Mitos (y verdades) sobre la sequía

Aumentar la producción de agua desalada o una mayor explotación de los acuíferos son algunas de las medidas que se adoptan para hacer frente a la escasez de agua. Especialistas inciden en la necesidad de reducir la demanda de agua, que copa principalmente la agricultura intensiva, y respetar los caudales mínimos de los ríos.
El lago de Sau en Catalunya, el 28 de abril de 2023. La sequía que priva de agua al lago ha devuelto a la luz el edificio románico del siglo XI y ha dejado al descubierto los residuos que había en el fondo del lago. Foto: Manuel Blondeau/AOP vía Reuters

Una persistente sequía golpea España desde hace más de dos años. La región mediterránea está acostumbrada a períodos sin agua, pero, cada vez más, deberá lidiar con episodios extremos de falta de precipitaciones o de lluvias torrenciales a causa del calentamiento global, tal como advierte el IPCC. No obstante, más allá de la sequía meteorológica, también está la sequía hidrológica, que resulta al restarle a la cada vez más escasa agua disponible una demanda creciente. ¿Sabemos en qué gastamos más agua en España? ¿Son la desalación marina y la reducción de los cauces de los ríos soluciones factibles a largo plazo?

A pesar de ser un tema que está en el candelero, existen muchos mitos sobre la sequía. Una mayoría de la sociedad española opina que la tecnología puede solucionar la crisis del agua, desconoce qué sectores económicos demandan más agua en el país y piensa erróneamente que el agua que llega al mar es un desperdicio. Así lo revela un informe del Observatorio Ciudadano de la Sequía basado en encuestas. Analizamos algunas de estas falsas creencias sobre la sequía que alimentan la ilusión de que el agua es un recurso infinito en este planeta azul.

La agricultura absorbe el 80% del agua en España

La agricultura intensiva es el sector más demandante en la actualidad, el 80,5% del agua disponible se destina al riego de cultivos, según datos oficiales. Es seguido por el abastecimiento urbano, que representa el 15,5%, y por el uso industrial. Sin embargo, un sector importante de la población cree que la mayor parte del agua se gasta en los hogares. «Esto dificulta que exista una verdadera transición hidrológica, que es lo que necesitamos urgentemente», sostiene Regina Lafuente, socióloga del IEASA-CSIC y una de las autoras del informe.

No todos los tipos de agricultura requieren la misma cantidad de recursos hídricos. «La mayoría de esta agua consumida está vinculada a la agroindustria más intensiva, mientras que los modelos de explotación menos intensivos tienen demandas más reducidas. Es muy importante que la sociedad tenga esta información y sea consciente de cómo nuestro modelo de consumo de alimentos influye en el consumo de agua», señala Annelies Broekman, investigadora del CREAF especializada en gestión del agua.

Las encuestas realizadas por el Observatorio Ciudadano de la Sequía revelan que más de la mitad de la población considera que la superficie dedicada a regadío ha disminuido en los últimos diez años. Esta es una premisa falsa, pues «precisamente la extensión de los cultivos de regadío se encuentra en la raíz del estrés hídrico que sufre el territorio ahora mismo», advierte el estudio.

Una España cada vez más desertificada exporta toneladas de frutas y verduras al norte de Europa y otros países. El cultivo de regadío que más se vende es la naranja, pero las plantaciones de frutos rojos, el mango o el aguacate también han crecido en los últimos años a causa de la demanda.

Frente a la agricultura intensiva que copa de invernaderos el territorio, Annelies Broekman destaca que «existen sistemas agrícolas con menor huella hídrica, como es el caso de la agricultura regenerativa o la ganadería extensiva, y que no perjudican ni a las masas de agua ni a los agricultores y agriculturas». 

Doñana
Cultivos de fresa bajo plástico en el entorno de Doñana.

Los costes del agua desalada

Tras declararse el estado de emergencia por sequía en Catalunya en pleno invierno, el Miteco ha anunciado que ya se planea el envío de agua desalinizada desde Sagunto a Barcelona para paliar los estragos de la falta de agua a partir de junio. España es líder europeo en producción de agua desalada y ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en capacidad instalada. En total, en el país se producen cerca de 5 millones de metros cúbicos de agua tratada al día y las desaladoras configuran un «sistema crucial en el abastecimiento de agua de boca en situaciones de escasez», aseguran desde el Ministerio.

Sin embargo, llevar barcos de agua a Catalunya «no es sostenible en el tiempo y no es la solución ideal», ha reconocido la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en declaraciones a RNE. Para hacer frente a una sequía que no parece que vaya a ser puntual en un contexto de cambio climático, Ribera sostiene que se debe invertir en desalación, reutilización y mejora de las infraestructuras, evitar fugas en la red y ajustar el consumo a la oferta real.

