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La Unión Europea ha dado un paso significativo en la carrera hacia sus metas climáticas para 2030. Así lo revela la evaluación publicada hoy por la Comisión Europea, que constata mejoras sustanciales en los Planes Nacionales de Energía y Clima (PNIEC) tras las recomendaciones emitidas en diciembre de 2023. En concreto, la evaluación estima que, si se implementan plenamente las políticas previstas a nivel nacional y europeo, la UE logrará una reducción cercana al 54% de sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en comparación con los niveles de 1990, muy próximo al 55% que tiene fijado por ley. Además, está próxima a alcanzar una cuota de al menos el 42,5% de energías renovables en el consumo final.
«Cuando pensamos en los objetivos de la transición energética, las renovables y la eficiencia, hemos hecho grandes avances pero tenemos que seguir trabajando para conseguir la total descarbonización de la economía», ha señalado en rueda de prensa la vicepresidenta de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Teresa Ribera, quien ha estado acompañada de los comisarios de Energía, Dan Jorgenssen, y Clima, Wopke Hoekstra.
Las emisiones del transporte doméstico, edificios, agricultura, pequeña industria y residuos se reducirían para final de esta década un 38%, según los planes nacionales de clima, dos puntos por debajo del objetivo conjunto del 40 %.. España se encuentra en este apartado como uno de los 12 Estados miembros que superarían su meta, frente a los seis socios comunitarios que podrían rebasarla gracias a una serie de «flexibilidades» y los cinco que, con los compromisos actuales, no llegarían al objetivo.
En relación al uso de la tierra –y a pesar de que muchos Estados miembros han detallado en sus planes acciones para la captura de carbono–, el informe advierte de que la UE «no está en camino de cumplir su objetivo de 2030» y, de hecho, añade que «ha almacenado cada vez menos carbono atmosférico en los últimos años».
Renovables y eficiencia energética
Con respecto al despliegue de energías renovables, la UE se puso el objetivo de alcanzar una cota del 42,5% del consumo energético final y los planes nacionales apuntan a que se alcanzará un 41%, un punto y medio por debajo del objetivo, aunque lejos del 45 % que el club mantiene como «aspiración».
Aun así, Bruselas remarca que el dato actual «representa un avance importante» con respecto a la proyección de hasta el 33,7 % que incluía el análisis de los primeros planes efectuados en 2019 y recuerda que los Estados miembros han instalado alrededor de 205 gigavatios (GW) de capacidad renovable desde 2022.
España también se encuentra en este punto entre los países que sobrepasan su objetivo nacional para 2030, con una proyección en el despliegue de renovables para ese año del 47,9%.
Por su parte, la mejora de la eficiencia energética destaca en el informe como el gran asunto pendiente, pues los compromisos nacionales anticipan un ahorro del 8,1% que supone una «brecha significativa» frente al objetivo para 2030 del 11,7 % que equivale, recuerda el informe, al consumo energético anual de Bélgica.
«Con 2030 a la vuelta de la esquina, es necesario actuar. Los Estados miembros deberían mejorar urgentemente tanto su ambición como los esfuerzos de implementación», recomienda el Ejecutivo comunitario en este apartado.
«Especialmente en eficiencia energética tenemos que aumentar nuestros esfuerzos. Para mí es un poco paradójico que nos centremos más en las renovables que en eficiencia energética. Tenemos que centrarnos en los dos porque si no, no lograremos nuestros objetivos», expresó Jorgenssen, quien anticipó «nuevas propuestas» para apoyar a los gobiernos en las actuaciones necesarias, como por ejemplo el futuro plan de electrificación.
España forma parte de los once países para los que se proyecta que no cumplan con su objetivo nacional de eficiencia energética, con un ahorro proyectado de apenas el 1% frente a una meta que debería superar el 8%.
La Comisión Europea insta ahora a transformar estos planes en acciones concretas, centrándose en dirigir eficazmente los fondos públicos, atraer inversión privada y reforzar la coordinación regional y europea. Asimismo, continuará trabajando con los Estados miembros para cerrar las brechas restantes en sus planes.
En este contexto, se recuerda que Bélgica, Estonia y Polonia aún no han presentado sus PNIEC definitivos y deben hacerlo “sin demora”. Aunque sus objetivos generales han sido incluidos en la evaluación global, sus planes serán revisados individualmente tras su entrega. Eslovaquia, por su parte, presentó su plan el pasado 15 de abril y se encuentra en fase de evaluación específica.




