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Mi experiencia viajando por primera vez en coche eléctrico por la península

Existen muchos miedos (y desinformación) en torno al coche eléctrico, sobre todo en lo que se refiere a la autonomía. Sin embargo, es perfectamente viable viajar largas distancias por España (y Europa) con uno.
Mi experiencia viajando por primera vez en coche eléctrico por la península
El Polestar 2 es una berlina eléctrica con tintes de crossover. Foto: Eduardo Robaina.

El vehículo eléctrico es el futuro del transporte a motor. La movilidad sostenible no puede basarse únicamente en inundar las ciudades de coches eléctricos. A día de hoy, ni todo es tan bueno en los coches eléctricos como te cuentan sus mayores fans, ni todo es tan malo como te cuentan los amantes del petróleo. Dejando claro esto, quiero hablarles de mi experiencia yendo de vacaciones por la península con un coche eléctrico. 

No soy un entendido de los coches: no sé de caballos, ni de cilindrada ni de movidas similares, pero sí me llaman mucho la atención los vehículos eléctricos desde el punto de vista de la tecnología y el avance que suponen. Tengo uno desde 2021 y, por tanto, algo de experiencia al respecto.

En agosto, para ir desde Rivas-Vaciamadrid hasta El Bierzo y hacer turismo por los alrededores, decidimos alquilar un coche, y optamos por que fuese 100% eléctrico. El precio era igual al de uno de gasolina y, además, tenía una gran ventaja: no hacía falta entregarlo con el depósito lleno como ocurre con los de gasolina y diésel, sino que bastaba con que tuviera lo justo para que ellos pudieran moverlo a su punto de recarga. En nuestro caso, apuramos y lo devolvimos con un 7%.

Para quienes tengan interés, alquilamos con la compañía Europcar un Polestar 2 de 78 kWh (kilovatios hora; esto es la capacidad de la batería), un coche perteneciente al Grupo Volvo (con sede en Suecia) y fabricado en Taizhou (China), en una planta nutrida exclusivamente por energía solar. Lo recogimos en la terminal 1 del Aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas. El precio del coche por 9 días fue de 346,46 euros más 219,98 por un seguro completo. En total, 566,44 euros (más 100 de fianza que, si todo va bien, te devuelven al final).

Y la gran duda ¿se puede hacer viajes largos con un coche eléctrico o me quedaré en mitad de la autopista suplicando un enchufe donde poder cargarlo? Basta con entrar a YouTube para encontrar una amplia variedad de vídeos de gente que hace viajes de cientos y miles de kilómetros sin problemas, pero aquí les contaré mi experiencia.

Vivimos en una isla y era nuestro primer viaje en coche eléctrico recorriendo grandes distancias, y aunque había algo de respeto por la situación, estábamos (por lo menos yo) bastante confiados. Salimos con un 90% de batería por la mañana, que fue el porcentaje con el que nos lo entregaron. Podríamos haber salido con el 100% (mucho mejor, tal vez podríamos haber hecho el trayecto de una), pero salvo que tengas cargador en casa para dejarlo cargando durante la noche, el último 10-15% de la batería suele tardar más en cargar, y en nuestro caso no nos compensaba ni lo necesitábamos.

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La distancia del viaje era de unos 400 kilómetros. En la ida hicimos dos paradas. La primera fue a los 150 km para desayunar algo, pero sin cargar. La segunda la hicimos en Benavente (Zamora, Castilla y León), cuando llevábamos 295 km, en un punto de recarga próximo a la autopista. Llegamos con un 15% de batería, es decir, habíamos gastado un 75% tras salir con el 90%. 

En esta ocasión, sí aprovechamos para cargar el coche y almorzar. Aunque no hubiésemos cargado, la idea era parar igualmente a comer. Durante todo el viaje siempre usamos los supercargadores de Tesla: son fáciles de utilizar, la aplicación móvil no es compleja, son fiables, más baratos que otros proveedores y con gran velocidad de carga. 

Optamos por ese punto de carga (el de Benavente) porque nos lo recomendó el propio coche (sí, cuando pones tu trayecto en el GPS, te sugiere dónde parar a cargar según el porcentaje de batería que tienes y con el que llegarás).

El coche tardó 35 minutos en volver a estar al 90%, menos tiempo que nosotros en comer. El Polestar 2 alcanzó un pico de carga de 159 kW, lo que se considera carga ultrarrápida (por comparar: el coche que tenemos nosotros en casa, un Seat Mii electric, con suerte llega a 37 kW). Nos costó 27 euros a cambio de 59 kWh de energía.

Finalmente, tras 407 km, llegamos a nuestro destino con un 60% de batería, gastando un 30% desde la parada anterior (112 km). Habrá mucha gente que dirá que con su coche de gasolina pueden hacer el viaje del tirón, e incluso varias veces. El coche podrá, algunas personas también, pero yo ni quiero ni puedo. Un viaje en coche es cansado y cada pocas horas me apetece parar, descansar y comer algo. Además, se trata de disfrutar el trayecto, no de convertirlo en una tortura.

