Vandana Shiva: el rastro de miguitas de una vida ecofeminista

En 'Terra Viva. Mi vida en una diversidad de movimientos', la activista y pensadora india recoge sus memorias, un recorrido por décadas de lucha por la biodiversidad y la soberanía alimentaria.
Vandana Shiva: el rastro de miguitas de una vida ecofeminista
Vandana Shiva es física, activista, filósofa y escritora. En 1993 recibió el Premio al Sustento Bien Ganado —también llamado Premio Nobel Alternativo—. La han descrito como la Gandhi de las semillas y una de las voces más importantes para la gente de los países empobrecidos. Foto: voces.org

Rara vez tenemos ocasión de leer de primera mano la historia de los movimientos sociales. Más allá de algún testimonio puntual o de aproximaciones académicas recogidas por terceros, el jaleo del hacer deja poco espacio a que el relato se fije y se comparta. Para la activista y pensadora Vandana Shiva (Dehradun, India, 1952), esto tiene causas y consecuencias que son también muy políticas: «En la historia de los movimientos políticos y sociales, por lo general, se ha ignorado la evolución de estos y solo se ha prestado atención al resultado final (…) [Por ello,] la futura labor de organización no se beneficia de las lecciones de perseverancia y paciencia que se extraen de años de construcción del movimiento; la gente empieza a buscar soluciones instantáneas porque lo que la pseudohistoria ha vendido son los éxitos inmediatos».

Por eso escribe Terra Viva. Mi vida en una biodiversidad de movimientos, recientemente editado en España por Continta Me Tienes. Un libro de memorias que recoge su camino de lucha y pensamiento durante más de medio siglo, que la ha convertido en una referente del ecofeminismo, las políticas medioambientales y la batalla por la soberanía alimentaria. Como estuvo presente (y fue, de hecho, determinante) en muchos momentos cruciales en estos ámbitos en el último medio siglo, este texto se convierte en algo así como un sendero de miguitas que permite ver el camino que nos trajo hasta aquí: la construcción del desastre y también de su respuesta.

La construcción de una vida política

Como en otros de esos pocos relatos de vida de activistas que nos llegan de primera mano —pienso, por ejemplo, en ciertos paralelismos con ese otro clásico que es Mi vida en la carretera, de Gloria Steinem—, la historia se cuenta no solo desde lo público, sino también a partir del componente personal. Así, Terra Viva nos da también la ocasión de ver cómo nace y se desarrolla una vida política.

En el caso de Vandana Shiva, el compromiso está muy ligado a dos circunstancias determinantes de su infancia: el bosque que rodeaba a la casa en la que se crió, y el hecho de que por esta pasaran sin cesar activistas e intelectuales. Se dibuja así, desde los primeros años de su biografía, un orgullo de esa mezcla entre pertenecer a la tierra y pertenecer a la élite que puede sonar paradójico a nuestros oídos, pero que tiene mucho sentido si se entiende en el contexto de los movimientos anticoloniales, y en concreto los de un país como la India, donde las luchas desde la no-violencia tuvieron un papel fundamental. De igual modo, en el repaso de su trayectoria también conjuga sin contradicción su estudio de la ciencia dura (es física teórica) con la admiración e incorporación de lo que aprende de los saberes ancestrales y la tradición cultural de la que proviene.

Aunque se trate de unas memorias, el relato que contiene el libro es indudablemente colectivo. «Gracias a mi labor en torno a las semillas y los alimentos, he conocido a algunas de las personas más valientes y comprometidas del mundo», afirma Shiva, que recoge concienzudamente —en el cuerpo de texto pero también en notas detalladas al final de cada capítulo— los nombres personales y colectivos de las compañías de esa vida política. Como apuntes para una genealogía que tal vez no conocemos, podemos anotar algunos: el movimiento Navdanya, que se encarga de proteger «la libertad de las semillas»; el Chipko, que pasó de la lucha contra el alcoholismo llevado a la India por la colonización a la batalla contra la deforestación; o Lokayan, una iniciativa para hermanar distintas luchas.

  1. Mujer singular y sabía Vandana.
    «El Cártel del veneno» un nombre muy apropiado para los capos Monsanto y Down Chemical.
    Aquí podemos ver cómo los grandes poderes económicos y multinacionales son los que dirigen el mundo y no los políticos como cree la gente.
    Se ve que la India es más independiente que Europa de las multinacionales al no permitir su Legislación que se patenten semillas, animales y plantas.
    «Que la industria se haya permitido patentar y así privatizar esas semillas ha desposeído a las comunidades de su soberanía sobre la agricultura».
    «Los bosques son alimentos; pero no cuando están muertos sino vivos».

  2. …Un sistema que produce más comida de la necesaria para alimentar satisfactoriamente a toda la población mundial; pero que para mantener la tasa de ganancia empresarial prefiere hacer morir de hambre a 20.000 personas por día, desperdiciando los alimentos producidos, y que gasta la infame cifra de 76.000 DOLARES POR SEGUNDO EN ARMAMENTOS (hoy la industria y actividad cientifico-tecnica más desarrollada de los seres humanos), todo ello nos muestra que los valores que rigen la marcha del mundo en la actualidad son absolutamente cuestionables. Si junto a ello ponemos el consumo de drogas como otro de los grandes negocios mundiales (1.600 muertes diarias por sobredosis) es evidente que algo no funciona bien.
    M.Colussi, «Nuevos valores socialistas: una esperanza.

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