MidCat o cómo resucitar proyectos gasistas en un contexto de crisis energética

A raíz de la guerra en Ucrania, el olvidado gasoducto que pretende conectar el Estado español y francés a través de los Pirineos catalanes vuelve a sonar con fuerza. El investigador del Observatori del Deute en la Globalització Josep Nualart explica las claves de este proyecto.
MidCat o cómo resucitar proyectos gasistas en un contexto de crisis energética
Pedro Sánchez y el canciller alemán, Olaf Scholz, en un acto reciente en España. Foto: Palacio de la Moncloa/Fernando Calvo vía Reuters.

Desde que Rusia inició la invasión de Ucrania hemos visto como la estrategia energética de la Unión Europea ha cambiado por completo. Hemos pasado de una transición energética hacia las renovables, a una transición volviendo a poner a los combustibles fósiles en el centro de atención. Marcado por el miedo al corte de suministro de gas fósil por parte de Rusia –el mayor importador de este combustible fósil al continente europeo–, la estrategia de transición se ha convertido en una política de seguridad energética. Como consecuencia, se han resucitado viejos proyectos y propuesto para nuevas infraestructuras de interconexión gasista entre los Estados miembro. En el caso del Estado español, el que más se ha escuchado en la esfera política y pública es el MidCat.

¿Qué es exactamente el MidCat?

El MidCat es un gasoducto que pretende conectar el Estado español y francés a través de los Pirineos catalanes. Sería la tercera interconexión entre ambos Estados, ya que existen otras dos en el País Vasco y Navarra. Este gasoducto tendría una capacidad de 7,5 bcm, que es aproximadamente el 20% del gas fósil consumido en el Estado español en 2021 y un 4% de las importaciones de gas fósil ruso por parte de la Unión Europea ese mismo año.

El MidCat es un proyecto que viene de lejos. Entre noviembre de 2010 y marzo de 2011 ya se construyó un primer tramo de 88 kilómetros entre los municipios de Martorell y Hostalric, pero nunca ha entrado en operación. Cabe destacar que a lo largo de los años el proyecto ha cambiado de nombre y también su configuración. 

En 2013 se denominaba Gasoducte Martorell-Figueres y tenía que servir para conectar estos dos municipios. En 2015, España y Francia acordaron ampliar su alcance a través de la Declaración de Madrid para que conectara las regiones de Cataluña y Midi, adquiriendo el nombre con el que se le conoce actualmente, MidCat. Por último, en 2017, el proyecto se convirtió en una red de gasoductos entre ambos países cambiando el nombre del gasoducto original por Southern Transit East Pyrenees (STEP). Con todos estos cambios, se pasó de un gasoducto de 75 kilómetros de largo a la planificación de una red de gasoductos con más de 1.200 kilómetros.

El proyecto MidCat se había incluido en las tres primeras ediciones de la lista de Proyectos de Interés Común (PIC) de la Unión Europea en los años 2013, 2015 y 2017. Aunque en enero del 2019 los reguladores de la energía española y francés –la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Commission Regulator de l’Énergie (CRE)– desestimaron el requerimiento de inversión presentado por las empresas promotoras –Enagás y Teréga– por diversas razones, el análisis de coste-beneficio no mostraba claramente que los beneficios superasen los costes en los escenarios más probables.

El territorio en lucha

A lo largo de la última década, el proyecto MidCat se ha encontrado con la oposición del territorio. En el tramo ya construido, dicho rechazo solo pudo hacerse cuando la maquinaria ya estaba sobre el terreno porque el proceso de aprobación en los ayuntamientos se hizo con total opacidad. 

La oposición en esta primera fase la realizaron mayormente los partidos de la oposición en los consistorios y grupos ecologistas locales, como la Associació per la Defensa i l’Estudi de la Natura de Catalunya (ADENC). Su principal denuncia era que el estudio topográfico del trayecto por donde debía pasar el gasoducto era muy deficiente porque abarcaba zonas protegidas integradas en la red Natura 2000 y era necesario atravesar torrentes con gran pendiente y de difícil acceso.

Los impactos generados por la construcción de este primer tramo en las comarcas del Vallés pusieron en alerta a las entidades, colectivos y personas a título individual de las comarcas de Girona. Por ello, empezaron a movilizarse para evitar que sucediese lo mismo en sus territorios, creando la Plataforma Resposta al MidCat. Durante todos estos años, ha investigado sobre el proyecto y hecho acciones de sensibilización hacia la población, comunicación e incidencia política, consiguiendo que algunos espacios de decisión política a nivel comarcal y la Diputació de Girona aprobarán una moción para mostrar su rechazo al proyecto. También se hizo un tour en mayo de 2018 con activistas a nivel internacional para visibilizar la lucha y tejer alianzas con el colectivo Non au MidCat en el territorio francés. 

Todo ello ha hecho que la lucha en oposición al MidCat se haya convertido en un referente a nivel internacional entre las redes de organizaciones y colectivos que han rechazado la expansión del mercado gasista a nivel mundial y la promoción del gas fósil como combustible de transición.

¿Quién es quién en torno al MidCat?

En los últimos meses, hemos visto cómo la reactivación del MidCat se ha convertido en un tema central en los espacios políticos y en el debate público. La mayoría de las voces políticas argumentaban que era necesaria la construcción de nuevas infraestructuras gasistas para garantizar la seguridad energética del continente europeo, o al menos una parte de éste, ¿pero quién es quién entorno al MidCat?

