Sólo dos de cada diez comunidades energéticas cuentan con instalaciones de autoconsumo en funcionamiento

En España, hay un total de 659 comunidades energéticas (un 44% más en 2024 respecto a 2023), pero sólo 118 cuentan con instalaciones de energía solar operativas. Especialistas celebran el crecimiento, pero exigen un marco regulatorio para escalar y “abandonar los márgenes” de la transición energética.
Sólo dos de cada diez comunidades energéticas cuentan con instalaciones de autoconsumo en funcionamiento
Presentación del informe. Foto: WhatsApp Image 2025-06-10 at 11.19.21

La metáfora del vaso con agua a medio llenar sirve para analizar el cuadro de situación de las comunidades energéticas en España, una herramienta que no solo posibilita cambiar las fuentes de energía de combustibles fósiles a renovables, sino que, además, transforma la forma en que se gestiona, produce y distribuye la energía, con la sociedad civil como motor principal de este cambio. 

En una mirada optimista (vaso medio lleno), el panorama es más que alentador. En 2024 se incorporaron 200 nuevas comunidades energéticas, un crecimiento del 44% respecto a 2023 (479). En una análisis crítico (vaso medio vacío), la mayoría de las instalaciones de autoconsumo siguen sin conexión, no existe marco regulatorio, los proyectos son de una escala muy pequeña y las administraciones políticas empujan poco del carro.

Este sabor agridulce recorre las 85 páginas del segundo informe de indicadores de comunidades energéticas del Observatorio de Energía Común de Ecodes –presentado este martes en Madrid–, un riguroso y metódico trabajo de recopilación que entrega, con datos actualizados, una necesaria foto panorámica de este sector. 

En la premisa, en el fondo, no hay ninguna media tinta. Dado que la humanidad se enfrenta al mayor reto de su historia –la crisis climática–, resulta imprescindible ofrecer “respuestas colectivas” a este desafío común. Con esto presente, el nuevo papel activo de la ciudadanía debe construirse desde un enfoque comunitario y participativo. Es decir: sin una ciudadanía implicada, informada y organizada, será muy difícil alcanzar una transformación verdaderamente justa.

En este sentido, las comunidades energéticas asoman como una de las herramientas “poderosas para el cambio social”. Promueven la participación en iniciativas colectivas y la práctica democrática a escala local, y ayudan a combatir problemáticas locales como la pobreza energética, el empleo local o la justicia energética.

Gracias al trabajo estadístico de Ecodes, sabemos que España cerró el 2024 con 659 comunidades energéticas. “659 victorias en que la transición energética se ha materializado y se ha hecho más justa”, ha celebrado su director general, Juan Ortiz. “El crecimiento de las comunidades energéticas es una expresión de una ciudadanía activa e interpelada por la crisis climática”, ha agregado, con entusiasmo, en la presentación del informe.

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