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La revista Science acaba de publicar un análisis de 1.500 actuaciones contra el cambio climático llevadas a cabo en 41 países durante las dos últimas décadas (1998-2022) y su impacto constatado en la reducción de emisiones, mostrando qué funciona y qué no para cumplir el Acuerdo de París.
De las 1.500 medidas estudiadas en los sectores de la construcción, la electricidad, la industria y el transporte, los investigadores destacan 63 que han sido realmente efectivas y a las que atribuyen la reducción de emisiones de entre 600 y 1.800 millones de toneladas de CO2.
En el caso concreto de España, el estudio destaca como éxito la reducción de emisiones del transporte, especialmente de la movilidad privada por carretera, debido a la fiscalidad para los hidrocarburos y circulación implementada en el año 2008.
Los sistemas piloto de comercio de derechos de emisión de China, complementados con menores subvenciones a los combustibles fósiles y más incentivos a la eficiencia energética, aparecen también entre los más eficaces en este estudio.
La implantación de una ecotasa y de un sistema de peaje para los camiones han tenido un impacto muy positivo en la reducción de emisiones en Alemania.
Políticas climáticas con visión integral
No obstante, los datos de la investigación, disponibles desde en un Explorador interactivo de Políticas Climáticas, ponen de manifiesto que el éxito de las políticas de un país frente al cambio climático no está en medidas concretas sino en la combinación de actuaciones gestionadas con una visión integral.
De este modo, políticas aparentemente muy efectivas, como el cierre de las centrales de carbón o las restricciones a la circulación de vehículos de combustión, impactan de forma muy positiva en la reducción de emisiones cuando van en tándem con otras, como demuestran casos como el de Reino Unido con las térmicas o el de Noruega con los límites a los coches contaminantes.
“Más políticas no equivalen necesariamente a mejores resultados. Las subvenciones o las leyes por sí solas son insuficientes; cuando se combinan con otros instrumentos, como los impuestos, es cuando verdaderamente se consiguen reducciones sustanciales de emisiones», señala uno de los autores, Nicolas Koch, científico del Instituto Potsdam de investigación climática de Alemania en un comunicado.
Annika Stechemesser, investigadora del mismo centro, subraya que los datos de este estudio «son muy relevantes para apoyar a los responsables políticos y a la sociedad en la transición hacia la neutralidad climática».
A juicio de María José Sanz, directora del Centro Vasco de Investigación sobre Cambio Climático (BC3), este estudio representa un análisis interesante de la base de datos de políticas climáticas de la OCDE, pero sus resultados «deben tomarse con cautela«.
«Los contextos geopolíticos y regulatorios de los diferentes países pueden marcar grandes diferencias en el impacto de determinadas políticas, por lo que no es generalizable qué políticas son mejores», señala la investigadora en una reacción recogida por SMC España.
Un grupo de investigadores ha realizado un descubrimiento innovador; ¡Que el oxígeno se produce en el fondo de las profundidades del mar sin ningún tipo de fotosíntesis!
Nunca antes se había visto. Durante años, creímos que la mitad del oxígeno que respiramos proviene del océano y fue creado únicamente por plantas marinas a través de la fotosíntesis, que requiere luz solar.
Pero a una profundidad de miles de metros, donde la luz solar no puede penetrar, parece que el oxígeno es producido por nódulos naturales ricos en metales que dividen el agua de mar (H2O) en hidrógeno y oxígeno.
Lamentablemente, los nódulos son los mismos que a la industria minera le interesa extraer. Y Noruega ha abierto operaciones mineras en el fondo marino del Ártico. Cada vez está más claro el gran riesgo que representa la minería en aguas profundas.
El descubrimiento de una nueva fuente de oxígeno podría desafiar todo lo que sabemos sobre el oxígeno y cómo se crea la vida en la Tierra. Más de la mitad de la biodiversidad y los ecosistemas de las profundidades marinas viven en las superficies crudas de los tubérculos, y necesitamos saber más sobre su necesidad de oxígeno, dicen los investigadores.
Si resulta que el oxígeno es de gran importancia para los ecosistemas del océano, la extracción de nódulos que contienen metal podría ser un desastre.
«Ya existe evidencia abrumadora de que la minería en aguas profundas destruirá ecosistemas que apenas entendemos», dice el profesor Murray Roberts, biólogo marino de la Universidad de Edimburgo.
«Los campos nodales cubren partes tan extensas del planeta que sería una locura seguir adelante con la minería en el fondo marino sabiendo que pueden ser una fuente importante de producción de oxígeno», afirma. «Todavía nos falta una comprensión integral, no sólo de la diversidad biológica, sino también de las complejas funciones ecológicas que abarca».
800 científicos y expertos ya han advertido que la industria podría causar daños irreparables al fondo marino y a la vida en las profundidades marinas y se han comprometido a detener la minería en los fondos marinos.
Una y otra vez queda claro el poco conocimiento que tenemos sobre los ecosistemas únicos de las profundidades marinas. Greenpeace lleva mucho tiempo luchando para impedir que comience la minería en los fondos marinos, y en los próximos meses nos centraremos aún más en nuestro trabajo para detener la minería en los fondos marinos.
(Noticias Greenpeace Denmark)