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El cambio climático está afectando a todos los aspectos de nuestro día a día, también a lo que comemos. El aumento de temperaturas provocado por el calentamiento global está influyendo en la producción de alimentos en muchos lugares, según apunta el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) en sus informes más recientes.
Hemos visto cómo The Guardian informaba de que algunos supermercados en Reino Unido ya están teniendo que racionar productos frescos y limitan el número de vegetales que puede comprar cada cliente. O que algunos países han tenido que adaptar sus cosechas por los impactos de las olas de calor, la sequía y otros eventos extremos agravados por la calentamiento del planeta.
Desde el IPCC, el grupo de especialistas de la ONU, se estima que los cultivos agrícolas en el Mediterráneo podría descender un 17% en 2050. El campo español ya está sufriendo varios impactos por las altas temperaturas y la sequía. Productos como los cereales, la aceituna, los frutos secos y los tomates se resisten con cada vez más dificultades a estos cambios.
Actualmente, España es uno de los países de la Unión Europea con más hectáreas destinadas a la agricultura. El sector de la alimentación es uno de los sectores con más impactos en el planeta por las emisiones de CO2 que genera. Los usos de la tierra y el agua, los residuos, los fertilizantes, el pienso para el ganado… Toda esta cadena de producción suma cantidades de gases de efecto invernadero. Nosotros y nosotras, como consumidores, podemos cambiar nuestros hábitos alimentarios para evitarlo o, al menos, para mejorar la situación. Teniendo en cuenta, como siempre debe ser, nuestra salud.
Comer mejor puede salvar el planeta
En la cuarta edición de La Uni Climática contamos con la presencia de Aitor Sánchez, dietista-nutricionista y tecnólogo alimentario. Para él, alimentarse sosteniblemente es clave porque la alimentación «afecta a toda la población, es un hábito de por vida y la heredan las futuras generaciones».

En su ponencia, el experto dio las claves para hacer compatible una alimentación sostenible y saludable. A través de gráficos, trató uno de los temas más candentes del debate alimentario: la producción de proteína animal. «No todas las prácticas de producción tienen el mismo impacto ni todos los alimentos producen las mismas emisiones«, asegura. «Una ración de proteína animal es entre seis y diez veces más contaminante que una de proteína vegetal».
La alimentación sostenible es un tema peliagudo porque está rodeada de mitos que, a pesar de haber sido desmentidos, persisten en el asunto. Por ejemplo, se ha hablado mucho del déficit de nutrientes de las proteínas vegetales frente a las animales. Estas cuestiones y muchas más las ha tratado Sánchez en su libro Tu dieta puede salvar el planeta (Paidós, 2021).
En él, el autor reflexiona sobre cómo hemos llegado a esta situación de alto impacto medioambiental y analiza los factores que nos han conducido hasta ello. De 1990 a 2021, explica, las emisiones agrícolas a nivel mundial se «incrementaron en un 14% por un aumento de la población total, fenómeno que, obviamente, conlleva mayor demanda de alimentos, pero sobre todo por el cambio de patrón de alimentos de algunos países, que, al disponer de más capacidad adquisitiva, han transmutado su dieta hacia un patrón más occidental, aumentando la demanda de carne y de productos más elaborados. «Este cambio de dieta tradicional hacia una dieta occidentalizada es la mayor amenaza de impacto ambiental alimentario a la que nos enfrentamos«.
Sánchez alerta de que la producción de comida se retroalimenta con la crisis climática: cuanto más avance el cambio climático, más esfuerzos nos costará producir alimentos y lo haremos de una manera menos sostenible. Por ello, y como recuerda en su libro, «estamos en un momento decisivo para afrontar el mayor desafío de nuestro siglo, y probablemente el de la historia de la humanidad. Ahora nos toca a nosotros tomar las riendas y asumir nuestra responsabilidad».
Puedes leer un extracto de Tu dieta puede salvar el planeta aquí y conseguir un ejemplar del libro con una de las suscripciones a Climática. Las puedes ver todas en el kiosco.
HYUNDAI, otro gigante de la automoción que tiene su parte de responsabilidad en la crisis climática que altera la producción de comida (y ya no digamos comida sana).
Hyundai-Kia es elogiada por su propaganda ecológica y su imagen sostenible con vehículos eléctricos (EV) y promesas de cero emisiones netas. Sin embargo, el 94 % de sus ventas totales en 2022 seguían siendo vehículos de combustibles fósiles.
Un informe de 2022 reveló que Hyundai-Kia subinformaron las emisiones hasta en un 115 %, que fue el nivel más alto entre los 9 principales fabricantes de automóviles del mundo en relación con la precisión de su divulgación de emisiones.
A pesar del compromiso con la neutralidad de carbono para 2045, la cadena de suministro de Hyundai-Kia depende en gran medida de los combustibles fósiles , y las energías renovables representan menos del 1 % de su consumo de energía en 2022.
Para ser verdaderamente un campeón del clima, Hyundai-Kia debe unir sus palabras con acciones al detener la producción de automóviles de combustibles fósiles y hacer la transición a fuentes de energía renovable en toda su cadena de suministro.
Ninguno de nosotros desea soportar otro verano abrasador, y ciertamente, no queremos presenciar un mayor sufrimiento tanto de personas como de animales debido a olas de calor, inundaciones y otros desastres climáticos.
El IPCC ha aconsejado una reducción del 80%-90% en las emisiones del sector del transporte para 2050. En consecuencia, varios fabricantes de automóviles y países se han comprometido a eliminar gradualmente los automóviles de combustibles fósiles para 2030-2035.
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