece el compromiso, pero la acción es insuficiente
Conforme a los datos del estudio, las principales aseguradoras de Estados Unidos –Travelers, Berkshire Hathaway, AIG, TIAA o W. R. Berkley– y Asia –con compañías como la china Sinosure o las japonesas Sompo o Tokio Marine–, así como la británica Lloyd’s, siguen invirtiendo en carbón.
En el otro lado de la lista, el ránking de aquellas compañías que sí han iniciado una desinversión en carbón está encabezado por la francesa AXA, a la que siguen Swiss Re, Hannover Re, Zurich, Munich Re, Generali, AXIS Capital, SCOR Re, HDI Global y QBE. Es decir, la mayoría de las aseguradoras australianas y europeas. Desde 2017, año en el que comenzó la campaña de Insure Our Future, al menos 23 aseguradoras han terminado o restringido sus suscripciones para proyectos de carbón. Esto supone el 12,9% del mercado primario de seguros.
En 2017, las inversiones conjuntas de las aseguradoras que estaban desinviertiendo en carbón tenían un valor de 4 billones de dólares, mientras que en 2020 esa cantidad ya llega a los 12 billones de dólares –más del 40% de los activos totales del sector asegurador–.
A pesar de los avances en este sentido que se reflejan en estas últimas compañías, a nivel global las cosas no han cambiado demasiado en lo que se refiere a la financiación del petróleo y el gas, que, juntos, son responsables del 55% de las emisiones mundiales de CO2. Las aseguradoras como Allianz o AXA, que se han comprometido a alinear sus políticas con la trayectoria de la temperatura de no llegar más allá de los 1,5º C, deberán liderar una acción mucho más contundente respecto a estos combustibles fósiles, así como las empresas estadounidenses, asiáticas, británicas y la española Mapfre, que, según el citado informe, tienen grandes tareas pendientes en esta línea.