Bruselas rebaja el entusiasmo a España: antes de ampliar ningún aeropuerto, debe garantizar la protección ambiental

La Comisión Europea abrió en febrero de 2021 un expediente a España tras constatar que no había adoptado medidas suficientes para proteger el Delta del Llobregat.
Bruselas rebaja el entusiasmo a España: antes de ampliar ningún aeropuerto, debe garantizar la protección ambiental
La extensión del aeropuerto de El Prat pone en el foco La Ricarda, una zona de la Red Natura 2000. Foto: PACO FREIRE/SOPA IMAGES

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El anuncio de la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat, celebrado por la Generalitat catalana y el Gobierno central al mismo tiempo, no contó con el mismo entusiasmo en Bruselas hace solo dos meses. En un encuentro con representantes de AENA y del gobierno catalán, la Comisión Europea recordó a España que, antes de hacer nada, debía adoptar medidas para garantizar una protección adecuada del Delta del Llobregat, según precisaron a EFE fuentes comunitarias.

La advertencia venía de lejos: la Comisión Europea abrió en febrero de 2021 un expediente a España tras constatar que no había adoptado medidas suficientes para proteger este enclave, que forma parte de la red Natura 2000, y cumplir así con sus obligaciones con respecto a la Directiva europea de Hábitats.

Bruselas recordó entonces que llevaba desde 2013 debatiendo con las autoridades españolas las posibilidades de mitigar y compensar el daño medioambiental causado por proyectos relacionados con la ampliación del aeropuerto. Pero los compromisos tomados hasta entonces por las autoridades, como la adopción e implementación de un plan especial para la protección de las áreas naturales y el paisaje del Delta del Llobregat y la extensión del Área Especial Protegida para proteger los territorios más adecuados para la conservación de las aves no habían recibido «seguimiento suficiente».

La Comisión remarcó que, a pesar de ser una de las regiones más densamente pobladas de la península, los «frágiles» ecosistemas del delta acogen una «espectacular biodiversidad y juegan un papel crucial en las rutas migratorias de muchas aves europeas», lo que contribuye a preservar la coherencia general de la red Natura 2000.

Según establece la Directiva de Hábitats de la UE, las autoridades de un Estado miembro tienen la potestad, gracias a una derogación en las reglas, de autorizar un proyecto aunque «pueda tener un impacto significativo en una zona Natura 2000».

Sin embargo, están obligadas «bien a notificar a la Comisión o bien a pedir la opinión de la Comisión» al respecto antes de autorizar dicho proyecto, en función del «interés público» que justifique el desarrollo del mismo.

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