Las últimas lluvias llenan los embalses de Catalunya, pero no lo suficiente para salir de la emergencia por sequía

Es habitual que llueva en Semana Santa, pero el agua de este año ha sido de agradecer. En gran parte, en los embalses de Catalunya, donde la sequía azota desde hace meses.

Las precipitaciones de este último fin de semana, así como las que han acontecido durante el resto del mes de marzo, han revivido hasta cierto nivel las cuencas internas del territorio catalán, y han permitido que el agua embalsada suba hasta un 16,97%. Las noticias son mejores en el sistema Ter-Llobregat, el más grande de Catalunya y que abastece Barcelona, que ahora se encuentra a un 17,23% de su capacidad.

Estas dos cifras, que no se veían desde finales del año pasado, han superado el umbral del 16% fijado por el Plan Especial de Sequía por el que se decretó la fase de emergencia el pasado febrero. Pero, a pesar del respiro, la Generalitat no tiene la intención, por ahora, de retirar las restricciones que condicionan el día a día de seis millones de personas actualmente.

El Govern ya avisó el pasado martes de que superar la barrera del 16% no significaba abandonar, de manera automática, las limitaciones por emergencia. Para hacerlo, tendrán que esperar durante un tiempo para comprobar que los embalses se mantienen en estos niveles y no es solo una falsa alarma.

La Comisión Interdepartamental de Sequía del Govern se reunirá este jueves de nuevo, tal como lo hace cada quince días, para valorar la situación de las reservas y las medidas contra la sequía. Aunque no se esperan lluvias en las próximas semanas, la nieve que se funde de los Pirineos llegará a los embalses pronto, por lo que los niveles de agua en los pantanos podría aumentar.

Por ahora, los embalses que se encuentran en peor situación continúan siendo los de Riudecanyes y Siurana, ambos en Tarragona y a un 3% de su capacidad. El de Susqueda es el que más se ha recuperado en estos últimos días.

En todo caso, las situación es peor que la de hace un año, cuando las cuencas internas estaban a un 26,70% y el Ter-Llobregat, a un 26,62%, según los datos de la Agencia Catalana del Agua (ACA). Sucede todo lo contrario en aquellos pantanos pertenecientes a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), los que abastecen las provincias de Lleida y Tarragona. Ahora mismo, estos se encuentran a un 47,3% de su capacidad, mientras que hace un año estaban a un 38,69%.

El mar recupera terreno por el temporal

La borrasca Nelson no ha traído tan buenas noticias en otros municipios. En la costa del Mediterráneo, el temporal ha hecho desaparecer algunas playas y ha destruido paseos marítimos a escasas semanas del inicio de la temporada de verano.

Sant Antoni de Calonge, municipio de la Costa Brava (Girona) ha sido una de las localidades más afectadas. La tormenta de este fin de semana ha causado desperfectos valorados en unos 450.000 euros, según cifras del consistorio.

El delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto, ha afirmado este lunes que están “elaborando un análisis completo” de los efectos del temporal para paliar los daños en las playas dentro de las competencias de la Administración central. Por ese motivo, ha convocado una reunión para este martes con los subdelegados y los responsables de costas.

Por otro lado, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC), ya habló este pasado lunes con Prieto para trasladarle la intención de solicitar ayuda al Ministerio de Transición Ecológica, si es necesaria, para acabar de reponer la arena de las playas o reparar infraestructuras dañadas, una vez pasen los días suficientes para evaluar qué volumen de arena retorna.

La previsión es que el Ayuntamiento de Barcelona asuma la reposición de las playas por el desgaste natural de las mismas y pedirá apoyo al Gobierno en todo lo que sea extraordinario, como consecuencia de los temporales.