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La gobernadora del estado de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, aprobó este jueves una ley que obliga a las empresas que han contribuido significativamente a la emisión de gases de efecto invernadero a financiar proyectos para mitigar los daños ocasionados por la crisis climática. Esta normativa pionera sigue los pasos de Vermont, que hace meses se convirtió en el primer estado del país en reclamar a las empresas fósiles un pago por su contribución al cambio climático.
La legislación S.2129-B/A.3351-B crea un «Superfondo climático» para apoyar proyectos con sede en Nueva York que refuercen la resiliencia del estado frente a eventos extremos como las inundaciones y el calor extremo. Para ello, se establece que las compañías responsables de la mayor parte de emisiones entre el año 2000 y 2018 paguen unos 3.000 millones de dólares (unos 2.878 millones de euros) anuales en los próximos 25 años. «Es hora de que los grandes contaminadores paguen lo que les corresponde», publicaba en su cuenta de X (Twitter) la gobernadora Hochul.
Con el dinero que se recaude se pretenden financiar diversos proyectos, como la mejora de los sistemas de drenaje de aguas pluviales, la creación de programas que aborden los problemas de salud pública o la implantación de medidas de protección costera y mitigación de inundaciones.
“Casi con cada récord de lluvia, ola de calor y tormenta costera, los neoyorquinos se ven cada vez más agobiados por miles de millones de dólares en consecuencias para la salud, la seguridad y el medio ambiente debido a los contaminadores que históricamente han dañado nuestro medio ambiente”, señala la gobernadora Hochul.
En la normativa, que apunta específicamente a las empresas de combustibles fósiles, se indica que el objetivo es “tener un impacto relevante” en la carga económica que afrontan los neoyorquinos “para la adaptación climática” pero sin generar un impacto “punitivo” en esta industria. “Los neoyorquinos gastan miles de millones de dólares en la salud, la seguridad y el medioambiente debido a los contaminantes que históricamente han dañado nuestro entorno”, señala Hochul en un comunicado.
La ley no empezará a funcionar de manera inmediata. Ahora empieza un proceso para desarrollar la norma y determinar quién debe contribuir exactamente a ese fondo estatal y qué proyectos se financiarán.
Como era de esperar, esta ley no ha gustado al sector de los fósiles, que ya estudia llevar el caso a la justicia. «Este tipo de legislación no representa más que una nueva tasa punitiva sobre la energía estadounidense, y estamos evaluando nuestras opciones de cara al futuro», señalaba en un comunicado el Instituto Americano del Petróleo, principal lobby de la industria petrolera.
La norma está inspirada en la Ley federal de Responsabilidad, Compensación y Respuesta Medioambiental –conocida comúnmente como Superfund– que se promulgó en 1980 con el fin de obligar a las empresas a pagar por la limpieza de sus residuos tóxicos.
La senadora demócrata Liz Krueger subrayó que “los mayores contaminadores climáticos del planeta tienen una responsabilidad única en la crisis climática” y, por ello, “deben pagar la parte que les corresponde para ayudar a los neoyorquinos de a pie a hacer frente a las consecuencias”.
Krueger agregó que “reparar y prepararse para los fenómenos meteorológicos extremos” costará a Nueva York más de medio billón de dólares en 2050, lo que supone más de 65.000 dólares por hogar, “además de todos los trastornos, lesiones y muertes que la crisis climática está causando” en el Estado.
A esta legislación se le suma otra firmada también a principios de semana por la gobernadora Hochul que amplía la prohibición –desde 2014– de fracking para extraer gas natural.
ESTADO ESPAÑOL – EUSKAL HERRIA.
Ekologista Martxan ha repasado el año 2024, el año de los ríos, arroyos y ríos.
La defensa de la reserva de Urdaibai, la protección del lobo o la lucha por garantizar la óptima calidad del aire que respiramos, han sido los ejes de la actividad de Ekologista Marchxan en los últimos 12 meses.
El año arrancó con el Día Mundial de los Humedales, y una reivindicación desde hace años: la restauración inmediata del humedal protegido de Lamiako . La Diputación Foral de Bizkaia continúa con el proyecto de construcción de un carril bici en la margen derecha de la ría de Bilbao. Este proyecto impide la recuperación de la marisma de alto valor ecológico, la última marisma de todo Nervioi. Ese mismo día, en Barakaldo, los activistas de Ekologista Martxan recordaron el humedal de Zulo – Ibarreta, el último humedal natural que queda en la margen izquierda de las amplias marismas de la ría de Nerbioi – Ibaizabal, que fue sacrificado para construir el centro comercial Megapark.
La desaparición de este último humedal es irreversible, pero aún es posible evitar la destrucción de una joya natural del País Vasco: la Reserva de la Biosfera de Urdaibai . Más de 22.000 hectáreas de montañas, playas, ríos y aguas subterráneas están en riesgo debido a uno de los proyectos emblemáticos del Gobierno Vasco y su actual presidente: la construcción de un museo filial Guggenheim en el corazón de la reserva. Señalado con Bandera Negra en la memoria anual del grupo Ekologistas Martxan, este proyecto es la mayor amenaza a la que se enfrenta la reserva, y los vecinos y asociaciones ecologistas se muestran firme y claramente en contra.
Sin embargo, en las administraciones locales se están viendo movimientos encaminados a lograr el proyecto. Por un lado, hemos acordado reducir el caudal mínimo ecológico de los ríos de Busturialdeo . Cabe recordar que el caudal ecológico es el mínimo exigido para asegurar la supervivencia de la biodiversidad de un río. Los ecologistas Martxan y Eguzki han recurrido la decisión adoptada por el Consejo del Agua de la Comunidad Autónoma Vasca, que pone en grave peligro la situación de los ríos cercanos. Por otro lado, ha hecho saltar las alarmas el hecho de que el Gobierno español haya traspasado recientemente la gestión de costes al Gobierno Vasco, ya que incluye la gestión de permisos, concesiones y sanciones en el dominio público terrestre-marítimo de la costa vasca.
Los ríos siempre han sido fuente de vida y a su alrededor se han desarrollado pueblos y ciudades. Por ello, es importante asegurarse de que se encuentran en buen estado de conservación, tanto el curso de agua, como los márgenes de agua y las llanuras aluviales, ya que son fundamentales para reducir los daños causados por las crecidas de los ríos.
La contaminación del aire que respiramos también ha sido una de las mayores preocupaciones del grupo Ekologistas Martxan de cara a 2024. A raíz de las reticencias de los ayuntamientos a implementar ZBE obligatorias , el Defensor del Pueblo publicó una recomendación a los municipios vascos que estén incumpliendo la Ley de Cambio Climático y Transición Energética antes de 2023. El Gobierno Vasco también tiró de orejas al Defensor del Pueblo, tras una reclamación de Ekologista Martxan, porque estaba haciendo planes para mejorar la calidad del aire en zonas afectadas por la contaminación por ozono , y porque dichos planes excedían los límites legales. El 58% de la población del País Vasco respiró aire contaminado por encima de los límites legales en 2023, como se desprende del informe anual sobre calidad del aire del grupo Ekologista Martxan. Y no es sólo el ozono. La presencia de empresas altamente contaminantes en zonas urbanas sigue siendo una realidad para miles de personas. Los entornos escolares no se salvan…