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Baleares también se agota y se lanza a las calles contra la masificación turística

Siguiendo la estela de las movilizaciones en las islas Canarias, diferentes organizaciones sociales han convocado manifestaciones en el archipiélago balear durante el verano para oponerse al actual modelo turístico depredador.
Baleares también se agota y se lanza a las calles contra la masificación turística
Pancarta contra la "masificación" turística en Palma de Mallorca. DANI DOMÍNGUEZ Foto: sosresidents

En 2023, 14.405.322 turistas internacionales pasaron por las islas Baleares, casi un 17% de todos los que vinieron a España a lo largo del año. Doce turistas extranjeros por cada habitante del archipiélago. Un nuevo récord en la región más pequeña de todo el país en superficie que ha terminado por colmar la paciencia de los residentes, que llevan décadas sufriendo las consecuencias de un modelo económico que apuesta por la masificación y que convierte las islas en un parque turístico para los visitantes.

Tras la manifestación espontánea que logró reunir a 10.000 personas en Mallorca a finales de mayo, diferentes organizaciones han convocado nuevas movilizaciones a lo largo del verano en las principales islas del archipiélago. “La intención es movilizar a todos los sectores sociales, desde sindicatos a asociaciones de agricultores, movimientos ecologistas, feministas, grupos vecinales, organizaciones por la vivienda…”, explica Jaume Pujol, portavoz de la plataforma Menys turisme, mes vida, la cual agrupa a entidades como Fridays for Future, GOB, Arrán Palma, Attac o SOS Residents.

El objetivo de los organizadores es celebrar una primera manifestación en Mallorca el próximo domingo 21 de julio, a la que le seguirá otra convocatoria en Ibiza en agosto y una más en Menorca algunas semanas después. Todas ellas, para denunciar “el desarrollo turístico devorador que se expande a todos los rincones de las islas”.

“El lema general de la convocatoria es que es necesario cambiar el rumbo y poner límites al turismo. Pero no es una crítica solo al turismo de borrachera, sino al proceso de turistificación de todas las islas en general”, explica Pujol desde un centro de Palma de Mallorca totalmente colonizado por los turistas a mediados de junio. Para el activista, es imprescindible concienciar a la población de que la mayor parte de los residentes en Baleares “no se enriquecen gracias al turismo”: “Son los grandes empresarios los que hacen negocio con la sobreexplotación de nuestros recursos y con la explotación de trabajadoras como las kellys”, denuncia.

Las organizaciones convocantes se reúnen cada semana desde mayo con representantes de las diferentes iniciativas de Menorca, Ibiza, Formentera y Mallorca “para coordinar demandas, relato, acciones de denuncia y movilizaciones en el marco de la campaña interislas”. El fin último de las protestas será “exigir los cambios necesarios para un cambio de rumbo de nuestro modelo socioeconómico que garantice los derechos fundamentales que están en juego: el derecho a la vivienda, los servicios sociales, especialmente los sanitarios y la educación de los jóvenes, la brecha de género en los salarios y en las pensiones y la conservación y regeneración de los recursos naturales, el agua, el mar, playas y espacios naturales que han convertidos en bienes especulativos”.

Ante esto, el pasado 16 de junio, entre 250 y 300 residentes en Mallorca decidieron tomar el Caló des Moro, en el sureste de la isla, una pequeña cala paradisiaca masificada por la llegada de turistas durante los meses de verano que obliga a colocar vigilantes de seguridad en la entrada para controlar el aforo. La acción fue programada por la plataforma Mallorca Platja Tour con el objetivo de visibilizar el problema y permitir a la población residente disfrutar de la playa al menos un día durante el verano.

Asimismo, las movilizaciones en Baleares también siguen la estela de la convocadas en el archipiélago canario a finales de abril y que lograron reunir a miles de personas en las ocho islas para pedir el fin de un modelo turístico depredador.

