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«Llevar la ciencia al corazón de las decisiones políticas». La frase de Fernando Prieto, doctor en Ecología y director del Observatorio de la Sostenibilidad, resume el espíritu del proyecto ‘Mandato por el Clima‘, una iniciativa que busca tender puentes entre la ciencia y la política. Se trata de una formación científica sobre cambio climático para funcionarios públicos que ha tenido éxito en países como Francia, Suiza y Canadá.
La actividad, organizada por este Observatorio y por la confederación internacional Oxfam, comenzó este martes con la primera capacitación a cargo de Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, y Marta G. Rivera-Ferre, profesora de investigación del CSIC y autora del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
El primer experto disertó sobre la emergencia climática en España y los impactos sociales que el calentamiento a escala global están generando –y van a generar– en todos los territorios de la península ibérica. La otra académica se centró en los efectos del cambio climático en el agua, la alimentación y los ecosistemas en el Mediterráneo.
La inauguración estuvo a cargo de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, quien en una breve intervención llamó a un «mayor compromiso político» en una temática –el cambio climático– en la que «nos jugamos todo». «La realidad es acuciante. Necesitamos aprender de los expertos para tomar las mejores decisiones. Es un lujo que los expertos vengan al Congreso a asesorarnos para que tomemos mejores decisiones», celebró.
Todos los grupos parlamentarios fueron invitados a participar de la formación. Sin embargo, sólo tres señorías se sentaron en la Sala Herrero y Rodríguez de Miñón para escuchar y tomar apuntes: Susana Ros, del PSOE; Tesh Sidi, de Sumar; y César Sánchez, del Partido Popular.
Durante su intervención, Vide explicó que el cambio climático «no es sólo un problema ambiental» sino también un problema de «modelo económico y de salud». Habló de la «irrefutable certeza científica» que existe sobre las causas antropogénicas del calentamiento global («Somos nosotros los humanos los responsables de que el clima esté cambiando»); de emisiones que, pese a la transición energética en marcha, siguen aumentando; y de impactos locales que requieren una «urgente» adaptación ciudadana.
«En Madrid, por ejemplo, la temperatura ha aumentado 2,4 ºC en un siglo, lo que es una barbaridad. Estamos experimentando sequías con olas de calor, una combinación que está generando un estrés hídrico y térmico a los ecosistemas. Tenemos cada vez más noches tórridas. Los impactos son múltiples, por lo que la adaptación urge», subrayó.
En su turno, Marta Rivera-Ferre explicó la necesidad de «formar en la complejidad» a los tomadores de decisiones, en contraposición a los discursos que piden «simplificar» la evidencia científica. «Es necesaria una visión integradora. Una decisión en un determinado sector puede, de forma no deseable, afectar a otro», afirmó.
Puso de ejemplo a las políticas que se toman en el sistema alimentario y que tienen impactos directos en las emisiones, en los suelos, en la gestión del agua y en la biodiversidad. Entender este «efecto cascada», agregó, es vital a la hora de diseñar medidas desde las administraciones públicas.
A juicio de los organizadores, la «excelencia y calidad» de las disertaciones se vio empañada por la muy poca presencia de diputados. En diálogo con Climática, Prieto reconoció que esperaban más interés político.
«Ha venido el 1% de los diputados. La verdad es que es decepcionante. Es un desinterés hacia el tema más importante de nuestro tiempo, una gran oportunidad perdida. Más en las puertas de un verano en el que volveremos a tener temperaturas extremas», lamentó. Y agregó: «Los 350 diputados estaban avisados. Se cursaron las invitaciones con varias semanas de anticipación. Entendemos que había otras actividades parlamentarias, pero no esperábamos tener sólo tres diputados. Ojalá en las próximas sesiones de septiembre y octubre se sumen más. Necesitamos que así sea».
Una reflexión parecida hizo la científica Rivera-Ferrer antes de comenzar con su conferencia al ver que muchas de las sillas estaban vacías: «Confío que en la próxima capacitación haya más asistencia, nos jugamos muchísimo, nada menos que el futuro del planeta y de la humanidad», dijo.
En el cierre, Susana Ros, diputada del PSOE, pidió la palabra para disculparse por la poca asistencia de su grupo parlamentario: «Es un esfuerzo mínimo, estamos obligados a asistir a esta formación que es un privilegio. Me comprometo a que esto no va a volver a suceder, a que en las próximas capacitaciones haya al menos un diputado en representación de cada comisión parlamentaria».
Tanto desde las filas socialistas como desde Sumar han justificado la poca asistencia de sus diputados por la «cargada agenda parlamentaria» de la jornada con «muchas comisiones» en el mismo horario de la actividad. Además de celebrar la formación y de recalcar el «fuerte compromiso político» con la transición ecológica, ambas formaciones se han comprometido a ocupar más sillas en las próximas capacitaciones.