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El hemisferio norte se ha achicharrado durante el verano, dando lugar a unos suelos resecos y una situación dramática. Ahora, un estudio de atribución del World Weather Attribution –el grupo de especialistas del clima que se dedica a establecer relaciones entre calentamiento global y eventos extremos – ha certificado que el cambio climático hizo que la sequía del periodo estival fuese al menos 20 veces más probable.
El verano de 2022 ha sido un punto de inflexión en muchos sentidos. Eventos extremos de todo tipo se han sucedido a lo largo del globo sin cesar, y la población ha empezado a relacionarlo directamente con la crisis climática. Este despertar climático también ha traído consigo una enorme oleada de postulados negacionistas y retardistas como hace tiempo que no se veía. Por ello, ahora más que nunca, son vitales estudios científicos como el que se acaba de publicar. Estos, por un lado, dan credibilidad a quienes vinculan los episodios extremos con el calentamiento global, y por otro lado, deja en evidencia a quienes niegan toda relación.
Los meses de junio, julio y agosto han batido récord a todas las escalas. Tanto en España como en Europa ha sido el verano más caluroso desde que se tienen registros, con los termómetros 2,2 ºC y 1,34 °C por encima de la media, respectivamente. Esto provocó más de 24.000 víctimas mortales relacionadas con el calor en el continente, miles de cultivos amenazados –con efecto directo en los precios de los alimentos y en la seguridad alimentaria–, incendios forestales, escasez de agua, impactos en el suministro eléctrico, entre otros males.
Precisamente, la influencia del cambio climático en las altas temperaturas fue el principal factor que impulsó el mayor riesgo de sequía agrícola (déficit de humedad para satisfacer las necesidades de un cultivo en un lugar y en una época determinada) y ecológica (déficit en la disponibilidad de agua que lleva a los ecosistemas más allá de los umbrales de vulnerabilidad), mientras que los cambios en las precipitaciones fueron relativamente menos importantes, según el equipo responsable del estudio. Es más, el cambio climático aumentó las temperaturas en todo el hemisferio norte hasta tal punto que, explican, un verano tan tórrido como el de este año habría sido prácticamente imposible sin el cambio climático.
Si las actividades humanas no hubieran impulsado el actual calentamiento global, la sequía agrícola en el hemisferio norte sólo se habría esperado alrededor de una vez cada 400 años o menos, mientras que la sequía agrícola y ecológica europea se habría producido alrededor de una vez cada 60-80 años. En cambio, con el clima actual, se espera que suceda una vez cada 20 años.
Desde el grupo de especialistas –formado por 21 especialistas de instuciones de siete países–, afirman que cuantificar la contribución exacta del cambio climático a la sequía agrícola y ecológica supone un reto. “A diferencia de la temperatura o las precipitaciones, que pueden medirse directamente, la humedad del suelo tiene que estimarse, lo que aumenta la complejidad del análisis”, detallan. Esta complejidad hace que los resultados tengan un amplio rango posible y que las estimaciones de la influencia del cambio climático en el estudio sean “conservadoras”, por lo que apunta a que la influencia real de las actividades humanas sea probablemente mayor a la anunciada.
Para el análisis, se tuvo en cuenta los niveles de humedad del suelo en junio, julio y agosto de 2022 en todo el hemisferio norte, excluyendo los trópicos. El estudio se centró, sobre todo, en la región de Europa occidental y central (esto va desde el Atlántico hasta el este del Mar Negro, entre el Mediterráneo y el Báltico), la cual experimentó una sequía especialmente grave, con una reducción sustancial del rendimiento de los cultivos.
Se calcula que el calentamiento inducido por las actividades humanas hizo que la sequía superficial (la que afecta a las capas más superiores) fuera entre 5 y 6 veces más probable, mientras que la sequía agrícola y ecológica fuera entre 3 y 4 veces más probable. “Esto no significa que el cambio climático haya influido menos en Europa que en el resto del hemisferio norte, sino que los diferentes tamaños de las regiones hacen que los resultados no puedan compararse directamente”, aclaran los autores. Recientemente, especialistas del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea señalaban que Europa ha sufrido este verano su peor sequía en, probablemente, los últimos 500 años.
«Tenemos que eliminar progresivamente la quema de combustibles fósiles si queremos estabilizar las condiciones climáticas y evitar un mayor empeoramiento de estos fenómenos de sequía, que serán más frecuentes y más intensos con cualquier aumento adicional del calentamiento global», pide Sonia Seneviratne, catedrática del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas de la ETH de Zúrich (Suiza) y autora principal coordinadora del último informe del IPCC.
