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Guía para dejar una huella positiva con tu viaje

El turismo es uno de los sectores con un mayor impacto social y medioambiental, pero es posible conseguir un balance más positivo de las vacaciones.
Guía para dejar una huella positiva con tu viaje
El tren es el medio de transporte con menor huella de carbono. Foto: ÁLVARO MINGUITO.

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El 2024 será el año de la recuperación del turismo tras la pandemia. La Organización de las Naciones Unidas para el Turismo ya ha recogido para el primer trimestre de 2024 cifras globales de viajeros similares a las de 2019, con más de 285 millones de turistas entre enero y marzo.

Antes del cierre de fronteras en 2020, el turismo emitía más del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y utilizaba cerca del 6% del total del agua, según el Consejo Mundial del Viaje y el Turismo, un foro formado por las empresas del sector.

Y no sólo eso. La masificación turística había modificado la esencia de muchas ciudades, convirtiéndolas en caros lugares donde la población original estaba siendo desplazada. «Turismo y gentrificación tienden a coexistir en entornos urbanos similares y, al mismo tiempo, se refuerzan mutuamente», escribe Agustín Cocola-Gant en el libro Turistificación Global. Perspectivas críticas en turismo. «Algunos autores apuntan a que la gentrificación es a menudo precursora de la promoción turística de un lugar», continúa.

La pandemia devolvió la calma a muchos de esos lugares, pero la tregua ha durado poco y los destinos más populares ya vuelven a estar en tensión, como se ha visto en las recientes protestas contra el turismo en lugares como Canarias o Baleares. «Hay que ponerse en la piel de la gente del país y de lo que les influye a ellos negativamente», asegura Estefanía Ruiz Martínez, fundadora de La Aventura de Viajar, una agencia online de viajes sostenibles.

Es lo que ella llama slow travel, una forma de hacer turismo que supone «viajar con mucha calma, sin ir a donde todo el mundo va». Porque sí que es posible hacer turismo de otra manera, añade Mónica Herreras, fundadora de la ONG Tumaini, que organiza viajes solidarios. «Creemos firmemente en el poder transformador de los viajes solidarios, y en la capacidad de las personas para conectar con otras culturas y realidades a través de la colaboración y el intercambio», explica.

Ruiz Martínez y Herreras coinciden en varios de los principios de este turismo sostenible. En primer lugar, elegir un destino poco masificado. «Esto ayuda a distribuir los beneficios económicos y reduce la presión sobre los sitios más populares», apuntan desde Tumaini.

El alojamiento también es importante, porque buena parte de la huella de un viaje se centra en el tipo de lugar en el que decidamos dormir. No sólo la medioambiental, sino también la social. Los grandes hoteles a menudo tienen un impacto disruptivo mayor y el retorno económico en las zonas locales suele ser menor. Además, son habituales ciertos servicios, como grandes piscinas calefactadas o balnearios, que incrementan su huella medioambiental.

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Detalle de un cartel intervenido en una zona en la que se prohibe acampar. ÁLVARO MINGUITO,

Ante esto, una opción alternativa es el alojamiento en pequeños hoteles locales o en casas de personas del lugar. A través de la web Ecobnb se pueden encontrar alojamientos sostenibles en diferentes países. Otra opción es HomeXchange, una plataforma que permite intercambiar la vivienda habitual cuando se está de viaje.
El transporte es otro de los grandes culpables de la huella del turismo. Al igual que el número de turistas, los viajes en avión también han recuperado los niveles prepandemia y la Asociación Internacional de Transporte Aéreo espera que en 2024 haya un 4,5% más de vuelos que en 2019. Son los vuelos domésticos los que tienen una mayor huella medioambiental (246 gramos de dióxido de carbono por kilómetro y pasajero), pero en los viajes de medio y largo alcance la media es menor a las emisiones de un coche convencional (170 gramos del automóvil frente a 148-151 gramos de los vuelos), según Our World in Data. Frente a todo ello, el tren sigue siendo el medio de transporte con menor huella y, por tanto, el más recomendable.

