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El condado de Los Ángeles ha anunciado que demandará a PepsiCo y Coca-Cola por contaminación plástica al considerar que las botellas de plástico han dañado la salud pública y el medio ambiente y acusa a ambas empresas de engañar de manera consciente al público sobre la reciclabilidad de sus productos.
El objetivo de la demanda, según la presidenta de la junta del condado, Lindsey P. Horvath, es acabar con las “prácticas comerciales engañosas” de estas multinacionales y su greenwashing, además de pedir sanciones civiles y restitución para los consumidores que fueron supuestamente engañados por esas afirmaciones.
La denuncia, que recoge Grist, comienza con una descripción general de la crisis de contaminación por plásticos y cómo los de un solo uso afectan específicamente a California y al condado de Los Ángeles, que –asegura– no da abasto para seguir el ritmo de la magnitud del problema.
“Están llegando continuamente a las vías fluviales y a los sistemas de alcantarillado y tormentas del condado”, dice la demanda, que describe la «enorme» contribución de Coca-Cola y Pepsi a estos problemas de acuerdo a un análisis de una “auditoría de marca” anual realizada por la organización sin fines de lucro Break Free From Plastic.
Según esta auditoría, los fabricantes de bebidas fueron los dos principales contaminadores de plástico del mundo el pasado año: los voluntarios en limpiezas de playas globales encontraron más productos con sus marcas que los de otras empresas.
«Tengo mucho miedo y enfado con el plástico con el que me veo obligada a interactuar todos los días», dijo Emily Parker, residente del condado de Los Ángeles y científica costera y marina de la organización sin fines de lucro Heal the Bay. «No es posible vivir y funcionar sin entrar en contacto con el plástico», añadió.
La demanda insiste, sobre todo, en que Coca-Cola y PepsiCo sabían supuestamente de los problemas que causarían sus botellas de plástico y que deliberadamente engañaron al público sobre ellas, en particular mediante la promoción del reciclaje de plástico, pero también mediante afirmaciones generales sobre construir un “futuro más fuerte y más sostenible”. El condado de Los Ángeles los describe como «esfuerzos cínicos» para apaciguar al público preocupado.