logo Climática - La Marea

Raquel Santos: «El cambio climático apenas ha recibido atención por parte del sector turístico»

La investigadora, doctora en Turismo y Ocio, destaca "la falta de concienciación sobre temas como el cambio climático" que existe en el sector turístico.
Raquel Santos: «El cambio climático apenas ha recibido atención por parte del sector turístico»
Foto: Raquel Santos-Lacueva en una foto cedida.

Esta entrevista se publicó originalmente en el número 101 de la revista La Marea, dedicada al turismo más voraz. Puedes adquirir tu ejemplar aquí.

Raquel Santos-Lacueva es doctora en Turismo y Ocio por la Universidad Rovira i Virgili, con Premio Extraordinario gracias a su tesis La vulnerabilidad de los destinos turísticos de sol y playa ante el cambio climático: políticas y actores. En la actualidad ejerce como consultora en este ámbito.

Asegura en su tesis que el modelo de sol y playa español puede ver afectada su sostenibilidad en el futuro tanto «por algunas características propias de este modelo, como por la existencia de dinámicas de carácter global que afectan a sus fundamentos«. ¿Podría explicar cuáles son esas dinámicas?

Principalmente, el cambio climático, que afectaría a los fundamentos del modelo, que son sus recursos principales: es decir, al sol, al buen tiempo, y a la calidad de las playas, al medio marino. Pero también podríamos hablar de otras dinámicas de carácter global recientes como los conflictos geopolíticos internacionales, el terrorismo, las crisis sanitarias y económicas o la disponibilidad de recursos energéticos y de otros materiales que, en el caso del turismo, podrían ser productos agroalimentarios. Todas estas cuestiones están conectadas a nivel global y pueden tener consecuencias en la competitividad del modelo turístico español.

También subraya que la relación entre cambio climático y turismo es bidireccional: por un lado, la actividad turística genera emisiones de gases de efecto invernadero y, por otro, el cambio climático influye en la actividad turística. En los últimos tiempos, diferentes estudios se centran en la segunda relación, de la que hablaremos después, pero, ¿cuál es la participación real de la industria turística en el calentamiento global?

Aquí, lamentablemente, el dato concreto no lo tenemos, pero lo que sí que podemos decir es que, principalmente, las emisiones del sector se producen en el transporte, y, sobre todo, en el aéreo. Se calcula que del total de emisiones procedentes del transporte, en torno a un 25% corresponden al turismo. Aquí tenemos que poner el foco en el turismo internacional, que es el que requiere trayectos más largos, que se realizan en avión mayoritariamente.

Sin embargo, lo que vemos en el caso español es que las administraciones, a pesar de reconocer la necesidad de reducir emisiones, proponen ampliar aeropuertos.

Cuando hablamos de turismo, hablamos de un sector que interacciona con muchos otros, y uno de ellos es el transporte. Pero la política de transporte que se lleve a cabo en España no está ligada únicamente al turismo, por lo que a la hora de ampliar ciertas infraestructuras tendrían que tenerse en cuenta otros criterios más allá de los turísticos.

Usted critica «la incoherencia existente entre la política turística y la política de cambio climático» en España, y apunta hacia el desequilibrio entre la atención que recibe el turismo en las políticas de cambio climático y la atención que recibe el cambio climático en las políticas de turismo, siendo mucho mayor la atención que recibe la primera. ¿A qué se debe?

Es un tema que tiene muchas aristas, pero de acuerdo a lo que hemos estudiado en los últimos años, desde el punto de vista de las políticas públicas y de la evolución del turismo, podríamos hablar de diferentes factores. Uno de ellos sería que el turismo empieza a desarrollarse en España en los 50-60 con el objetivo claro de crecer en volumen, dando lugar al modelo de turismo de masas. Desde entonces, debido a la dependencia económica, la política turística ha sido bastante continuista. Aunque sí que se han ido poniendo de manifiesto diferentes problemáticas ligadas a este modelo, la forma de abordarlo ha sido muy continuista.

Otro de los problemas es que el modelo español es muy estacional y eso favorece la planificación cortoplacista, temporada a temporada. Sin embargo, problemas como el cambio climático requieren de una planificación a largo plazo, por lo que su atención se ha ido posponiendo. Esto está cambiando, pero puede ser uno de los motivos que provocan que el cambio climático apenas haya recibido atención por parte del sector.

