Etiquetas:
La escritora sami Ann-Helén Laestadius, de nacionalidad sueca, ha construido un doble thriller basado en hechos reales. Por un lado, la también periodista narra en Robo la historia de Elsa, una niña sami de nueve años cuya familia se dedica al pastoreo de renos en el norte de Europa. Concretamente, en ese territorio situado en el Círculo Polar Ártico que recorre Noruega, Suecia, Finlandia y la península rusa de Kola al que su población nativa llama Sápmi.
En los mapas convencionales Sápmi mantiene el nombre de Laponia, a pesar de las connotaciones negativas que tiene el gentilicio «lapón». Este es usado a menudo para insultar a los samis, el principal pueblo indígena de Suecia.
La novela arranca con el asesinato del reno de Elsa, uno de los muchos que son torturados hasta la muerte en Sápmi, según se recoge en decenas de informes policiales. Sin embargo, esos crímenes son considerados «robos», en lugar de delitos de odio, a pesar del daño que infligen a los samis.
Este tipo de agresiones siguen siendo muy desconocidas por la mayoría de la población sueca. Y esa realidad es la que configura el segundo thriller de ‘Robo‘, aquel que explica cómo las vidas de los protagonistas se ven condicionadas, sin que sean conscientes del todo, por las políticas de Estado que han practicado los países escandinavos contra los samis desde el siglo XVII. Ese sufrimiento se transmite de generación en generación, y es una de las causas que explican que los jóvenes samis sufran más problemas de salud mental que la población sueca, destaca Laestadius. También es más alto el índice de los suicidios.
Robo se convirtió pronto en un bestseller en Suecia, con traducción a varios idiomas (entre ellos al castellano y al catalán por la editorial Navona) y una versión cinematográfica disponible en Netflix desde esta primavera. La historia ha impactado a la sociedad sueca, que este año ha constituido finalmente una Comisión de la Verdad para conocer la dimensión y consecuencias de los abusos sufridos por los samis.
XXX