Para las organizaciones convocantes de las manifestaciones que tendrán lugar durante el verano en Baleares, “es necesario que la clase política tome medidas contundentes, que establezca límites y regule esta actividad y que al mismo tiempo, ponga al servicio de las mayorías sociales el beneficio que genera”. Lejos de reconocer los problemas provocado por la masificación turística, el programa firmado por Partido Popular y Vox para facilitar la investidura de la presidenta Marga Prohens promete fomentar el sector turístico “como principal industria” de la región y luchar “contra la turismofobia, planteando una hoja de ruta clara no sometida a vaivenes coyunturales ni partidistas, que apueste por el medio y largo plazo, sobre la base de la sostenibilidad económica, social y medioambiental”. 

Asimismo, el nuevo Govern balear también se ha comprometido a derogar “las moratorias y los apartados lesivos, por su carácter intervencionista y prohibicionista” de la normativa turística que rige las islas, es decir, la Ley 3/2022, de 15 de junio, de medidas urgentes para la sostenibilidad y la circularidad del turismo de las Islas Baleares y la Ley 3/2023, de 17 de febrero, de Menorca Reserva de Biosfera. Esta misma semana, el Consell de Mallorca ha aprobado una amnistía urbanística que permitirá a los propietarios de casas ilegales poder regularizarlas gracias a los votos a favor de PP, Vox y El Pi. Las primeras estimaciones calculan que afectará a unas 30.000 edificaciones que actualmente se encuentran fuera de la legalidad.

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COMENTARIOS

  1. Menys turisme mes vida.
    Presenten el manifest ‘Per la reducció de l’activitat turística’ i la manifestació ‘PROU! Posem límits al turisme’
    Veus del món de la cultura i 80 entitats hem presentat el ‘Manifest per la reducció de l’activitat turística’.
    També hem presentat en roda de premsa la manifestació unitària PROU! – Posem límits al turisme, que tindrà lloc el dissabte 6 de juliol a Barcelona i, en paral·lel, a Girona, el mateix dia a la mateixa hora.
    Aquest manifest i la manifestació del juliol comparteixen els mateixos arguments quant a la necessitat de canvi de model econòmic i de decreixement turístic. Són molts els impactes que genera la sobreexplotació de la ciutat: dependència econòmica d’una indústria altament volàtil, expulsió del veïnat, precarització laboral, afebliment del teixit comercial i pèrdua d’espais comunitaris, augment de les desigualtats i les injustícies socials i econòmiques, alta influència de grups empresarials en la governança de la ciutat i dèficit democràtic, augment de la despesa pública en serveis en benefici del sector turístic, agreujament de les condicions ambientals i en la crisi climàtica, banalització i mercantilització del patrimoni de la ciutat i empobriment de la cultura local.
    El manifest demana, en resposta a aquests impactes, les següents mesures:
    Fi de la promoció turística amb diners públics i de subvencions i exempció fiscal al sector
    Aturada de tota ampliació d’infraestructures portuàries i aeroportuàries, així com de macroesdeveniments com la Copa Amèrica.
    Reducció l’oferta d’allotjament turístic
    Reducció progressiva del trànsit de creuers fins a la seva eliminació
    Millora de les condicions laborals del sector turístic
    Reorientació i diversificació de l’economia que prioritzi activitats sense petjada de carboni i en sectors estratègics per a la vida, acompanyada per la formació de les persones treballadores del sector turístic a d’altres àmbits laborals.
    Aquest moment d’indignació generalitzada és tan evident que darrerament sentim la classe política, la mateixa que fins ara ha pregonat les bondats del turisme, parlar sobre gestionar el turisme o, fins i tot, tancar una terminal de creuers. Les seves suposades solucions, però, són en realitat cortines de fum, maneres de fer veure que es fan càrrec dels problemes i els gestionen. Els conflictes provocats pel turisme a Barcelona, però, no tenen a veure amb la gestió, sinó amb el volum. Per tant, qualsevol proposta que no apliqui polítiques de decreixement turístic està destinada a fracassar i a despertar més contestació social…

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