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No a la mina. Es el lema que desde hace años se puede encontrar en prácticamente cada esquina de Cáceres. En carteles colgados en las ventanas, en pintadas en las paredes, en las puertas o en el interior de los negocios… El rechazo a la mina de litio que se pretende construir a escasos 2,5 kilómetros del centro de la ciudad es mayoritario en la capital cacereña. Y así se ha vuelto a demostrar este domingo.
7.000 personas, según los organizadores (6.000, de acuerdo con los datos aportados por la Policía Nacional), han recorrido las calles de Cáceres para volver a expresar su negativa al proyecto de Valdeflórez, en la Sierra de la Mosca. Se trata de la tercera gran manifestación de rechazo a la mina y, tal y como han celebrado desde la Plataforma Salvemos la Montaña, casi se ha duplicado la participación de la primera convocatoria, en febrero de 2018.
Desde la organización llevan siete años alertando de los impactos medioambientales que acompañan al proyecto, en un principio planteado como una mina a cielo abierto y que, en sus inicios, contó con la oposición de la mayor parte de grupos políticos municipales. Posteriormente, el plan fue modificado y la filial de Infinity Lithium, Extremadura New Energies, planea ahora “un nuevo proyecto 100% subterráneo, más sostenible y totalmente integrado en el entorno”.
Una idea que ha logrado convencer a una parte del consistorio pero que sigue contando con el rechazo de la sociedad civil cacereña. “A pesar de la poca información oficial que la minera ha permitido difundir hasta el momento, la ciudadanía ha entendido las advertencias de la plataforma respecto al brutal impacto que tendría la mina, su megavertedero y su megaplanta hidroquímica sobre nuestro acuífero”, denuncian desde la organización de la marcha.
Asimismo, señalan “el bochornoso papel” de las administraciones públicas regionales y locales en la tramitación del proyecto que, según critican, han mantenido una “actitud facilitadora” con la compañía multinacional: “Han bloqueado informes técnicos contrarios a la mina, dando por válidas las cuentas de la minera y obviando su incompatibilidad urbanística”, expresan en el comunicado emitido.
Según recogen diferentes medios de comunicación, la representación política ha sido escasa y solo compuesta por cargos públicos de Unidas por Extremadura, como la diputada Irene de Miguel (Podemos) y el diputado Joaquín Macías (Izquierda Unida), además de la concejala Consuelo López. Según De Miguel, la ausencia de elecciones ha provocado la falta de otros representantes públicos: “Cuando hay elecciones aquí hay más partidos. Pero nosotras lo hemos dicho siempre y no hemos cambiado nuestra opinión: el proyecto de la mina va en contra del futuro de Cáceres”, ha declarado.
La marcha ha terminado en la Plaza Mayor de la ciudad con la lectura de un manifiesto en el que consideran que el proyecto actual es “una tomadura de pelo al pueblo cacereño”. Asimismo, han recordado que la Confederación Hidrográfica del Tajo ha señalado en un informe que no van a conceder a la empresa promotora el agua solicitada porque la mina “va a gastar el doble de lo que habían estipulado”. “Defenderemos Cáceres en la calle y defenderemos Cáceres en los tribunales”, han sentenciado.