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Justo hace un año, el 6 de marzo, de 2023, el mundo celebraba haber alcanzado el consenso para aprobar el histórico Tratado Global de los Océanos. Sin embargo, un año más tarde, solo Chile y la pequeña república insular de Palau lo han ratificado (Francia y Bélgica han anunciado que lo harán este mes de marzo). Por ello, Greenpeace ha lanzado hoy, junto a la actriz Alba Flores, una campaña en la que recuerda que es imprescindible que al menos 60 Estados ratifiquen el gobierno para que este entre en vigor.
El Tratado Global de los Océanos permite crear zonas de protección marina en aguas internacionales y es clave para poder cumplir el objetivo de restaurar y conservar el 30% de las «zonas terrestres, aguas continentales y costeras y marinas» para 2030, fijado en la cumbre sobre biodiversidad celebrada en Montreal (COP15).
Alba Flores ha viajado a bordo del Arctic Sunrise de Greenpeace a la Reserva Marina de Galápagos y ha pedido a los países de todo el mundo que aceleren el proceso de ratificación del acuerdo: «Antes de que se aprobara el Tratado sobre los Océanos, era imposible proteger esta zona de alta mar. Pero ahora los Gobiernos tienen la oportunidad de utilizar el Tratado para impulsar la protección de las Galápagos y ofrecer un poderoso ejemplo al resto del mundo sobre cómo proteger las aguas de alta mar. Solo necesitamos voluntad política para que esto suceda».
🔵ÚLTIMA HORA@AlbaGlezVilla a bordo del Arctic Sunrise en la Reserva Marina de Galápagos.
— Greenpeace España (@greenpeace_esp) March 6, 2024
Tras observar la abundancia y diversidad de especies🐡🦈🪸Alba Flores pide a los Gobiernos de todo el mundo que ratifiquen el Tratado Global de los Océanos.
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«La aprobación del Tratado Global de los Océanos en Naciones Unidas el año pasado fue un momento histórico que nos llenó de esperanza para el futuro», ha destacado la artista. Junto a un equipo de científicos, Flores ha observado la abundancia y diversidad de especies tanto en la superficie como en los montes submarinos dentro y fuera de la Reserva Marina de Galápagos, uno de los mejores ejemplos de protección de los océanos en acción.
«En Galápagos he sido testigo de la poderosa belleza de la naturaleza, pero sé que cerca hay amenazas para la salud del archipiélago, especialmente en las zonas de alta mar fuera de la Reserva Marina de Galápagos». Más allá de la reserva, enormes flotas pesqueras industriales continúan devastando la vida marina, lo que tiene impactos negativos.
«Una nueva área protegida en alta mar, que complemente la Reserva Marina de Galápagos, beneficiaría a la vida silvestre y a los pescadores locales de los países vecinos. Esta nueva área protegida podría cerrarse a las flotas industriales internacionales, lo que potenciaría las poblaciones de peces y aumentaría las capturas de los pescadores que operan cerca en las aguas de los países vecinos», ha agregado Laura Meller, miembro de la campaña Proteger los Océanos de Greenpeace.
Menos del 1% de las aguas internacionales están protegidas
Desde Greenpeace remarcan que España todavía no ha ratificado este tratado, que consideran el acuerdo ambiental multilateral más importante desde el Acuerdo Climático de París de 2015. «Tras varias décadas de lucha por la aprobación del Tratado Global de los Océanos, es hora de que España siga mostrando su apoyo en la conservación marina y se convierta en un referente europeo con la ratificación inminente del tratado», señala Marta Martín-Borregón. La responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace España añade que «necesitamos unos océanos sanos y resilientes para que puedan hacer frente a la crisis climática y de pérdida de biodiversidad en la que nos encontramos».
Las aguas de alta mar albergan millones de especies y ecosistemas, pero menos del 1% están completamente protegidas. La presión a la que se enfrentan es cada vez mayor debido a amenazas como la pesca industrial, la contaminación y una industria emergente, la minería submarina. Greenpeace destaca que para proteger el 30% de los océanos de aquí a 2030 es necesario proteger más de 11 millones de kilómetros cuadrados de océano cada año.
«Espero que mi presencia a bordo impulse a más personas a movilizarse y a apoyar la ratificación del tratado por parte de sus propios Gobiernos. Yo solo soy una voz entre muchas otras voces; las personas tenemos el poder con nuestra voz y con otras herramientas para proteger los océanos», ha asegurado Flores.