El consumo de energía es el mayor coste económico que tiene la producción de agua desalada. «Las desaladoras para aprovechar el agua del mar son infraestructuras que encarecen mucho el agua, tanto por su coste energético como por el impacto ambiental que tienen. Es común el vertido de salmueras al mar en las zonas cercanas a estas instalaciones», explica Broekman. Estos derrames de residuos de las desaladoras afectan al fondo marino y a las comunidades que habitan en él, como las praderas de posidonia.

Los acuíferos ya están sobreexplotados

La mitad de las personas (55%) encuestadas por el Observatorio Ciudadano de la Sequía piensan que es una buena opción aprovechar más los acuíferos. Sin embargo, casi un tercio de estas aguas subterráneas se está vaciando rápidamente a nivel mundial en las últimas cuatro décadas, según un estudio publicado recientemente en Nature. España es el tercer Estado europeo con mayor explotación de sus reservas de agua, por detrás de Chipre y Grecia.

«Nuestros acuíferos están al límite y también están en riesgo de degradarse, comprometiendo aún más la situación de escasez», asegura Broekman. Más allá del emblemático caso de la desecación de las lagunas de Doñana, los acuíferos el Segura, el Júcar y el Guadiana son los que se encuentran en una situación más crítica. Para la especialista, la clave está en organizar los usos del agua a la baja y en restaurar y proteger todas las masas de agua de una cuenca, para asegurar la salud de los ecosistemas y la disponibilidad para usos humanos.

El agua que no se tira al mar

La ciudadanía tiende a pensar que el agua es un recurso del que los seres humanos podemos disponer en exclusiva. Un 47% de las personas que han participado en el sondeo considera que «el agua que no es consumida se pierde y no tiene utilidad». «Este mito hace muchos años que ha percolado en la sociedad y sugiere que, en general, la población enfatiza en el valor productivo del agua, pero ignora que también el valor productivo depende de la salud del sistema hidrológico y de los ecosistemas vinculados», apunta Anabel Sánchez, responsable de impacto social de la ciencia en el CREAF.

La llegada del agua de los ríos y acuíferos al mar es elemental para el buen funcionamiento de todo el ecosistema.«El agua dulce transporta nutrientes, que son fundamentales para que se mantengan las poblaciones de peces, y sedimentos, que se distribuyen a lo largo de la costa y son la razón de que tengamos playas. Gran ejemplo de este fenómeno es el Delta del Ebro, que está desapareciendo por la falta de sedimentos que quedan retenidos en los numerosos embalses en la cuenca», explica Broekman.

Con la sequía, las administraciones tienden a modificar los caudales mínimos en los ríos (el mínimo necesario para que se mantenga la vida animal y vegetativa del río). La investigadora destaca que modificar los caudales puede comprometer el funcionamiento de toda la cuenca hidrográfica con consecuencias que pueden ser irreparables: «Un río que no mantiene suficiente caudal puede perder determinadas especies de fauna y flora, –especialmente las amenazadas, como la anguila–, favorece a las invasoras, concentra más contaminantes –que nos pueden llegar al grifo o la huerta– y afecta todas las conexiones que tiene ese río».

Las especialistas destacan la importancia de abrir el debate sobre la gobernanza del agua a la población. «Hasta ahora, aunque se recalcara que todo el mundo tiene derecho a decidir qué hacemos con el agua y cómo se reparte su uso, la realidad es que en la elaboración de los planes hidrológicos de cada demarcación participan los actores clásicos: regantes, hidroeléctricas, usuarios industriales y abastecimientos. Ahora bien, parece que todo esto empieza a cambiar y la Directiva Marco del Agua pide que haya más variedad de públicos implicado en la toma de decisiones y se incluya a la ciudadanía», celebra Lafuente. Quizás esta sea una oportunidad para apostar menos recursos en soluciones temporales.