Por otro lado, las políticas de cambio climático se vinculan al área medioambiental, y el desarrollo y el interés es posterior, por lo que siempre ha sido más fácil incorporar cuestiones turísticas en el área de cambio climático que viceversa. Todo ello ha provocado que en el ámbito turístico haya habido una falta de concienciación sobre determinados temas como puede ser el cambio climático.

Y me gustaría también mencionar que la política turística no solo debe incorporar el cambio climático, sino que también es importante vigilar cómo se hace. Se puede incorporar como un riesgo o como una oportunidad, y puede entenderse como una cuestión que ya nos afecta en la actualidad o como una amenaza o un riesgo a futuro. En función de cómo se conciba, las actuaciones serán unas u otras.

Aunque ya ha hecho referencia, hablemos ahora de la segunda relación: ¿cómo podría afectar el cambio climático a la industria turística en España?

Aquí tenemos que tener en cuenta tanto los efectos en la demanda como en la oferta. En la demanda, puede afectar a la temporalidad, haciendo que los turistas vayan a los mismos sitios pero en otra época. O puede provocar una redistribución espacial, es decir, que el turista vaya a otros lugares. Todo dependerá de cómo sea la percepción del riesgo que la demanda tenga sobre determinados fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, incendios, transmisión de enfermedades… además del confort climático que el turista pueda experimentar en unas zonas u otras.

Desde el punto de vista de la oferta, puede ser que sea menos atractiva y menos competitiva porque haya una pérdida de calidad de recursos clave como pueden ser las playas. Puede ser también que haya destinos menos confortables porque haya una proliferación de especies que incomoden a los turistas, como pueden ser mosquitos, medusas, algas… Y puede ser que, al mismo tiempo, se produzca un encarecimiento de precios por falta de recursos como pueda ser el agua o porque la propia implementación de determinadas acciones de adaptación y mitigación conlleven un incremento de precios: tasas al transporte aéreo, mayor necesidad de recursos para que los turistas estén más confortables en periodos de temperaturas altas, o seguros con coberturas más amplias ante fenómenos meteorológicos extremos.

Pero no es algo que pueda suceder únicamente en zonas de turismo de sol y playa; en lugares de nieve, la necesidad de utilizar nieve artificial en lugar de natural también podría traducirse en aumentos de precios y disminución de la competitividad.

Esa redistribución espacial a la que ha hecho referencia, ¿podría ser vista como una oportunidad de negocio para comunidades del norte de España con temperaturas más bajas?

Yo creo que sería muy peligroso hablar del cambio climático como una oportunidad de negocio en el sector turístico, porque podría empañar las consecuencias negativas aparejadas, que siempre van a ser mucho mayores. Evidentemente, no todo son riesgos, porque se abren nuevas actividades, nuevos destinos, posibilidad de desestacionalización… Pero siempre hay que tener en cuenta que el cambio climático trae consigo escasez de agua, pérdida de biodiversidad, fenómenos meteorológicos extremos… Las consecuencias negativas se espera que sean mayores. 

¿Está la industria preparándose para la subida de temperaturas? ¿Y las administraciones públicas?

Tanto en el sector privado como en el público, los ritmos son variados; es decir, hay empresas y administraciones que se están preparando mientras otras van a un ritmo mucho más lento. A nivel europeo y a nivel estatal se observa un cambio en las administraciones públicas y una mayor sensibilización hacia el cambio climático en relación con el turismo. A nivel autonómico y local, depende mucho del lugar, de la visibilidad de los impactos…

En su tesis relaciona “vulnerabilidad” con “pérdida de atractividad del destino, producida por los impactos directos e indirectos del cambio climático”. ¿Qué zonas turísticas de España son las más vulnerables ante el cambio climático?

Cuando hablamos de vulnerabilidad, tenemos en cuenta los impactos climáticos a los que están expuestos los destinos, su frecuencia y su intensidad, pero también tenemos en cuenta cuánta población vive en ese destino, cuánta se podría ver afectada por esos impactos, cuántas empresas están expuestas… Según los informes internacionales de la OMT [Organización Mundial del Turismo], toda la costa mediterránea sería la más vulnerable, además de las estaciones de esquí. Pero la vulnerabilidad no solo depende de las características físicas del destino y de los impactos, sino también de las acciones y estrategias de adaptación y mitigación que se lleven a cabo en los destinos. Por ejemplo, si tenemos dos destinos turísticos que están expuestos y afectados de la misma forma, uno será más vulnerable que el otro en función de aquellas medidas y estrategias adoptadas para adaptarse a los efectos del cambio climático. Por eso es tan importante la incorporación del cambio climático a la gestión del turismo.

