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Desde comunidades indígenas en Canadá, hasta pueblos del Amazonas o África. Son millones las personas en el mundo con escasez de agua dulce o saneamiento hídrico seguro, problema que tensa la geopolítica mundial, y al que se buscará dar respuesta en la Semana Mundial del Agua en Estocolmo.
Con el lema Uniendo fronteras: agua para un futuro pacífico y sostenible, el evento centrará su esfuerzos en cómo resolver los conflictos por el acceso al agua en el mundo mediante la cooperación de los países en la gestión de cuencas transfronterizas que recorren varios territorios y que motivan fricciones.
De acuerdo a los indicadores, el impacto del cambio climático, el crecimiento de la población mundial y otros desafíos son factores que complicarán aún más el acceso universal de la población mundial al agua.
Cooperación para gestionar el agua transfronteriza
Para el horizonte de 2050, los expertos pronostican que tres de cada cuatro personas del mundo sufrirán escasez de agua, mientras que son muy pocos los países que tienen acuerdos de cooperación para gestionar recursos hídricos con otros territorios por los que fluyen ríos compartidos.
De acuerdo a los datos, más de 3.000 millones de personas dependen para vivir en la actualidad de un agua de ríos en sus territorios que no se limita a transcurrir solo por sus fronteras, lo que exige cooperación geopolítica para evitar conflictos, según los expertos.
«La Semana Mundial del Agua nos recuerda la necesidad de buscar mecanismos de colaboración y estrategias globales para la buena gobernanza del agua», ha asegurado a EFE la directora general del Agua del Ministerio español para la Transición Ecológica, María Dolores Pascual.
«Solo a través de la cooperación internacional podremos garantizar el derecho al agua para todos, fortalecer nuestra capacidad de adaptación y proteger un recurso vital para las generaciones futuras”, ha añadido.
A través de acuerdos globales, «los países podemos compartir los conocimientos, las tecnologías y las mejores prácticas para gestionar los recursos hídricos de una manera más eficiente y sostenible, lo que nos permitirá desarrollar sistemas de suministro más robustos y resistentes frente a las sequías».
El jefe de la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Sergio Campos, ha instado, en las redes sociales, a impulsar la cooperación transfronteriza del agua de manera que todo el mundo pueda acceder a los recursos hídricos en un escenario sin conflictos que asegure la paz.
Ecosistemas de relevancia global como el Amazonas
Por regiones del mundo, en América Latina y el Caribe, por ejemplo, las cuencas internacionales representan alrededor del 70% del total, abastecen al 40% de su población y sustentan ecosistemas de relevancia global como los del Amazonas.
En norteamérica, en Canadá, existen todavía comunidades indígenas con dificultades para acceder al agua potable incluso las que viven cerca de centros urbanos.
En África, unos 40 millones de personas padecen condiciones de sequía grave, según el informe de 2024 del Foro Económico Mundial relativo a la cuantificación del impacto del cambio climático en la salud humana.
Entre los países más afectados está Sudán del Sur, un territorio sin litoral situado en la cuenca del Nilo, en el proceso hacia una gobernanza del agua más fuerte, con la aceleración de su adhesión a la Convención sobre la Protección y Utilización de los Cursos de Agua Transfronterizos y de los Lagos Internacionales o Convención de Naciones Unidas sobre el Agua.
Tensiones territoriales en España por el agua
En Europa, son destacables por ejemplo, las tensiones territoriales internas entre comunidades a cuenta de la gestión de las cuencas hidrográficas en países como España, un país mediterráneo de veranos cada vez más calurosos, secos y prolongados.
La gestión hídrica en este país enfrenta periódicamente a territorios como Castilla-La Mancha y el Levante por los niveles de agua a trasvasar del Tajo al Segura para abastecimiento sin poner en riesgo los caudales ecológicos del río.
Desde los grupos ambientalistas, la portavoz de Ecologistas en Acción Erika González ha advertido a EFE de «los numerosos» municipios en España que no pueden garantizar el abastecimiento de agua por su contaminación, «ya sea por nitratos o plaguicidas de la ganadería y agricultura industrial».
«Y también existe este problema en territorios donde se expande la agricultura intensiva, muy demandante de agua, o bien las operaciones urbanísticas para el turismo o el ocio despilfarrador».
En este país «la territorialidad y conflictos por el agua vienen determinados por esos factores. El trasvase responde también a la demanda de la agricultura intensiva e industrial que deja sin agua numerosos cauces y acuíferos», ha añadido.
A nivel global, para mitigar el impacto de la escasez de agua los expertos plantean no solo la cooperación entre territorios para mejorar la gestión del agua, sino además tecnología y prácticas más eficientes para la recolección del agua de lluvia, el riego por goteo o la plantación de cultivos resistentes a la sequía.
Otras medidas pasan por la recuperación de la vegetación y la restauración de hábitats naturales como humedales o cauces fluviales enteros.