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El Parlamento Europeo aprobó este miércoles la lista de Proyectos de Interés Común (PIC), que incluye proyectos de interconexión eléctrica y de gas en todo el continente. Los proyectos que forman parte de la lista contarán ahora con facilidades administrativas y acceso a créditos para su ejecución. Entre ellos hay, 32 obras de transporte de gas fósil (conocido comercialmente como gas natural). Estas obras están desglosadas en 55 actuaciones individuales.
La lista se ha aprobado con 443 votos a favor, 169 en contra y 32 abstenciones. El único grupo parlamentario que se ha opuesto frontalmente a los proyectos ha sido el de los Verdes. Además, el grupo confederal de la Izquierda Europea (en el que se encuadra Unidas Podemos) rechazó mayoritariamente la lista (27 votos en contra de la lista, siete a favor, una abstención). Los socialdemócratas apoyaron la lista en su mayoría, aunque con cierta división (49 votos en contra de la lista, 75 a favor, 19 abstenciones).
Por su parte, los liberales de Renew Europe (al que pertenece Ciudadanos), así como los grupos de derechas (el Partido Popular Europeo, los euroescépticos de ECR y la extrema derecha de Democracia e Identidad) se mostraron mayoritariamente a favor de la aprobación de la lista.
¿Seguridad de suministro o desperdicio de fondos públicos?
El argumento principal de los partidarios de la lista es que estos proyectos son necesarios para asegurar el suministro energético en el territorio de la Unión Europea. Así lo expresó Lars Ole Locke, portavoz de los populares europeos, en Twitter antes de la votación.
Sin embargo, no todos piensan igual. A finales del pasado mes de enero, la consultora francesa Artelys advirtió en un informe que la mayoría de los proyectos de combustibles fósiles eran innecesarios. El documento afirmaba que la Unión Europea iba a malgastar «miles de millones de euros». Artelys ejecutó varios escenarios, concluyendo que la red de transporte de gas actual es suficiente para asegurar el suministro energético. Tan solo harían falta, según la empresa francesa, algunas obras puntuales.
Frida Kieninger, portavoz de la ONG Food & Water Europe afirmó que «una mayoría de europarlamentarios rompieron sus promesas» de luchar contra la crisis del clima. No obstante, Kieninger quiso reconocer a las personas que sí votaron contra la lista de PIC: «Los Verdes, la Izquierda Europea y algunos socialdemócratas merecen crédito por reconocer que el gas es un combustible fósil pernicioso y que no debe ser apoyado por la UE». La activista se mostró optimista acerca del movimiento climático «que salvará a Europa de quedar encadenada a décadas de gas asesino del clima».
Una sola votación
La lista de Proyectos de Interés Común no solo incluye proyectos de combustibles fósiles. De hecho, la mayoría de los puntos aprobados son interconexiones eléctricas. También hay redes de transporte de CO2 y redes inteligentes. Sin embargo, el Parlamento Europeo se enfrenta, una vez más, a la votación de todo el paquete.
En declaraciones a Climática, Josep Nualart, del Observatori del Deute en la Globalització (ODG), considera que esta eventualidad hace más difícil que se rechace. «Creo que si se votaran solo los proyectos de gas sería más fácil tumbarlos». El activista también subraya otro factor que pudo afectar a la votación. Según Nualart, de haberse rechazado la lista, hubiese quedado en vigor la anterior edición, que contenía aún más proyectos de combustibles fósiles.
La Comisión Europea decide qué proyectos incluir en la lista PIC. Este organismo selecciona los proyectos que considera necesarios de entre una primera selección realizada por la industria del gas (ENTSO-G) y el transporte de electricidad (ENTSO-E).