España: adaptarse o morir
El estudio no analizó específicamente España, aun así, la tendencia es clara. Como explica a Climática Friederike Otto, investigadora del Imperial College de Londres y cofundadora del WWA, “sabemos por el IPCC que en el Mediterráneo sí se observa una disminución de las precipitaciones (lo que no ocurre en Europa occidental y central), por lo que esperaría que la señal del cambio climático sobre España fuera más fuerte que en esas dos regiones”.
El 30 de septiembre se ponía fin al año hidrológico 2021-2022, que va desde octubre hasta el noveno mes del año siguiente. Según datos de la AEMET, ha sido el tercero más seco de la serie histórica (desde 1961), con un 25 % menos de lo normal. Solo le supera los años hidrológicos de 2004-2005 y 2011-2012. Al finalizar septiembre, según la agencia, España en su conjunto se encontraba en situación de sequía meteorológica (esta es escasez continuada de precipitaciones).Con todo esto, el principal reto, además de reducir los gases de efecto invernadero que impulsan todos estos males, es la adaptación. Solo así se podrá evitar miles de muertes y sufrimiento evitable como consecuencia del cambio climático.
A España, la sequía le cuesta cerca de 1.500 millones de euros al año. Un estudio, citado por el IPCC en su última evaluación, estima que los daños relacionados con la sequía en España aumentarán un 250% si las emisiones siguen aumentando. Veranos calurosos y secos como el de 2022 serán la nueva normalidad. Los modelos climáticos apuntan a que cada vez habrá más zonas del país bajo estrés hídrico severo. Con todo esto, el principal reto, además de reducir los gases de efecto invernadero que impulsan todos estos males, es la adaptación. Solo así se podrá evitar miles de muertes y sufrimiento evitable como consecuencia del cambio climático.
La mitad de las aves que existen en el mundo pierden población. El cambio climático afecta a un 34% de las especies amenazadas.
Aproximadamente, hay 11.000 especies de aves en el mundo. 5.245 de estos taxones, un 49%, experimentan un declive en sus poblaciones. En 1.409 casos, un 13%, este descenso es tan acusado que han entrado en peligro de extinción, es decir, una de cada ocho aves en el mundo está amenazada. Solo un 6% de los taxones crece. Estas son las principales conclusiones del Estado de las Aves del Mundo, un compendio de todo el conocimiento ornitológico a escala global que, cada cuatro años, realiza BirdLife International, con las aportaciones en España de SEO/BirdLife. El estudio se hace público con motivo del Día de las Aves en Europa, que se celebra coincidiendo con el próximo fin de semana, el primero de octubre.
El estudio alerta de que se está produciendo un deterioro de la conservación de la mayoría de las poblaciones de aves, incluyendo a muchas especies que –como el gorrión o la golondrina- eran prácticamente ubicuas, especialmente en las latitudes templadas del planeta. Desde 1502, fecha en la que se encuadra la extinción de una abubilla de grandes dimensiones en la isla de Santa Elena, en el océano Atlántico, en torno a 187 especies de aves han desaparecido por completo.
La investigación identifica los principales factores del declive global de especies. Son:
– La expansión e intensificación de la agricultura, que afecta a un 73% de las especies amenazadas.
– La tala de árboles, que impacta sobre un 50%.
– Las especies exóticas invasoras y otras especies problemáticas, un 40%.
– La caza, fundamentalmente la ilegal, que impacta sobre un 38%.
– Irrumpe el cambio climático, que ya afecta a un 34% de las especies amenazadas.
– El desarrollo urbano tiene un efecto negativo en un 27%.
En conjunto, el 33% de los impactos sobre la biodiversidad en América del Sur y el 26% en África son propiciados por el consumo en otras partes del mundo.
La Mesa Social del Agua de Andalucía remite un escrito a la Junta ante la crítica situación del agua.
Las organizaciones alertan que el déficit de agua no se debe exclusivamente a la falta de lluvias, sino a un desequilibrio entre lo que se demanda y los recursos disponibles.
El escrito advierte sobre los peligros que afronta nuestra comunidad al cierre del año hidrológico y presenta una serie de medidas de urgencia para poner en marcha a corto plazo.
Con motivo del cierre del año hidrológico (1), la Mesa Social del Agua de Andalucía (MSA), ha remitido un escrito a la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural para mostrar su preocupación ante la deriva que está experimentando el debate sobre la política del agua en la comunidad y para presentar una serie de medidas urgentes para paliar la actual crisis del agua. El escrito, firmado por las organizaciones CCOO Andalucía, COAG Andalucía, UPA Andalucía, Aeopas, FACUA Andalucía, WWF, Greenpeace, SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción Andalucía, Fundación Savia, Fundación Nueva Cultura del Agua y Red Andaluza de la NCA, alerta que en Andalucía, el problema de fondo es la escasez de aguas y no sólo la falta de lluvias. Una escasez que está provocada por un desequilibrio entre la cada vez mayor demanda de agua y los recursos disponibles y que se debe a la sobreexplotación generalizada de aguas superficiales y subterráneas. Situación que se ve agravada, además, por las extraordinarias olas de calor y la reducción de precipitaciones, detrás de las cuales asoman ya las consecuencias del cambio climático.