Un concepto muy de moda es el de turismo sostenible. El actual modelo de España, basado en un turismo de masas, ¿puede transformarse en sostenible de alguna forma?

Cuando hablamos de turismo sostenible, es cierto que el término muchas veces no se usa adecuadamente; porque no es un tipo de turismo, sino un modelo de gestión. Cuando hablamos de sostenibilidad turística, hablamos de cómo estamos gestionando el turismo, con pretensiones de durabilidad futura y con el objetivo de mantener el equilibrio entre lo social, lo medioambiental y lo económico. El modelo actual se está reformulando de acuerdo a la Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030 que está en elaboración, que ya no habla de incrementar el número de turistas sino de mejorar el impacto real en términos socioeconómicos en los destinos.

Es cierto que todavía seguimos escuchando declaraciones y titulares que hablan de rankings y de récord de turistas; pero son algunos enfoques, tanto desde el sector privado como desde el sector público, que hacen mucho daño.

Eso iba a preguntarle, que una cosa son las estrategias plasmadas en documentos oficiales y otra cosa son los hechos reales, y lo que hemos visto en los últimos meses han sido felicitaciones por el récord de llegadas de turistas internacionales en 2023 y el objetivo de volver a batir esa marca en 2024; incluso llegar a los 100 millones de turistas anuales…

El sector turístico es muy heterogéneo y conviven voces con opiniones y perspectivas opuestas. A veces es complicado ponerse de acuerdo pero creo que es importante dar voz a otras partes del sector que no se centran solo en batir récords anuales de visitantes.

Si te gusta este artículo, apóyanos con una donación.

Artículos relacionados

COMENTARIOS

  1. ¿Sólo en el sector turístico?
    La «realización» de esta sociedad consumista, salvo la minoría concienciada es el consumismo, la acumulación innecesaria de bienes para cuatro días que vivimos, la competitividad, el individualismo y la insolidaridad.
    El día de tal y de cual y mil montajes inventados para que consumamos y «Yo consumo, tú consumes, y el planeta se consume».
    ——————————————————————-

    Aeropuertos interrumpidos como parte de un levantamiento internacional.
    Esta semana, los partidarios de Stay Grounded, así como otros grupos como Just Stop Oil y Letzte Generation, realizaron acciones en aeropuertos de todo el mundo. En más de 10 países, la gente se unió para exigir a sus gobiernos que se comprometan a firmar un tratado para dejar de quemar petróleo, gas y carbón para 2030. Los grupos formaron parte de un levantamiento internacional para acabar con los combustibles fósiles para 2030. Al atacar los aeropuertos, sacudieron una de las piedras angulares del capitalismo fósil globalizado e interrumpieron la actividad habitual como una coalición sin precedentes de grupos de resistencia civil. Tomaron medidas valientes y efectivas por el bien de la humanidad.
    En el aeropuerto de Colonia-Bonn, cinco personas se pegaron a la pista
    Tres personas ocuparon el aeródromo del aeropuerto de Oslo
    XR Finland bloqueó la terminal de seguridad del aeropuerto de Helsinki Vaanta
    Dos arterias viales fueron bloqueadas en Zúrich y Ginebra
    En Viena, activistas retrasaron un avión que se dirigía a Roma durante cuatro horas mientras otros ocupaban y salpicaban el edificio de la terminal con pintura naranja
    Los científicos realizaron una sentada en el aeropuerto de Malmö en Suecia
    Se llevó a cabo una protesta en el Aeropuerto Internacional Logan
    Tres personas se fijaron a la carretera en Canadá, mientras que otras tres bloquearon el aparcamiento del aeropuerto Pierre Elliott Trudeau de Montreal
    Está claro que el tráfico aéreo es parte del problema, y dado que no hay balas de plata para hacer que la aviación sea verde, es necesario reducirlo drásticamente para detener el colapso climático.
    https://stay-grounded.org/events/webinar-how-to-block-an-airport/

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.