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COMENTARIOS

  1. No todos los colectivos onubenses apoyamos las demandas de la patronal agraria
    Proponemos soluciones basadas en la naturaleza para que la agricultura onubense tenga viabilidad a corto, medio y largo plazo, sin comprometer el reparto justo social y ambiental del agua.
    El campo agrícola de Huelva tiene los mismos problemas que el resto de provincias españolas y otros países, se llama “urgencia de un cambio de modelo” y se debe a factores difíciles de controlar de forma inmediata, como el cambio climático y la sequía.
    El cambio del modelo agroalimentario industrial que impera en Huelva actualmente debe ser inminente para poder salvar a las numerosas pequeñas explotaciones familiares que existen en el campo onubense.
    Para Ecologistas en Acción, las expectativas que intenta crear la patronal agraria en Huelva sobre la existencia de grandes excedentes de agua que se aprovecharían al construir las presas de Alcolea, Pedro Arco,Coronada y Corunjoso no tienen en cuenta que las aguas y ríos contaminados por las actividades mineras contienen metales pesados y otros contaminantes imposibles de depurar. A ello se une la insistencia en el aumento del bombeo del Bocachanza y la continua exigencia del aumento de infraestructuras de oferta de agua para regadío, que aunque abocadas al fracaso, pueden provocar un grave conflicto social, utilizando como bazas la desinformación y la supuesta empatía con el sector agrícola. El lema de la manifestación de hoy ‘Agua para todos. Alimentos para el mundo’, busca el apoyo social, ocultando que esos proyectos son inviables conforme a la legislación vigente y la situación de emergencia climática en la que vivimos.
    Las soluciones que proponemos en Ecologistas en Acción se basan en la naturaleza, es decir, en afrontar la sequía y el cambio climático en la agricultura onubense con actuaciones duraderas, viables, menos costosas y eficientes a corto y largo plazo. Por una parte, es básico establecer límites al crecimiento del regadío en la provincia de Huelva que respondan a la cantidad de recurso agua real y disponible. Construir infraestructuras no crea agua, los embalses existentes se encuentran al 30% y crear presas no hará que llueva para llenarlas. Es necesario el reparto social del agua, aplicar estrategias de adaptación agrícola al agua disponible y real, garantizar la seguridad alimentaria, llevando un cambio de modelo a las explotaciones familiares que permita que la agricultura onubense sobreviva a estos duros tiempos sin comprometer los tiempos futuros. Así, se evitaría el colapso hídrico y se garantizaría prioritariamente agua potable para las personas y para la sostenibilidad de los ecosistemas onubenses, asegurando una agricultura justa, viable y de calidad.

  2. Expressen al Ministerio de Transición Ecológica l’oposició a les mesures que s’estan prenent a Catalunya.
    Es considera preocupant que la Ministra Ribera doni un suport sense fissures al Govern de la Generalitat, quan aquest acaba de fer una retallada salvatge als cabals ecològics dels rius catalans.
    L’aposta per les dessaladores és un error estratègic que només dóna ales als grans consumidors perquè transmet que ja s’aconseguirà més aigua si no plou, i que tot pot seguir igual.
    Ecologistes en Acció s’ha reunit aquests dimarts passat amb el Secretari d’Estat de Medi Ambient, Hugo Morán, a la seu del Ministerio de Transición Ecológica, a Madrid, juntament amb representants de les altres organitzacions ecologistes d’àmbit estatal. Una trobada convocada pel Ministerio, en la qual s’ha parlat de la situació preocupant a causa de la sequera i dels possibles canvis normatius de matèria ambiental derivades de les mobilitzacions dels agricultors.
    Ecologistes en Acció de Catalunya hi ha estat present, i ha pogut traslladar al Secretari d’Estat una sèrie de missatges en la línia del que defensa la plataforma Aigua És Vida i la campanya #noenraja de les quals l’organització en forma part.
    Així, s’ha criticat la imatge de la Vicepresidenta i Ministra Teresa Ribera prometent suport al President Aragonès, amb inversions multimilionàries com les noves dessaladores del Foix (154M€) i Tordera-II (237M€), i l’enviament d’un vaixell amb aigua de la dessaladora de Sagunt cap a Barcelona si a l’estiu la situació no ha millorat. Aquesta imatge suposa un suport polític a un Govern de la Generalitat al qual l’entitat ecologista critica que:
    Està deixant alguns grans rius pràcticament secs, amb una retallada del cabal ecològic fins al 75% de l’original, amb gravíssims efectes sobre l’ecosistema (Ter, Muga i Llobregat).
    S’aposta per la dessalació sense tenir en compte els greus efectes sobre el consum d’energia d’aquesta tecnologia (més emissions amb efecte d’hivernacle), així com els impactes de les salmorres sobre el medi marí. Per tant, mentre l’única solució del Govern passa per oferir més aigua, s’evita afrontar canvis estructurals i reduir els consums desproporcionats de grans agents econòmics (agroindústria i ramaderia industrial, turisme, camps de golf, urbanisme expansiu, embotelladores d’aigua), de forma que el problema de l’escassetat serà crònic amb la perspectiva de canvi climàtic.
    També s’ha expressat que la solució del vaixell porta aigua de Sagunt sembla un simple acte propagandístic: Un vaixell de 40.000m3 que trigaria 2 dies a omplir-se (la dessaladora produeix un màxim de 23.000m3 al dia) i que donaria per menys de 6 hores de consum a l’àrea metropolitana de Barcelona.
    El més greu d’aquest enviament d’aigua és que es dona arguments als que defensen els transvasaments entre conques: sota la lògica que si ara s’envia aigua de València a Catalunya, perquè hi ha capacitat, per què no enviar en el futur aigua de l’Ebre cap a València, Múrcia o Andalusia, tot reobrint així guerres de l’aigua que haurien d’estar oblidades.

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