En su misiva, la Mesa advierte que la Proposición No de Ley (PNL) debatida en el parlamento andaluz, en la que se exige al gobierno central una serie de actuaciones e infraestructuras declaradas de interés general para abordar la sequía, ignora y, por tanto, no aborda, la problemática de la sobreexplotación de recursos, alienta a un incremento de la demanda de agua y además, presenta como urgentes actuaciones que tendrán efecto a medio y largo plazo. La mayoría de los municipios que han sufrido y sufren en la actualidad cortes de agua tienen ya convenios firmados que no se han ejecutado para integrarse en sistemas supramunicipales. En este contexto, la MSA considera irresponsable la supresión del canon autonómico de mejora, cuando este tributo se amplió precisamente para sufragar este tipo de obras. Por todo ello la MSA reclama al gobierno andaluz un plan de choque para evitar cortes de agua a través del impulso de la gestión pública y, cuando sea necesario, sistemas supramunicipales eficaces y transparentes.
Entre las medidas de urgencia a corto plazo, la MSA considera imprescindible dotar de ayudas a las explotaciones ganaderas que están en riesgo de cierre.
Como medidas a medio y largo plazo, la MSA exhorta a la Junta de Andalucía a que cumpla los objetivos marcados en el Pacto Andaluz por el Agua, aprobado en la anterior legislatura y que contemplan, entre otros: la definición de objetivos medioambientales prioritarios en materia de agua, la mejora en la participación y transparencia en órganos de gestión, la garantía de los servicios urbanos y la creación de un suministro mínimo vital, la atención a los déficits estructurales de agua y demandas sostenibles (incluyendo “limitación de la superficie de regadío”), la generación de planes de resiliencia frente a sequías y de adaptación al cambio climático.
https://www.ecologistasenaccion.org/209823/la-mesa-social-del-agua-remite-a-la-consejeria-de-agricultura-ante-la-critica-situacion-del-agua/
Este verano ha sido el más caluroso registrado en España
(Ecologistas en Acció La Ribera)
Y es una muestra clara, un avance, de hacia dónde vamos, de los veranos que nos esperan en los próximos años si no hacemos nada para evitarlo.
Los informes científicos indican que vamos hacia una subida de 3 ºC porque los gobiernos, con la nueva guerra que se han montado en Europa, han puesto en segundo plano la emergencia climática y se han «olvidado» del Acuerdo de París, volviendo incluso a quemar carbón, el más contaminante de los combustibles fósiles. Quizás éste era otro objetivo de los promotores y beneficiarios de la guerra (los dueños de las grandes compañías de armas y combustibles), desviar la atención de la emergencia climática y engañar aún más a la población.
Y según explica Antonio Turiel, investigador físico y matemático del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, si el clima global se calienta 3 ºC por encima de la media histórica, lo que ocurrirá en algunas décadas si no cambiamos suficientemente en ésta, en la Península Ibérica tendremos días de 60 ºC y sólo será habitable la Cornisa Cantábrica.
Aún existen soluciones, que pasan por proteger y aumentar la vegetación autóctona (que absorbe CO2, el principal gas de efecto invernadero) y sobre todo por reducir la quema de combustibles fósiles (que emiten ingentes cantidades de CO2). El problema es que petroleras, gasistas, carboneras, automovilísticas y otras grandes compañías han ganado billones de $ y están tan viciadas que no quieren reducir beneficios, y tienen tanto poder que compran medios informativos y políticos para presionar a los gobiernos y dormir /engañar a los pueblos. Sólo así se explica que hayan pasado 43 años y 26 COP internacionales sin frenar el calentamiento del clima.
El gran capital quiere seguir creciendo y creciendo, como un cáncer, aunque estemos ahogándonos de calor y contaminación, aunque se agote el petróleo y otros recursos fundamentales. Pero podemos vencerle si los pueblos despiertan, presionan y comienzan a aplicar masivamente las soluciones: viajar menos, pasarnos al pie+bici+tren, dejar los autos sólo para lo imprescindible, comprar productos de proximidad, rechazar los que vienen de otros continentes, consumir menos carne, más productos vegetales y ecológicos, aplicar las 4R, instalar energías renovables, etc. etc.
https://www.ecologistasenaccion.org/209514/aquest-estiu-ha-sigut-el-mes-caloros-registrat-a-espanya/