Por un lado, tenemos a los gobiernos y partidos políticos que le dan apoyo. Desde un inicio, la Generalitat de Catalunya se ha mostrado a favor de este proyecto, influenciada por las demandas de la patronal Foment del Treball. Esto lleva a confusión por parte de la Plataforma Resposta al MidcAT, ya que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) votó a favor de las mociones a nivel comarcal y en la Diputació de Girona. En el caso del Gobierno central, este ha cambiado de posicionamiento entre los meses de febrero y abril, aunque Teresa Ribera se ha acabado convirtiendo en una de las mayores defensoras del proyecto. Cabe destacar que Unidas Podemos ha mostrado su rechazo en votaciones en el Congreso, pero no ha hecho pública su posición

La Unión Europea también ha mostrado su apoyo, aunque en septiembre confirmó que no se iba a financiar con dinero público europeo, una de las principales demandas por parte del Gobierno español. Y en agosto, el canciller alemán volvió a poner sobre la mesa el debate del MidCat, ya que Alemania es la principal afectada por el corte de suministro de gas fósil ruso.

Por otro lado, tenemos a las empresas promotoras, Enagás y Teréga. Durante estos meses no han hecho mucho ruido porque los gobiernos e instituciones han hecho el trabajo por ellas. Cabe destacar que Enagás ha incorporada el MidCat y otras dos interconexiones gasistas, con Portugal e Italia, en su plan estratégico 2022-2030, presentado este mes de julio. En el caso de que el MidCat tirará hacia adelante, estas empresas serían las grandes beneficiadas porque tendrían acceso a financiación pública asegurada.

No obstante, el gobierno francés es el principal opositor al proyecto a nivel político e institucional, y es quien de momento lleva la voz cantante sobre si al final se construye o no el MidCat. Con las presiones de agosto por parte de Alemania se mostró abierto a estudiar el proyecto, aunque pocos días después, el presidente francés, Emmanuel Macron, compareció para descartarlo definitivamente. La única vía posible sería para el transporte de hidrógeno, pero las únicas interconexiones que interesan al gobierno francés son las eléctricas.

El MidCat nos ha enseñado que las infraestructuras estratégicas del pasado pueden resucitar; y con más fuerza aún si el contexto político internacional cambia. No importa que los reguladores de la energía estatales la hayan descartado, los interés políticos y la crisis energética pueden darle la vuelta a la tortilla. Por todo esto, desde la Plataforma Resposta al MidCat y las organizaciones y colectivos que luchamos por la soberanía energética seguiremos atentas a los próximos acontecimientos.

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  1. Activistas de muchas regiones diferentes de España han unido fuerzas con personas que llevan luchando décadas contra este tipo de instalaciones ubicadas en el polo químico, de refinería y de regasificadoras en Huelva, uno de los puntos negros de contaminación de Europa, el cual concentra multitud de empresas que, además de condenar el clima, destrozan el ecosistema, ya de por si frágil, con un amplio historial de vertidos tóxicos que afecta gravemente a la salud de las personas de toda la zona. Estas empresas deben responder a su responsabilidad histórica, reduciendo enormemente su demanda de gas natural, estableciendo planes de transición justa para no dejar a nadie atrás y colaborando en la desescalada de precios del gas y sus consecuencias económicas que hoy impactan a miles de familias.

    Es precisamente a las familias más vulnerables a quiénes, además de sufrir las consecuencias de la crisis climática y la escalada de precios, se les pide contención en el gasto energético mientras que las empresas energéticas engrosan sus cuentas de resultados con beneficios «caídos del cielo» y las gran industria usa su poder de influencia para quedarse fuera de las medidas de racionamiento energético. Por esta razón, un centenar de activistas nos hemos movilizado de forma pacífica para denunciar que necesitamos un sistema que no anteponga los beneficios empresariales a las necesidades de las personas o a la preservación de la vida y el clima. ¡lo que hagamos ahora va determinar el presente y el futuro de todas!
    El año pasado, el 61% del gas se quemó en instalaciones industriales para producir calor, electricidad o como materia prima. Por eso, los grandes consumidores, y especialmente los industriales, tienen una obligación de reducción de consumo de energía, no tanto las familias que solo la usamos para nuestras tareas del día a día….
    https://es.greenpeace.org/es/noticias/accion-rebelion-protestan/?_hsmi=230664426&_hsenc=p2ANqtz-_bxVxo17p6P8XqLpmilHoy_wsOnAqHrrbP277yhzvLeCcq

  2. El hidrógeno verde como salvavidas de la industria del gas.
    Organizaciones ecologistas y sociales cuestionan la necesidad del corredor verde BarMar anunciado por los gobiernos francés, español y portugués.
    Esta propuesta de infraestructura no responde a las necesidades de la ciudadanía para hacer frente a la crisis energética y aleja una transición energética justa.
    La inconsistencia técnica del proyecto visibiliza una apuesta promovida por el sector gasista, que no se ajusta a la realidad energética y social.
    Ante los acuerdos expuestos por los presidentes de los Estados francés, portugués y español el 20 de octubre, las organizaciones Amigos de la Tierra, Comité Ciudadano de Emergencia de la Ría del Ferrol, Ecologistas en Acción, Fundación Renovables, Greenpeace, Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y WWF muestran su rechazo tajante ante los proyectos de interconexión gasista presentados, denominados por estos gobiernos como “corredores verdes”. Las organizaciones ecologistas y sociales consideran que tanto el gasoducto submarino como la tercera conexión con Portugal son innecesarias, suponen un impedimento para una transición energética justa, son un lavado verde para la industria gasista y bloquean fondos que deberían dirigirse a soluciones reales que ya pueden ser implementadas. Además, tal como se especifica en el Plan de Seguridad Energética, el gasoducto transportará gas fósil al menos durante esta década, ya que se estima que la entrada en operación para transporte de hidrógeno será en 2030.
    Las organizaciones plantean las siguientes consideraciones:
    https://www.ecologistasenaccion.org/211105/el-hidrogeno-verde-como-salvavidas-de-la-industria-del-gas/

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