Durante los días siguientes, hicimos cientos de kilómetros más visitando diversos lugares. De casualidad, a 4 minutos de donde nos quedábamos, había un supercargador de Tesla (el de Bembibre), por lo que nos vino muy bien para cargar sin necesidad de desviarnos. 

Cuando tocó volver a Madrid, decidimos cargar antes de salir mientras desayunábamos tranquilamente (lo normal es que al lado de un punto de recarga haya bares, cafeterías o similares). Cargamos 52,8 kWh (otra vez batería al 90%) en 32 minutos por 25,8 euros.

A medio camino hicimos una última parada para estirar las piernas, tomar algo y cargar el coche en el supercargador ubicado en Tordesillas (Valladolid, Castilla y León). El coste fue de 15,3 euros por 32,5 kWh en 16 minutos. Y tras 414 kilómetros, llegamos nuevamente a Rivas-Vaciamadrid con un 16%. Viaje terminado.

Durante los 9 días de vacaciones recorrimos 1.300 kilómetros aproximadamente. Cargamos cinco veces en supercagadores de Tesla por un coste de 100 euros.  Nunca tuvimos que esperar ni hacer colas. Además, cargamos otras dos ocasiones en unos cargadores de Tesla gratuitos (encontrados de casualidad) que había en un centro comercial al que fuimos dos veces para comer. Y un apunte importante: si hubiésemos cargado cada noche en un cargador convencional en casa (que podríamos haberlo hecho), el precio final habría sido menos de la mitad.

Viajar en coche eléctrico no hizo que el viaje fuera más tedioso por la necesidad de cargar. Todo lo contrario: conducir grandes distancias con un eléctrico (y en este caso, un Polestar 2) es infinitamente más cómodo que hacerlo con uno de combustión.

Seguramente, una persona que nunca ha cogido un coche eléctrico y que no sabe cómo es el proceso de carga tenga ciertos miedos y, por supuesto, dificultades. No voy a ocultar ninguna realidad: en España, hay decenas de proveedores para cargar y cada uno tiene su propia aplicación, teniendo que registrarte con cada una para pagar. En unos años (ya ocurre), por suerte se abonará la carga directamente con tarjeta y evitaremos esta enorme molestia.

Por lo demás, viajar en coche eléctrico por España (y Europa) es más que posible. La actual red de puntos de recarga en la península es mejorable, pero es más que suficiente para ir a (casi) cualquier punto con la mayoría de los coches que se venden actualmente (que superan los 300-400 km de autonomía).

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COMENTARIOS

  1. Soy propietario de un Tesla M3 Standard Range. El vehículo, por autopista, puede hacer en torno a 300 km entre carga y carga. Este verano hicimos un viaje a los Alpes. Unos 1500 km de ida y otros tantos de vuelta. Las recargas , mayoritariamente en supercargadores. El viaje muy cómodo, y en los cargadores Tesla ningún problema. Era agosto y no tuvimos que esperar nunca. Las cargas en otros cargadores, unas 3 cargas, ya implicaron bajada de aplicación, configuración y uso.
    En las paradas, café, comida y estirar las piernas, o incluso compras en centros comerciales. Casi siempre el coche nos espera a nosotros.
    Viajar en eléctrico es cómodo y rápido, pero hay que tener en cuenta que es necesario planificar las cargas antes del viaje. El coche se encarga de ello, pero mi consejo es revisarlo por uno mismo. Si vas a la aventura, seguro que puedes cargar, pero encontrarás cargadores de menos potencia que alargarán las paradas innecesariamente.
    En relación a la carga en casa, su coste, según mi experiencia es unas 4 ó 5 veces más económico que la carga en carretera con las tarifas actuales.
    Con un Tesla es llegar al supercargador, enchufar y cargar. Sin embargo, el resto de casos implica, casi siempre, descargar la aplicación y ello requiere moverse con cierta soltura con las aplicaciones en móviles. No todos los usuarios tienen ese perfil, por lo que la posibilidad de pagar con tarjeta es algo muy necesario que se implante.

  2. LOS VUELOS PARA LOS PAJAROS.
    La campaña para limitar el tráfico en los aeropuertos: análisis de la campaña del aeropuerto de Schiphol.
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    Una industria hambrienta de ganancias no debería establecer sus propios límites. Con el último anuncio de un nuevo límite de vuelo significativamente más alto, todavía hay mucho por lo que luchar.
    https://stay-grounded.org/schipol_airport_case/

  3. Acabamos de publicar un nuevo estudio que analiza las tendencias de uso de los jets privados a lo largo de 2023. Los resultados son alarmantes: durante la temporada de vacaciones de verano en Europa, las llegadas de jets privados aumentaron una media del 250% en comparación con la temporada baja, lo que revela que los jets privados son utilizados con frecuencia para viajes de ocio contaminantes por los ultra ricos.
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    Prohibir los jets privados es una cuestión de justicia. ¡Cuantas más personas se unan al movimiento, más poderosas serán nuestras voces!
    https://www.greenpeace.org/eu-unit/issues/climate-energy/47242/spike-in-private-jet-flights-to-european-holiday-destinations/

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