El Govern catalán ha cedido a las protestas del sector primario. Este jueves ha autorizado la flexibilización de restricciones al agua para agricultores y ganaderos para que «ningún agricultor tenga que abandonar su actividad por la falta de agu, y para garantizar la supervivencia del ganado y la viabilidad económica de las explotaciones», en palabras de Patrícia Plaja, portavoz del Govern.

Así se ha anunciado en una rueda de prensa tras una reunión de la Comisión Interdepartamental en la que han participado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, la vicepresidenta, Laura Vilagrà, y el conseller de Acción Climática, David Mascort.

Concretamente, no se aplicará el 50% de reducción del uso de agua en ganadería donde la actividad se base en hembras reproductoras. Para reducir ese porcentaje en otros casos, como el ganado de engorde para enviar a matadero, se aceptará que la explotación quede vacía durante un período de tiempo para hacer el ahorro de agua y luego se pueda rellenar al 100%, con el fin de no perder cabezas de ganado.

En la agricultura, la reducción del 80% de agua vigente en el plan de sequía no será efectivo en explotaciones de cultivos leñosos o permanentes, que deberán reducir en un porcentaje que consideren que permita garantizar la supervivencia.

El turismo tendrá restricciones más laxas

Mientras que el sector primario ha recibido las buenas noticias, los municipios del Alt Empordà han recibido las malas. El Govern ha reconocido que las previsiones de sequía para las próximas semanas no son positivas, por lo que ha decidido que, a partir de la semana que viene, la docena de municipalidades que dependen del embalse de Darnius Boadella –que ha llegado al 11% de su capacidad– entren en fase 2 de emergencia. Esto significa que en pocos días tendrán un límite de consumo de agua de 180 litros por persona y día.

Por otro lado, la administración catalana ha autorizado las desalinizadoras de financiación privadas móviles que puedan impulsar sectores económicos, como el turístico, donde se produce actualmente la demanda de estas instalaciones móviles. Este régimen especial «será complementario al sistema de abastecimiento habitual y se deberá usar sólo para mantener la actividad económica y los puestos de trabajo», ha explicado Plaja.

En esta línea, el conseller de Acción Climática anunció ayer miércoles que en las próximas semanas se modificará el plan especial de sequía para poder llenar piscinas de hoteles y establecimientos de ocio con agua desalada, así como flexibilizar las restricciones en gimnasios y recintos deportivos.

Los interesados en una de estas desalinizadoras deberán acreditar que previamente han hecho el ahorro que establece el plan de sequía en toda su actividad, que en el caso del turismo debe ser del 25%.