El impacto sobre la flora y la fauna también puede ser importante. Hay muchas iniciativas que realizan una gran labor de conservación apoyándose en el turismo, pero Estefanía Ruiz Martínez recuerda que es vital no visitar lugares donde se maltrate a animales, se permita montar sobre ellos o tocarlos. «A mis viajeros les digo que no puedo contratarles visitas a santuarios y les aconsejo que ellos tampoco lo hagan», explica.

Turismo y greenwashing

El greenwashing y otros tipos de lavados de imagen también han llegado al turismo. Ante la preocupación por la emergencia climática, uno de los más populares es la compensación de emisiones, por el que las empresas prometen «capturar» el carbono emitido en tu viaje -sobre todo en los vuelos- con proyectos de reforestación y similares. Sin embargo, su fiabilidad ha sido puesta en cuestión. «Si se calificara al mundo según la fiabilidad histórica de las compensaciones de carbono, el resultado sería un suspenso en firme», aseguraba la agencia de periodismo de investigación ProPublica, en un análisis de estos programas realizado en 2019. A principios de 2023, una investigación de SourceMaterial junto a The Guardian y Die Zeit concluyó que más del 90% de las compensaciones de carbono de los bosques tropicales realizadas por Verra, el mayor sello de certificación de compensaciones del mundo, incumplían sus compromisos.

En otros casos, las empresas prometen proyectos sociales con un impacto positivo que, en realidad, son una tapadera para hacer dinero. Es algo que suele pasar en países en desarrollo donde utilizan proyectos con menores supuestamente en desamparo, como orfanatos en los que no hay huérfanos, sino niños cuyos padres han sido engañados. «Somos conscientes de que existen proyectos de voluntariado que pueden tener un impacto negativo en las comunidades locales y tenemos muy presente el problema con los ‘falsos orfanatos o falsos centros de rescate‘», explica Mónica Herreras. «Por ello, en Tumaini evaluamos siempre en terreno los proyectos y a día de hoy trabajamos con organizaciones locales de confianza», continúa.

El turismo, probablemente, seguirá creciendo durante los próximos años, y con él, su huella. Según un informe de la Travel Foundation, las emisiones del turismo se incrementarán en un 73% entre 2019 y 2050. Eso quiere decir que sólo el turismo consumiría el 66% del presupuesto de carbono que nos queda para que el aumento de la temperatura media del planeta no sobrepase los 1,5 ºC sobre niveles preindustriales

Por ello, es importante cambiar la forma de viajar. Pero no sólo por reducir nuestro impacto, sino para conseguir que el turismo sostenible sea una experiencia más satisfactoria, asegura Ruiz Martínez. «Esta forma de turismo es mucho más sana, pero también más económica, y eres muy consciente del país que vas a ver. Lo que te aporta no te lo aporta el viaje del paquete en el que vas encerrado en un autocar, porque además puedes decidir en todo momento qué te apetece y qué no te apetece», concluye.

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COMENTARIOS

  1. Caminar es el medio de trasporte más lento y expuesto. También el más silencioso y ecológico. Un ritmo de vida diferente, tranquilo, alejado del stress y las prisas de los tiempos modernos. Caminar es un acto de rebeldía y sensatez en esta época de ostentación y derroche, de consumismo desatado. Un ejercicio de desprendimiento, ligereza y sencillez, ya que tan sólo llevas las cosas que puedes trasportar con tu cuerpo. Eso hace que cada elemento de tu exiguo equipaje sea valioso. Las necesidades básicas se vuelven grandes prioridades: encontrar comida, un lugar para dormir, protegerse de la lluvia y el sol. Ciegos y sordos paradójicamente en la era de la comunicación, nunca hubo tantas luces y sin embargo nunca antes estuvimos tan perdidos, caminar es un retorno a las raíces, a la conciencia, al momento, al aquí y ahora. La mejor manera de estar en el lugar y el momento presentes, de conocer las regiones que atraviesas, sumergirte en las culturas y constatar el estado medioambiental de los ecosistemas que recorres.
    (Nacho Dean, – dió la vuelta al mundo a pié-)
    http://nachodean.com/2018/01/08/el-estado-del-planeta/

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